Como hemos informado en estas páginas, el pasado 20 de marzo en la madrugada, se produjo una fuerte explosión e incendio del reactor en la planta de herbicidas de ATANOR, con el saldo de un trabajador herido de gravedad.
Desde esa noche, los vecinos de la populosa zona sur, en completa incertidumbre y sin respuestas, comenzaron a congregarse para manifestar el repudio a la presencia de veneno en pleno casco urbano.
Organizados, comenzaron a impulsar una primera movilización a las puertas de la industria, con un importante número de vecinos.
En esta segunda oportunidad, se notó un crecimiento en la convocatoria, asistiendo vecinos de zona norte y docentes y estudiantes de Villa Constitución. A medida que crecía la bronca, comenzaron a expresarse lazos de solidaridad entre los vecinos, y los medios locales daban cuenta del anuncio de una nueva convocatoria.
Jóvenes se organizaron para confeccionar banderas, carteles y pancartas que lograron visualizar todos los reclamos. Cientos fueron al lugar de encuentro para marchar a las puertas de ATANOR al grito de ¡FUERA ATANOR!
La bronca e indignación se hacían sentir, ninguno de los concejales se hizo presente, y una vez más, el desentendimiento de toda autoridad.
Es una dura pelea contra una multinacional, que lleva permanentemente a consecuencias muy graves en la salud.
Debemos confiar solo en nuestras fuerzas. Donde seamos miles en las calles, se conquistó y llegó a este importante paso, debemos fortalecerlo extendiendo y dando a conocer pacientemente lo que implica tener veneno en pleno casco urbano para la salud de nuestros hijos y nuestras familias. La Escuela 17, ubicada en cercanías, debió suspender las clases, sumando la gravedad de no reconocimiento de la ART a los trabajadores y docentes del establecimiento.
Distintas intervenciones dieron cuenta de la responsabilidad del poder de turno en cada gobierno de no haber hecho nada por el traslado de la fábrica fuera del casco urbano, reclamo que parte desde el año 1994. No cabe ninguna otra intervención, ya que cada una de las políticas intermedias llevaron directamente al fracaso.
Este traslado debe estar puesto bajo el control estricto de agrupaciones ambientalistas y organismos independientes que garanticen no llevar el mismo problema hacia otro lugar, y una producción que cuenta con piletones de tratamiento de residuos a cielo abierto con afluentes que van a parar al río Paraná.
Representantes políticos, por aquí no anduvieron.
Ningún representante del poder político gubernamental local y provincial se hizo presente aún tras la trágica madrugada inmersa en pánico, ni hubo una evaluación de las consecuencias del derrame de Atrazina, derivado químico cancerígeno para la elaboración de herbicidas. Un manto blanco que se encontraba en el aire afectó seriamente ojos y boca, aún tras horas de la explosión, como así a las mascotas, vegetación y cada vecino, en el patio de sus casas.
El próximo sábado se espera una nueva movilización.
Es clave e importante preparar y coordinar acciones que acompañen el reclamo, teniendo en cuenta la gravedad de la situación, agrupándonos todos los vecinos de cada barrio en una reunión para afianzar y asegurar los pasos a seguir.
Tras esta importante movilización del pasado sábado 30, hay que redoblar la apuesta, hasta ser escuchados por autoridades del gobierno provincial de Kicillof, como del gobierno municipal, ausentes ante el grave desenlace, no atendiendo los reclamos de los vecinos, transcurridos ya diez días, con una industria de herbicidas a cien metros donde la exposición es permanente a respirar veneno.
Cuenta con antecedentes nefastos de muertes por cáncer en unos 200 casos denunciados en el año 2016, y enfermedades renales y de piel, presentadas ante la justicia, además por Greenpeace en distintos videos llevó la denuncia pública a nivel nacional.
Estamos hartos.
Esta vez dijimos BASTA. ¡Fuera ATANOR!
Nos están matando en cuotas.
Debemos estar nuevamente y el llamado urgente a sindicatos y organizaciones sociales a que respalden a los vecinos.
Este sábado 6, todos a las puertas de ATANOR. |