La Asociación Trabajadores del Estado (ATE) aseguró que los empleados públicos perdieron en cuatro meses más del 20% del poder adquisitivo, similar a lo perdido con Macri y Fernández. Sin embargo, el “plan de lucha” no se condice con la fuerte denuncia y los despidos semanales.
“Los estatales hemos perdido más poder de compra en nuestros salarios durante estos últimos 4 meses que en los 8 años anteriores. El recorte sobre salarios y jubilaciones es brutal”, dijo esta mañana Rodolfo Aguiar, Secretario General de ATE. Según el gremio, los trabajadores de la Administración Pública Nacional perdieron más de un 20% de su poder adquisitivo durante la gestión de Javier Milei. El comunicado es para anunciar el plenario del Frente de Gremios Estatales y Empresas del Estado se desarrollará el miércoles 17 de abril en la sede del gremio.
Los números son brutales, aunque la comparación no tendría que disimular el ajuste que ya venían sufriendo las y los estatales, sobre el que se suma el ataque de Milei. Un ajuste que en realidad es mayor del que dice ATE. Como reflejó La Izquierda Diario a mediados del año pasado, “de acuerdo a los trabajadores de la Junta Interna de ATE-Indec, la pérdida salarial de los trabajadores públicos de la Administración Pública Nacional, en junio de este año para una categoría D0 es del 37,3 % respecto a 2015”.
La propia Junta Interna del Indec publicó en las últimas semanas un estudio que asegura que la perdida en los últimos 8 años es del 75%. Con datos muy certeros, asegura que "la inflación acumulada entre diciembre de 2015 y marzo de 2024 será del 10.254% y, de enero a noviembre de 2023, fue del 148,2%, en tanto la pérdida del poder de compra promedio para los niveles estatales E, D, C y B entre diciembre de 2015 y marzo de este año será del 74,8%". En base a esos datos, hace una proyección que permite decir que "el salario testigo percibido en diciembre de 2015, de 10.191 pesos, debería ser a marzo de este año de 1.055.228 pesos y no los 283.010 pesos que se cobrarán si no hay en paritarias una real recomposición salarial". O sea que ha sido un saqueo constante, que en último trimestre pegó un salto.
A eso hay que agregarle la ola de despidos en distintas dependencias. Se trata de trabajadoras y trabajadores con muchos años de antigüedad, que realizan tareas esenciales, pero que estaban precariamente contratados por las gestiones anteriores. La derecha se aprovecha de esa situación para tenerlos con la espada de Damocles cada semana o cada tres meses. Algunos de ellos son echados a la calle por los gerentes de Techint, que ahora hacen de funcionarios libertarios.
El hecho también es denunciado por la conducción del gremio, es cierto. “A la rebaja salarial se le suman miles de despidos en la administración pública. No podemos tolerar semejante vulneración de derechos en el Estado. El plan de lucha en el Estado no se puede detener”, dice Aguiar.
Sin embargo, semejante ataque no tiene una respuesta gremial ni cercana a la gravedad que significa para cientos de miles de familias. ATE ha rechazado los aumentos acordados por UPCN e incluso ha convocado paros y movilizaciones. Pero con una tibieza que no le hace mella a motosierra y la licuadora. Ha llegado al punto de convocar medidas separadas entre distintas seccionales, o de distintos sectores de la administración pública. Ni hablar de la falta de coordinación elemental que podrían tener las medidas de fuerza de los distintos gremios de la misma central. Alineados con la CTA Autónoma o CTA de los Trabajadores, y en otros casos con la CGT, los dirigentes estatales se niegan a hacer asambleas comunes y un plan de lucha unitario.
Eso le reclama la Agrupación Marrón Clasista que impulsa el MAC-PTS. También otros sectores combativos y quienes se organizan en Unidxs por los despidos. Una denuncia fuerte con un plan de lucha débil no frenará a los gatitos mimosos del poder económico.