El clima hacia el paro general se va calentando y se mezcla con las negociaciones entre el Gobierno y la oposición por la caja. Así lo muestran las declaraciones de integrantes del Sindicato de Aceiteros de San Lorenzo (SOEA).
“Vamos a apoyar el paro general de CGT y a rechazar el tratamiento de la modificación de Ganancias, con 24 horas de cese de actividades como lo hemos hecho en el mes de enero” señalaron desde el sindicato, conducido hoy por Daniel Succi.
Recordemos que el Gobierno quiere restituir el impuesto al salario, cuarta categoría de Ganancias. Para eso negocia con los gobernadores de distinto signo político, incluídos los del PJ. Si tenemos en cuenta que la Federación Aceitera acaba de firmar una paritaria que ubica el piso salarial neto de $1.200.000, queda claro que la medida del gobierno alcanzará a casi la totalidad de los trabajadores aceiteros. Se trata de quienes hacen funcionar las grandes agroexportadoras y empresas de consumo masivo, como Cargill, Dreyfuss, Molinos, General Deheza, entre otras.
“Ni retroactivo, ni piso alto, que vayan por las ganancias de las prepagas. El salario no es ganancia, es la retribución a un esfuerzo. Vayan por sus amigos que tuvieron que salir a blanquear que se están llenando los bolsillos con los aumentos a la salud” dijeron desde Aceiteros (Mundo Gremial).
Martín Morales , secretario gremial de la organización, fue más allá. Aseguró que “ningún trabajador aceitero está dispuesto a que el gobierno le descuente de su sueldo para darle la dádiva a los gobernadores”.
Morales además le respondió al abogado de Techint y nuevo Secretario de Trabajo, Julio Cordero, que justificó el descuento. “No hay ningún problema, que las empresas presenten los balances y discutimos cómo se reparten las ganancias con los trabajadores”.
Desde el gremio denunciaron que "acá en la zona, en menos de 10 kilómetros paralelo al río Paraná, hay 17 puertos que se llevan 70 mil millones de dólares todos los años".
Es lo que no quieren hacer. Reconocer que sus ganancias no paran de aumentar en medio de la licuadora salarial de los trabajadores, incluso los mejores pagos. Pero también del hambre de millones, que asisten a comedores populares mientras se exportan alimentos para 40 millones de personas.
Hay que unir los reclamos de todo el pueblo trabajador. Abajo el impuesto al salario, abajo los despidos, arriba los salarios y los reclamos de las organizaciones sociales. | 
