En el acto central se presentó la artista santafesina, Amanda Miraflores junto a Juan Candioti, quienes pusieron voz y guitarra a un repertorio musical, también estuvieron presentes con su música Agustín Marcuzzi, Matias Allende, Marianela Barrera y Tato Acosta, acompañando el pedido de memoria y justicia.
21 años han pasado desde que el agua del río Salado irrumpió en la ciudad de Santa Fe, arrasando con un tercio de su territorio y dejando un saldo de miles de vidas destrozadas. La obra inconclusa de la Circunvalación Oeste funcionó como un canal de ingreso para la furia del río, inundando 43 barrios, más de 1200 manzanas y 28 mil hogares.
Más de 130 mil personas se vieron afectadas por la inundación. El costo humano oficial se contabilizó en 23 muertes, pero organizaciones sociales y familiares elevan la cifra a 158 santafesinos y santafesinas que perdieron la vida, víctimas de una catástrofe que pudo haberse prevenido.
Las muertes que la impunidad no pudo silenciar
El crimen hídrico, puso en el centro de la escena la responsabilidad de los funcionarios públicos a cargo de las obras que no se completaron y de la evacuación que no se realizó a tiempo. En 2004, el entonces gobernador de Santa Fe, Carlos Reutemann, fue denunciado penalmente por homicidio culposo, abandono de personas seguido de muerte, desvío de fondos y malversación de caudales públicos, entre otros delitos.
Sin embargo, la investigación no prosperó. Gracias a las influencias del entonces ministro de Justicia de la Nación, Gustavo Béliz, la causa fue archivada. Esta decisión judicial dejó un sabor amargo en la comunidad santafesina, que aún busca justicia por las muertes y el dolor ocasionados por la inundación.
A pesar de la impunidad, la memoria de las víctimas y el reclamo por justicia siguen vivos. Actualmente el Gobierno Provincial busca dejar en el pasado la lucha de las víctimas del crimen hídrico declarando que no va a apelar el fallo de la Corte Provincial que establece la responsabilidad del Estado Provincial ante la inundación, y anunciando que se cobrará una indemnización, pero esta solo alcanzará a quienes iniciaron un juicio y nunca cobraron ninguna compensación, es decir, menos del 1% de los afectados, tampoco hay certezas de montos ni de cuando se cobraría esta indemnización. Las organizaciones sociales y los familiares de las personas fallecidas continúan exigiendo justicia y que los responsables sean condenados.
La inundación de 2003 fue una tragedia que evidenció la falta de planificación y la desidia del estado. La lucha por la memoria y la justicia en torno a la inundación de Santa Fe es un ejemplo de la fuerza que tiene la comunidad cuando se une para exigir sus derechos. |