Ocurrió el domingo por la noche. Se conoció la terrible noticia del incendio intencional provocado por un hombre en el barrio de Barracas (Ciudad de Bunos Aires), quien lanzó una bomba molotov al cuarto de dos parejas de mujeres lesbianas. Mercedes y Pamela habían sido trasladadas al Hospital del Quemado. Las otras dos víctimas están internadas en el Hospital Penna: Andrea Amarante se encuentra el 75% del cuerpo quemado y Sofía Castroriglos, con quemaduras ya fuera de peligro. Pamela falleció producto del ataque. Según indican varias fuentes y vecinos, el hombre ya había tenido problemas con las mujeres por su orientación sexual.
Organizaciones del movimiento de mujeres y personas LGTTTBIQ+, el colectivo Ni Una Menos y asambleas barriales, repudiaron este crímen misógino y lesbodiante. El hecho generó un estado de alerta y se espera una respuesta en las calles.
Este atentado, ocurre a la par de los discursos de odio que foguea el presidente Javier Milei y aliados suyos como Agustín Laje y Nicolás Márquez.
Contra lo que el oficialismo llama “ideología de género”, responden con una ideología pro capitalista y misógina, que niega la violencia hacia las mujeres y la diversidad, la desigualdad y hasta niega la propia existencia de las identidades del colectivo disidente. Así buscan legitimar desde el aparato del Estado, una reacción patriarcal a todas los derechos conquistados por los movimientos de lucha, y fomentan la impunidad frente a la violencia machista.
Este lunes, en el foro del Instituto Milken, el presidente Javier Milei se expresaba en rechazo a lo que llaman “marxismo cultural”:
“Una cultura donde (...) se persigue al privado para que se someta a mandamientos de supuesta moral, en cuestiones como el género, la cuestión racial o la cuestión ambiental, que muchas veces terminan atentando directamente contra la libertad y la capacidad de las empresas para generar riqueza”.
Y hace pocos días, Nicolás Márquez, intelectual de ultraderecha que le da línea al Gobierno, decía en una entrevista en Radio Con Vos, que “la homofobia no existe”. Allí mismo calificó a la homosexualidad como algo “insano”. Dijo: “Cuando el Estado promueve, incentiva y financia la homosexualidad, como lo ha hecho hasta la aparición de Javier Milei en escena, está incentivando una conducta autodestructiva”.
Pero para Pamela Cobos y las otras tres mujeres víctimas, la conducta destructiva vino desde afuera, en forma de atentado contra sus vidas. El Gobierno es responsable de un movimiento doble: por un lado niega esa violencia y a la par, la fomenta.
A su vez, Javier Milei y sus aliados, arremeten contra la Educación Sexual Integral (ESI), buscan cerrar el INADI, despiden personas del cupo laboral travesti-trans-no binario en todas las dependencias públicas, y descargan las peores consecuencias del ajuste sobre las mujeres y la diversidad que ven empeoradas drásticamente sus condiciones vida y habitacionales.
Mientras tanto, altas funcionarias como la canciller Diana Mondino compara la homosexualidad con tener piojos, y la vicepresidenta Victoria Villarruel, rechaza el matrimonio entre personas del mismo género.
De esta manera, dan impunidad y permiten que se envalentonen sectores reaccionarios de la sociedad, que se sienten habilitados por los discursos patologizantes y de criminalización, que se vierten desde el Estado, las iglesias y distintos referentes libertarios.
Así lo calificó la dirigente feminista socialista Andrea D’ Atri, legisladora electa por el PTS-FITU y fundadora de Pan y Rosas, en la red social X: Misoginia, lesbofobia y otras formas de violencia suceden cotidianamente. Pero cuando los discursos de odio se habilitan como “opiniones” igual a otras o se convierten en ideología de estado, esa violencia se legitima socialmente. Justicia por las víctimas del atentado de Barracas.
Los femicidios, crímenes y hechos de violencia ocurren gobierno tras gobierno. Casos emblemáticos como el de Pepa Gaitán en 2010, el de Higui de Jesús en 2016, la desaparición de Tehuel de la Torre en 2021 o el trasfemicidio de Zoe López García el 2023, no sólo han sido repudiados, sino combatidos con acciones en las calles.
Con grandes movilizaciones es que se conquistaron y defendieron los derechos para el colectivo de mujeres y diversidad. Sin ir más lejos, el 8M expresó masivamente el rechazo a los intentos de derogar el derecho a la Interrupción Voluntaria del Embarazo, entre otros ataque del Gobierno. Esta movilización de miles y miles, mostró una gran potencialidad para enfrentar al Gobierno masivamente en la calles. Este es el camino que se necesita profundizar ante la guerra que el gobierno de Javier Milei declara tanto al movimiento de mujeres, de la diversidad, como a las grandes mayorías.
Distintas agrupaciones y movimientos del colectivo de feminista y LGTTTBIQ+, comenzaron a reunirse y se espera una movilización para exigir Justicia por Pamela Cobos y las compañeras víctimas de éste atentado lesbodiante. En los próximos días se espera una respuesta en las calles.
Es necesario que las banderas del movimiento de feminista y de diversidades se desplieguen en las calles, y estén presenten en las luchas del conjunto del pueblo que enfrentan las políticas antipopulares del Gobierno. El ataque es trasversal, la mejor respuesta es la unidad en la organización y la lucha.
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