Este martes se llevó a cabo una jornada de clases abiertas en el campamento estudiantil y popular por Gaza instalado en Ciudad Universitaria de la UNAM. Como parte de estos esfuerzos, se realizó un taller de Dabke palestino, a cargo de la bailarina y periodista independiente Axomalli Villanueva, impulsora de La Izquierda Diario México y militante del Movimiento de los Trabajadores Socialistas.

El Dabke es una danza popular árabe originada en las montañas de la región levantina, incluyendo Palestina, Líbano, Jordania y Siria. La palabra "Dabke" proviene del árabe y significa "patear con los pies" o simplemente "zapateo". Su origen se remonta a una antigua tradición de reparar techos de barro, donde la comunidad se reunía, formaba líneas y pisoteaba el barro. Esta danza se ha transmitido de generación en generación, recordando la importancia de la colectividad y las tradiciones.

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Hoy en día, el Dabke se presenta en todo el mundo en diversas celebraciones. Hay varios estilos de Dabke, siendo el "al shamaliyya" el más común, bailado por hombres y mujeres unidos en línea o círculo.

Aunque el gobierno de Palestina ha inscrito el Dabke en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad en 2023, las raíces de esta danza van más allá de un simple patrimonio cultural, siendo una expresión vital de la identidad palestina y una forma de resistencia ante la ocupación.

En el contexto del campamento estudiantil y popular por Gaza en la UNAM, el taller de Dabke palestino no solo fue una experiencia cultural, sino también un acto de solidaridad y resistencia. El Dabke, más allá de ser una danza tradicional, simboliza la lucha del pueblo palestino contra la ocupación y el despojo colonial. Su presencia en manifestaciones, eventos deportivos y movimientos sociales en todo el mundo destaca su papel como un símbolo de resistencia global. Nutrir espacios de autoorganización y solidaridad con Palestina es crucial en la lucha contra la militarización y el colonialismo en todo el mundo. Así, el Dabke no solo se baila, sino que se convierte en un acto de resistencia política y social que trasciende fronteras.

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