La inflación de abril fue de 8,8%, según el índice de Precios al Consumidor (IPC) que publicó este martes el Indec y en los primeros cuatro meses del año acumula un aumento de 65%. Así, el acumulado de los últimos doce meses alcanzó 289,4%.
El Indec indicó que “la división de mayor aumento en el mes fue Vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles (35,6%) por los incrementos en las tarifas de gas, agua y electricidad. Le siguieron Comunicación (14,2%), por las subas en servicios de telefonía e internet, y Prendas de vestir y calzado (9,6%) por cambios de temporada”.
El rubro de alimentos y bebidas no alcohólicas aumentó 6% mensual en abril, por debajo del nivel general. Pero en los últimos doce meses el rubro escaló 293%, por encima del nivel general (289,4%). Esta suba afecta en mayor medida a los sectores de menores ingresos.
Según el informe del Indec, el Gran Buenos Aires estuvo por encima del valor nacional, con una inflación de 9,2%. También el Noroeste se mostró por arriba de ese nivel, con 9,1%. La Región Pampeana empató al inflación del cuarto mes del año, Patagonia llegó al 8,5%, Cuyo al 8,1% y el Noreste fue de 6,3%.
Nada para festejar
El Gobierno festeja una inflación menor a marzo, pero lo cierto es que la suba de precios recién volvió a los niveles de octubre del año pasado (8,3%). Las propias políticas oficiales como la devaluación, la suba de tarifas de los servicios públicos, la liberalización de los alquileres y las prepagas dispararon los precios en los primeros meses del gobierno (diciembre y enero).
El ajuste de Milei frenó la economía, se desplomaron la industria y la construcción con pérdida de puestos de trabajo, y la pérdida salarial por la inflación provocó la caída del consumo. El parate de la economía, el tipo de cambio planchado y la postergación de más aumentos de los servicios públicos colaboraron con una menor suba de precios. Pero estos incrementos se realizarán más adelante y no se puede descartar una nueva devaluación por presión de las patronales agrarias y por la falta de dólares frescos del FMI. Es decir, que la inflación puede volver a acelerarse. Un nuevo zarpazo al bolsillo del pueblo trabajador.
Nicolás del Caño, diputado del PTS-FIT, denunció que “Milei gritaba que la inflación era un robo de los políticos a la gente y ahora se jacta de haber licuado los ingresos de las mayorías y hasta festeja un 9% mensual que antes decía que era una locura”. El diputado recordó un tuit de Manuel Adorni de noviembre de 2023 sobre la inflación que decía “el nivel de decadencia es tal que el gobierno festeja una inflación mensual del 8,4%, la misma inflación que los países de la región tardarán 3 años en acumular. Fin.” Lo mismo que ahora celebra el Gobierno.
Son necesarias medidas como un aumento de emergencia para los trabajadores formales, informales, desocupados y jubilaciones y por la actualización automática frente a la inflación, nadie puede ganar menos de lo que cuesta la canasta básica ($828.158 en abril, según el Indec).
Para combatir la inflación se requiere un programa de otra clase con medidas como la nacionalización de la banca y el comercio exterior bajo gestión de los trabajadores para atacar la fuga de capitales y las remesas de utilidades de las grandes empresas al exterior que debilitan la moneda nacional, y el desconocimiento soberano de la deuda fraudulenta.
El paro del 9 de mayo fue contundente a pesar de la actitud de los dirigentes sindicales. Hay fuerzas para pelear y recuperar todo lo perdido en estos años. Es necesario que la CGT y la CTA convoquen a un nuevo paro general activo, con una gran movilización al Congreso, frente al tratamiento de la Ley Bases y el paquete fiscal, que implica un nuevo golpe a la clase trabajadora, y un plan de lucha hasta derrotar el plan del gobierno de Milei, rechazando el conjunto de la ley y por la anulación del mega-DNU y el protocolo de Bullrich. Solo la huelga general podrá derrotar el plan de conjunto.
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