Si la aparición en el centro de la escena política de Javier Milei antes de llegar a la presidencia había generado las primeras tensiones tanto al interior de Juntos por el Cambio como en el PRO, con el libertariano en el poder, el partido amarillo se debate directamente entre su fusión con La Libertad Avanza o mantener su autonomía partidaria para negociar y colaborar desde afuera. Una posible ruptura aparece en un horizonte no muy lejano.
Bullrich, actual funcionaria del Gobierno y defensora de la línea de integración o de fusión con LLA, con ese proyecto bajo el brazo organizó el último fin de semana una reunión que juntó a dirigentes bullrichistas, como el intendente de Tres de Febrero, Diego Valenzuela, y "libertarios", como Sebastián Pareja.
Esa reunión parece haber sido el detonante para que Macri (actual presidente del PRO), quien prefiere conservar la autonomía partidaria con él al mando, jugara sus fichas. Tras una reunión por zoom durante el último martes, en la que el ex presidente juntó a su tropa más leal, y excluyó a los bullrichistas como Damián Arabia, llevó adelante dos días después una maniobra de fuerte impacto a nivel partidario en respuesta a la línea Bullrich.
Veinticuatro de treinta y tres miembros del Consejo Directivo Provincial (Buenos Aires) renunciaron mediante una carta en la que aluden motivos "personales y políticos" y hablan de un "compromiso por reformular sus acciones". El vaciamiento de ese organismo constituye un golpe para Bullrich e implica en concreto que se tenga que llamar a nuevas elecciones (ya que debe funcionar con al menos dos tercios), en las que el macrismo buscaría colocar al frente a Cristian Ritondo, tan cercano a Macri como responsable colaborador del Gobierno de Milei. Quedá así desplazada en los hechos del cargo Daniela Reich, esposa de Valenzuela, hombre de confianza de la ministra y partícipe de la reunión con aires fusionistas del fin de semana.
Quedará para el corto plazo como continúa la disputa de poder al interior del partido derechista que gobernó e hizo un desastre entre 2015 y 2019, y hoy aporta buena cantidad de funcionarios al gobierno "libertario" y la casi totalidad de votos en el Congreso con sus legisladores.
Más que una diferencia de programas políticos o económicos la disputa gira en torno a la puja de poder entre Macri y Bullrich, a la vez de a las diferentes visiones acerca de cuál es el vínculo más conveniente con Milei. Pegarse a él y apostar por el camino discursivo "ultra", como cree la ministra de Seguridad, o mantener la autonomía partidaria para negociar y limar esos aspectos extremistas que buena parte del gran capital ve con preocupación en Milei para poder aplicar su programa de ajuste y ataque a los derechos de las mayorías, como propone Macri.
A la vez, quizás con buen timing político, la diferenciación de Macri con el "libertario" parece ir en aumento a medida que el panorama del Gobierno se va empantanando y su debilidad se hace más patente, como lo señalan las complicaciones oficialistas para aprobar la Ley Ómnibus, los índices macroeconómicos, la crisis social en Misiones y lo que parece ser un inicial movimiento ascendente del dólar, entre otras señales. |