Révolution Permanente: En las últimas semanas se produjeron varias ocupaciones en universidades alemanas, siguiendo el ejemplo del movimiento en Estados Unidos, en apoyo al pueblo palestino. Este movimiento es objeto de una represión particularmente fuerte. ¿Cómo describiría la situación actual?
Stefan Schneider: En los últimos días, el movimiento de ocupación de universidades se extendió también a Alemania, en particular a Berlín, Bonn, Bremen, Colonia, Leipzig y Múnich. En la mayoría de los casos, especialmente en la Universidad Libre de Berlín, los rectorados respondieron con una feroz represión. Llamaron a la policía para que disolviera la ocupación a los pocos minutos. En Berlín, la policía detuvo a unas 80 personas, gaseó a los estudiantes dentro de la universidad e hirió a varios de ellos.
Al mismo tiempo, esta represión dio lugar a una enorme ola de solidaridad entre estudiantes y profesores. Más de 1.000 profesores y personal universitario firmaron una petición de apoyo al movimiento. Se están preparando manifestaciones conjuntas para denunciar la represión. Esta semana inició una nueva ocupación en Múnich. Se podría decir que la pesadilla del régimen alemán se está haciendo realidad: que el movimiento de solidaridad se extienda, como en Estados Unidos, con una masificación del apoyo a Palestina.
Por eso el gobierno y la policía respondieron con una gran represión. Ya desde el 7 de octubre del año pasado hay una represión masiva contra todos aquellos que se oponen a la “razón de estado” del imperialismo alemán y se solidarizan con Palestina: prohibición de manifestaciones, disolución de organizaciones palestinas, registros y amenazas de expulsión. Aunque entretanto la represión había disminuido relativamente, la prohibición del congreso internacional sobre Palestina celebrado en Berlín del 12 al 14 de abril marcó un nuevo punto de inflexión.
No sólo se violó el derecho de reunión de forma totalmente inconstitucional, sino que también se impusieron prohibiciones de entrada y de "actividad política", incluso a destacadas figuras de la izquierda, como el ex ministro griego de Finanzas Yanis Varoufakis. Son medidas que no se tomaban desde hace mucho tiempo. Para justificarse, el Estado y los medios de comunicación hacen la maniobra de equiparar a la izquierda con el islamismo, algo bastante nuevo. Lo que vemos aquí es una tendencia creciente a la bonapartización, aunque a un nivel más bajo que en Francia, por ejemplo. El objetivo es preparar una transformación autoritaria de Alemania y de la Unión Europea para hacerlas "aptas para la guerra", según la expresión del ministro de Defensa Boris Pistorius (SPD, Partido Socialdemócrata).
Pero esta oleada represiva llega en un momento en que se intensifica la presión humanitaria sobre el gobierno. Las encuestas muestran que la mitad de los alemanes está a favor de prohibir el comercio de armas (49%) y de procesar a los funcionarios israelíes por crímenes de guerra (50%), mientras que un tercio (33%) cree que Israel está cometiendo un genocidio en la Franja de Gaza, más que los que piensan lo contrario.
RP: En Europa, la guerra de Ucrania abrió un período de militarización del continente. ¿Cómo se está desarrollando esta tendencia en Alemania?
Stefan Schneider: Desde que el Bundestag (Parlamento alemán) votó en 2022 a favor de un fondo especial de 100.000 millones de euros para rearmar al ejército alemán, el impulso militarista no frenó. Entregas de armas cada vez mayores a Ucrania, apoyo al genocidio israelí en Gaza, intervención naval en el Mar Rojo, las mayores maniobras militares en décadas, debates sobre misiles crucero y armas nucleares, construcción de nuevas fábricas de municiones, campañas de reclutamiento para la Bundeswehr (ejército alemán), etc. Recientemente, el gobierno propuso un nuevo "día de los veteranos" como parte de una ofensiva ideológica para normalizar la militarización.
Al mismo tiempo, el ministro de defensa Pistorius anunció que este aumento del gasto militar podría ser "sólo el principio". En lugar de los 85.000 millones de euros actuales, podría pasar a 150.000 millones de euros al año (un aumento del 2 al 3,5% del PIB). Las medidas de austeridad necesarias para lograrlo afectarán a la seguridad social, la educación y la sanidad, donde se prevén recortes de varios miles de millones de euros y nuevas medidas disciplinarias para los beneficiarios de prestaciones. En particular, el Partido Liberal (FDP), con su Ministro de Hacienda Christian Lindner, quiere congelar el gasto social durante varios años, exige una prolongación de la jornada laboral y un aumento de la edad de jubilación, mientras que los huelguistas de sectores estratégicos como el transporte se enfrentan a ataques al derecho de huelga.
RP: En Alemania, el debate sobre las armas se desarrolla también en un contexto de crisis del modelo económico del país, vinculado a la desvinculación progresiva de la energía de Rusia a partir de 2022. Esta situación está abriendo debates en el seno del régimen y de la burguesía sobre quiénes son los aliados de Alemania y quiénes sus adversarios. ¿Cuáles son esos debates?
Stefan Schneider: Según las "directrices de la política de defensa" de noviembre de 2023, Alemania quiere convertirse en "la columna vertebral de la defensa colectiva de Europa". Se espera que la Bundesweh lidere las formaciones europeas y que, al estacionarse en Europa del Este, subraye sus propias reivindicaciones en la región frente a Rusia. Las nuevas negociaciones de adhesión a la UE con países de la esfera de influencia rusa son un paso en la misma dirección. Sin embargo, el desacoplamiento energético de Rusia ha provocado una crisis económica que hizó que el país entre en recesión, a diferencia de otras potencias del continente.
La posición sobre China, por otra parte, es menos clara. Mientras que destacados politólogos como Herfried Münkler hablan de un "orden mundial multipolar" con un bloque "democrático-estado de derecho" (EE.UU. y la UE) por un lado y un bloque "autoritario-autocrático" (sobre todo China y Rusia) por otro, en el que Alemania debería desempeñar un papel central a la cabeza de la UE, la economía alemana sigue estando estrechamente vinculada al mercado chino.
La postura antirrusa y antichina es objeto de fuertes críticas, en particular por parte de la extrema derecha, Alternative für Deutschland (AfD), y la nueva "Alianza Sahra Wagenknecht", liderada por el antiguo político del Partido de Izquierda Die Linke. De diferentes maneras, estas dos fuerzas defienden una falsa alternativa de soberanía, en la que un imperialismo alemán fortalecido tendría vínculos más equilibrados, y por tanto menos dependencia, tanto de Estados Unidos como del bloque ruso-chino. Nosotros, como revolucionarios e internacionalistas, decimos claramente que un imperialismo alemán fuerte es el enemigo de todos los explotados y oprimidos, y que la alternativa no puede ser la soberanía -que sólo es la soberanía de los capitalistas-, sino sólo la solidaridad de la clase obrera y la juventud de Alemania con los trabajadores y los pueblos oprimidos de todo el mundo.
RP: ¿Cómo se preparan las elecciones europeas en plena campaña de militarización del continente? ¿Qué papel intenta desempeñar la extrema derecha en lo que respecta al ejército?
Stefan Schneider: Los partidos de la "coalición progresista" -SPD, Verdes, FDP (coalición en el Gobierno desde 2021)- intentan presentar las elecciones europeas como un voto contra la derecha, porque la AfD podría quedar segunda según los sondeos. El gobierno actual y la AfD, al igual que los conservadores de la CDU/CSU, tienen las mismas ideas con respecto a la militarización y la represión de los migrantes y solo discuten por la posición frente a Rusia. Se acaba de aprobar el Pacto Europeo Común de Asilo, que no es más que un pacto para militarizar aún más las fronteras, simplificar las deportaciones y reforzar la Fortaleza Europa.
La AfD es tan fuerte sobre todo por la ausencia de una alternativa de izquierda consistente. El Partido de Izquierda (Die Linke) y la dirección burocrática de los sindicatos coinciden con los demás partidos del régimen en apoyar la guerra en Ucrania y el genocidio israelí en Gaza, mientras que la Alianza Sahra Wagenknecht puede presentarse como un partido antibelicista, pero defiende posiciones similares a las de la AfD en materia de migración y cuestiones de orientación sexual y autodeterminación de género.
RP: Con Klasse Gegen Klasse y como miembros de la Fracción Trotskista por la Cuarta Internacional (FT-QI), ustedes rechazan la actual militarización de la sociedad y la marcha hacia la guerra. ¿Cuáles son los principales debates que tienen lugar en la izquierda sobre la cuestión de la militarización?
Stefan Schneider : Nos oponemos a dos tendencias dentro de la izquierda sobre esta cuestión: por un lado, la gran mayoría de Die Linke, cada vez más servil a la OTAN y que, en particular, no se opone al genocidio en Gaza. Por otro lado, fuerzas como Sahra Wagenknecht, pero también diversos sectores estalinistas, que ven un mal menor en una alianza con un bloque ruso-chino o que esperan que un "orden multipolar" pueda frenar las tendencias asesinas del imperialismo.
Contra toda ilusión pacifista, creemos por el contrario que sólo un gran movimiento antimilitarista y antiimperialista contra el genocidio y el militarismo, con el movimiento obrero a la cabeza, puede poner fin a la carrera armamentista imperialista y al riesgo cada vez mayor de guerras entre las grandes potencias, por no hablar de la destrucción capitalista de nuestro planeta.
Esto es lo que nosotros, junto con todas las secciones de la Fracción Trotskista - Cuarta Internacional, decimos en un manifiesto de campaña internacional: "Debemos hacer frente a la campaña reaccionaria de las potencias para que aceptemos su carrera armamentística y su militarismo. Las nuevas generaciones no deben ser sacrificadas en los desastres militares de los capitalistas y en el altar de sus beneficios. Sin embargo, ése es el futuro que los capitalistas nos tienen reservado si no nos oponemos a ellos con todas nuestras fuerzas. En todo el mundo, los enfrentamientos internacionales y las tensiones entre Estados capitalistas aparecen así como el complemento de los antagonismos de clase, así como de la militarización y criminalización de la pobreza, los sectores populares y las migraciones, que sólo pueden ser superados con una política internacionalista y socialista".
Esta entrevista se publicó originalmente en el sitio Revolution Permanante, parte de la Red Internacional La Izquierda Diario |