¿Nos podría comentar el rol de su organización, desde cuándo existen y cuál es su principal objetivo?
Somos Fundación "Desde La Vereda" una organización sin fines de lucro que nace en la ciudad de Arica, con el fin de visibilizar la situación de calle y cambiar la forma de cómo relacionarnos con este fenómeno social. Nos constituimos como organización en el año 2021 a partir de la necesidad de visibilizar y amplificar la voz de personas en situacion de calle que en ese momento (Pandemia) estaban siendo postergados, vulnerados y mal tratados.
¿Cuál es su opinión general sobre los desalojos de carpas o rucos a personas en situación de calle realizados por la Municipalidad?
Para nosotros los desalojos sin una respuesta a la base de los reales de los problemas de la gente en situación de calle, se configuran como acciones violentas y represivas hacia estas personas, que no hacen más que recrudecer la situación de vulnerabilidad en la que se encuentran. Son verdaderos barridos humanos que las instituciones públicas (por lo menos en Arica) sustentan en la noción de insalubridad y delincuencia, y que lamentablemente son legitimados por las instituciones del Estado y la sociedad. Muchas veces un intento compulsivo de esconder bajo la alfombra la pobreza, lo indeseado, lo que escapa a los estándares socialmente aceptado, y otras veces un oportunismo político desde donde extraer réditos para fines electorales principalmente en tiempos de campaña. Todas estas acciones terminan por comprometer la vida de las personas.
¿Cree que los desalojos son una solución efectiva para abordar la problemática de las personas sin hogar? ¿Por qué o por qué no?
La efectividad de estos desalojos radica principalmente en establecer representaciones sociales nocivas de quienes viven en calle, si lo que se busca es distorsionar lo que representa una persona en situación de calle, bienvenido sean los operativos de erradicación de rucos. Pero si lo que se busca es el abordaje pertinente de ésta como problemática social y cómo resolverla, la verdad es que no tiene ningún asidero.
La situación de calle es un fenómeno muy complejo, siendo una de las máximas expresiones de abandono y de la vulneración de los derechos hacia una persona, donde se requiere un abordaje con una perspectiva multidimensional y de derechos humanos, dignificando en todo momento. Estas acciones de desalojo además de atentar contra la dignidad y la vida de las personas, solo trasladan de lugar esta problemática hacia otros vecindarios u otros sectores de la ciudad.
Junto a esto, agravan y /o agudizan los niveles de vulnerabilidad de estas personas donde muchos de ellos son despojados forzosamente de sus pertenencias, como documentos personales, ropa, e incluso medicamentos que tratan enfermedades crónicas y graves. Y no menor a lo anteriormente señalado, profundizan las heridas y os traumas de los estigmas sociales, en que se relaciona la criminalización con la situacion de calle.
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¿Qué alternativas considera más adecuadas para ayudar a las personas en situación de calle en lugar de los desalojos?
Desde la fundación creemos que los espacios públicos deben ser utilizados democráticamente por la comunidad para el pleno desarrollo de éstas, sin embargo, esto no pude ser a costa de vida humanas; por tanto, lo primero es que debemos reconocer que las personas en situacion de calle son parte también de la comunidad, muchos de ellos han sido vecinos domiciliados por larga data y por diversas situaciones han transitado a utilizar la plaza de la esquina, el sitio eriazo de la población, o los ríos y canales que cruzan los territorios.
En segundo lugar, conocer quiénes son, cuáles son sus necesidades, qué es lo que esperan de la comunidad, y por último incluirlos en la comunidad y en el ejercicio del desarrollo creativo de éstas, facilitándoles el acceso a oportunidades y redes de apoyo que posibiliten el abordaje del fenómeno en su multidimensionalidad.
¿Piensa que la Municipalidad ofrece suficientes recursos y apoyo a las personas que son desalojadas? ¿Qué mejoras sugeriría?
El problema no pasa por los recursos, ya que para propiciar un trato distinto hacia las personas que viven en calle, no se requiere sólo de “plata”, sino más bien una visión y postura que apunte a la humanización de la calle. Lo que nos llama profundamente la atención, dado que es precisamente la Municipalidad de Arica quien ha comprometido en su política municipal de calle “abordar la situacion de calle con determinación, Humanidad y acciones concretas”.
Creemos que ha habido una demora peligrosa en transitar hacia políticas públicas y regionales que garanticen los derechos y la dignidad de quienes viven en situacion de calle, no solo por el hecho de una restitución de derechos, sino también porque hay vidas en juego, son muchas las personas en situación de calle que están muriendo producto del abandono y de las acciones represivas como violentas por parte de la institucionalidad y la sociedad, y muchas de éstas duermen en el más absoluto desconocimiento, en el silencio y la indiferencia.
Por lo anterior, es necesario urgentemente pasar de la noción asistencialista y paternalista que se instalan como modelos hegemónicos, los cuales no hacen más que situar a quienes sufren esta problemática, como objetos estáticos, pasivos receptores de prestaciones sociales y caridad, convertidos en usuarios y no como protagonistas y partícipes de la construcción del entramado social y del proyecto compartido con otr@s.
¿Cómo cree que afectan estos desalojos a la percepción pública sobre las personas sin hogar?
Son señales que determinan en cómo finalmente la sociedad se relaciona con este problema social y con quiénes viven en calle. La noción que emerge de estos operativos está en un asunto de insalubridad y delincuencia, lo cual nos parece preocupante y peligroso en un contexto social donde se levantan voces promotoras de odio y discriminación hacia los grupos vulnerables.
¿Considera que los desalojos respetan los derechos humanos de las personas en situación de calle? ¿Por qué o por qué no?
En ningún caso, de partida estar en situación de calle ya es una vulneración a los derechos humanos. Por tanto este tipo de acciones continúan atentando contra la dignidad y el buen trato humano.
¿Ha habido algún caso particular de desalojo que le haya impactado especialmente? ¿Podría compartir su experiencia o sus reflexiones al respecto?
El caso de David refleja fielmente, por un lado, lo preocupante y peligroso de estas acciones; y por otro lado el nivel de indiferencia que existe hacia estos grupos. En la primavera del 2022, David era una persona en situación de calle que vivía en la ladera del rio San José, quien formaba parte del grupo que participaba de nuestras rutas Calle que realizábamos cada tres días en la semana.
De acuerdo al relato de su pareja - quien lo acompañaba en su momento - y de sus amigos que viven a su alrededor, en un operativo de erradicación de rucos y en un acto de protesta hacia funcionarios que buscaban desalojarlo, termina perdiendo la vida de manera trágica, con quemaduras graves en todo su cuerpo. Este caso no fue de interés mediático para nadie, y durmió como tantos otros casos en el más absoluto silencio. Sin embargo, ha motorizado nuestras acciones, y nos ha impulsado a trabajar en la sensibilización y concientización sobre los actos de represión hacia este grupo de la población, preparando un plan de levantamiento de sitios de memorias de quienes mueren en situación de calle.
¿Piensa que estas medidas generan mayor estigmatización a personas en situación de calle y potencia un sentido común punitivo y de criminalización hacia estos sectores? Si la respuesta es sí ¿Por qué?
Claramente, es cosa de ver las redes sociales sobre todo cuando se vitorea la realización de estos operativos. Nadie merece vivir y morir en la calle. |