La capacidad del gobierno de La Libertad Avanza de votar una ley antipopular no tiene límites. Esta semana una decena de ministros y funcionarios paseó por los despachos de otros partidos para negociar el dictamen y que se trate en el Senado. Algunos gobernadores o empresarios arrancaron alguna que otra tajada. Pero para el pueblo trabajador, viene cada vez peor.
Este jueves se conoció el texto y una de las cosas que hay que alertar es que quieren profundizar la reforma laboral que votó Diputados.
Se trata de dos artículos que estaban en la propuesta original de Milei y están sacados del DNU 70/23 que analizamos acá, aunque el capítulo “Trabajo” está suspendido por la justicia.
1. Libertad total para el fraude laboral
Uno de esos cambios apunta a legalizar totalmente el fraude laboral, sobre todo el que se lleva adelante mediante la "locación de obras y servicios": yo "presto un servicio" y una empresa (o el Estado) a cambio me da "una retribución", que facturo como monotributista. Una enfermera o médica y un hospital, una empleada y un ministerio, un maquinista y una empresa, y un largo etcétera. Cada vez se usa más como forma de encubrir una relación de dependencia.
La Ley Bases lo hace a través del nuevo artículo 87. Primero, calcado del DNU, reafirma que algunos trabajadores y trabajadoras no gozan de los derechos incluidos en la Ley de Contrato de Trabajo (LCT). A los obreros de la construcción, trabajadoras domésticas, peones rurales, como ya estaban afuera, ahora le suma explícitamente “las contrataciones de obra, servicios, agencia y todas las reguladas en el Código Civil y Comercial de la Nación”.
Esto se combina con el nuevo artículo 87 bis, que también figura en el DNU. Allí cambia de un plumazo el artículo 23 de la LCT. Dice que "el hecho de la prestación de servicios hace presumir la existencia de un contrato de trabajo, salvo que..." y ahí mete la trampa: "la presunción contenida en el presente artículo no será de aplicación cuando la relación se trate de contrataciones de obras o de servicios profesionales o de oficios y se emitan los recibos o facturas correspondientes a dichas formas de contratación”.
O sea: quienes sean obligados por la empresa a ingresar bajo contratos “entre partes”, como el monotributo u otras formas de contratos precarios, ni gozarán de los derechos de cualquier trabajador (convenio colectivo, aguinaldo, obra social, vacaciones, organización sindical) ni podrán reclamar contra ese fraude laboral. Eso es lo que la Ley Bases legaliza. Lo que muchas empresas ya hacen pero otras no para evitar un reclamo laboral, ahora será “libre”.
Como señala el especialista en temas laborales, Luis Campos, “la legislación laboral no se va a aplicar si las partes “libremente” decidieron vincularse con una locación de servicios. Este es el corazón de la reforma laboral en materia de relaciones individuales: otorgarle primacía a lo que las partes dicen (el contrato que firmaron) por sobre lo que las partes hacen (relación de dependencia entre un empleador y un trabajador)”.
¿Te imaginás las posibilidades que tenes vos de negociar ante el departamento de Recursos Humanos de la empresa si necesitás el laburo? Cero. Va a haber un festival de “contratos de obra”, hasta que seamos millones de “factureros”.
2. Libertad para despedir a cualquiera que reclame
La otra es un ataque al derecho de huelga y también está contemplado en el DNU. El nuevo artículo 91 bis plantea modificar el artículo 242 de la Ley de Contrato de Trabajo, que se refiere a “la extinción del contrato de trabajo por justa causa”. Ese “derecho” rige para ambas partes cuando se sienten “injuriadas”.
¿Qué quiere hacer Milei? Que se convierta en un artículo antihuelgas, antiprotesta, antibloqueo, antisindical. ¿Por qué? Porque le agregó toda una parte que solo es para favorecer a una parte, los empresarios. Dice: “Podrá configurar grave injuria laboral, como objetiva causal de extinción del contrato de trabajo, la participación activa en bloqueos o tomas de establecimiento”. Y sigue luego con una lista de acciones que, si el trabajador las hace, puede ser echado sin ningún derecho ni indemnización: “se presume que existe injuria grave cuando, durante una medida de acción directa: a) se afecte la libertad de trabajo de quienes no adhieran a la medida de fuerza, mediante actos, hechos, intimidaciones o amenazas; b) se impida u obstruya total o parcialmente el ingreso o egreso de personas y/o cosas al establecimiento; c) se ocasionen daños en personas o en cosas de propiedad de la empresa o de terceros situadas en el establecimiento (instalaciones, mercaderías, insumos y materias primas, herramientas, etc.) o se las retenga indebidamente”.
O sea si un empresario no te paga el sueldo y una huelga le paraliza la planta o le echa a perder un poco de materia prima, lo puede considera una “injuria” y dejarte en la calle.
También una protesta delante de una fábrica, un paro que impide el funcionamiento de toda una empresa (incluso de quienes no adhieren), si mirás mal a un “carnero” o un supervisor, pueden ser motivo de despido “con justa causa”. Para Milei ninguna ley será "justa".
El hecho no es casual. Dentro del gobierno de Milei hay integrantes del “Movimiento Empresarial Antibloqueos” como Patricia Bullrich. Ya perdieron su primer juicio porque hasta el juez dijo que una protesta en la puerta de una empresa es un derecho laboral y constitucional.
No pueden quedar dudas: hay que voltear toda la ley en las calles
El nuevo dictamen muestra que los cambios que negocian entre cuatro paredes no pueden traer nada bueno al pueblo trabajador. Pero además el dictamen confirma todos los ataques que ya salieron de Diputados: el “fondo de cese laboral” para echar más fácil y barato, el aumento del período de prueba, al aliento a la tercerización o del despido discriminatorio. O sea que aún sin los nuevos cambios, la reforma laboral ya era recontra reaccionaria.
Después del paro general del 9 de mayo, que mostró la fuerza de la clase trabajadora, las cúpulas sindicales dicen que están en contra de la Ley Bases pero no mueven un pelo. Se limitan a videos para Instagram, análisis o “plenarios” que no convocan a nada. O sea, nada a la altura del ataque.
Hay que cortar con tanta dulzura con la derecha. Que se convoquen asambleas en los gremios y lugares de trabajo para discutir cómo nos afecta esta Ley y como la volteamos por completo. Que se convoque a un paro activo con movilización cuando la traten.
Si la dejan pasar, van a ser cómplices del saqueo al país y a todo el pueblo trabajador. | 
