La falta de enfermeras y técnicos en cuidados auxiliares de enfermería (TCAE) en el área de hospitalización del Hospital Gómez Ulla (HCD) provoca el cierre de hasta 4 plantas de hospitalización y que pacientes inmunodeprimidos con enfermedades oncohematológicas, sean ingresados en la misma planta, que aquellos con patologías infecto-contagiosas, con el importante riesgo para su salud.
Además, en las últimas semanas la Jefatura de enfermería del centro ha comunicado a esos profesionales que trabajan en el turno de noche, que no podrán librar durante la segunda quincena del mes de junio, lo que previsiblemente se prolongará en todos los meses de verano. Esta falta de profesionales genera situaciones tales como que una enfermera se tenga que ocupar de 28 pacientes en su turno.
Esta escasez sostenida de efectivos no es exclusiva del personal de enfermería, si no que también afecta al personal administrativo, trabajadores sociales, personal de cocina y lavandería del HCD.
La plantilla de personal administrativo es exigua y la Dirección del Hospital, en lugar de contratar profesionales de la misma categoría, ha optado por colocar celadores, a dedo, y asignarles tareas para las cuales, ni tienen formación específica, ni son sus competencias según la legislación vigente.
Respecto a los trabajadores sociales el HCD arrastra desde hace varios años un grave déficit por decisión de la Dirección, con solo 2 profesionales prestando servicios, de los 8 que deberían estar trabajando, según la relación de puestos de trabajo actual oficial. Esto además, incumple la normativa vigente del Servicio Madrileño de Salud (SERMAS), con el cual el Hospital Gómez Ulla mantiene un convenio por el que atiende a su población de referencia, con respecto al dimensionamiento de estos profesionales en los hospitales públicos de la región, que debería ser al menos de 1 trabajador social por cada 70 camas (el Hospital Gómez Ulla cuenta con más de 300 ocupadas).
Para finalizar, tenemos la penosa situación de la lavandería y la cocina del hospital.
Llevamos meses sufriendo a diario una importante carencia de lencería de cama y de aseo para los pacientes, y uniformidad para los trabajadores, en todas las unidades del hospital, lo que incrementa exponencialmente el riesgo de transmisión de infecciones, por falta de higiene suficiente. La causa es sencilla, la Dirección del hospital ha decidido no reponer a los trabajadores de nuestra lavandería, que se jubilan o se marchan trasladados a otras administraciones; generando que los pocos trabajadores que están en activo en este servicio, no den a basto para asumir la carga de trabajo de lavado, planchado y repaso de esa lencería, para ofrecerla en correctos tiempo y forma.
Por último, la situación de la cocina de nuestro hospital es tan bochornosa, que hasta se ha publicado recientemente en prensa que el Director del hospital ha estado a punto de ordenar su cierre, por falta de trabajadores suficientes, lo que llevaría irremediablemente al colapso del centro.
No hace falta ser experto en gestión sanitaria para entender que un hospital sin cocinas no puede existir, ya que sus pacientes no solo necesitan alimentarse, si no hacerlo de forma adecuada a sus concretas necesidades y patologías; para poder conseguir el objetivo prioritario de cualquier hospital, que no es otro que mejorar la salud de sus usuarios.
Y para ello, una cocina hospitalaria como la del Gómez Ulla necesita una plantilla de profesionales (responsables de cocina, cocineros, pinches de cocina,…) adecuadamente dimensionada, para nutrir convenientemente a los más de 300 pacientes que cada día ocupan alguna cama del centro hospitalario.
Que el Ministerio de Defensa, a petición del Director del Hospital, haya llegado al extremo de cubrir la falta de personal especializado en nuestra cocina, con militares de tropa, solo demuestra la nefasta gestión que impera en nuestro hospital, trascendiendo a todos sus profesionales y servicios, y haciendo peligrar la prestación de servicios sanitarios que prestamos a diario a nuestros pacientes.
Cabe recordar que al tratarse de personal laboral, los trabajadores sociales, el personal de cocina y lavandería, son contratados desde el Ministerio de Defensa, y no por el propio Hospital. Tras ponernos en contacto con el Subdirector de Personal Civil para trasladarle la gravedad de la situación, éste nos ha trasladado la dificultad para contratar este tipo de personal. Mientras, desde el centro, se ha optado por poner celadores con adecuación de tareas, para cubrir de manera inmediata esas deficiencias.
Un hospital público de gran complejidad, como es el HCD, no puede prestar atención sanitaria segura y de calidad a sus usuarios, si de forma continuada no cuenta con una plantilla de profesionales sanitarios y no sanitarios suficiente; menos aún si la alternativa ofrecida por la Dirección es intentar poner parches a ese déficit con personal militar de tropa.
Por todo ello, desde la sección sindical de CGT en el Hospital Gómez Ulla, no nos resignamos a esperar que lleguen los meses de verano para que esta situación de emergencia por falta de personal en nuestro hospital, se agrave aún más y anunciamos que vamos a iniciar una potente campaña de denuncia pública, titulada #porunascondicioneslaboralesdignas, encaminada a la denuncia y visibilización de las causas que genera esta acuciante falta de personal generalizada en el Hospital Central de la Defensa Gómez Ulla. |