Christian Porta es delegado de la CGT en la ciudad francesa de Mosela, en la frontera con Alemania y Luxemburgo. Trabaja en una panadería industrial propiedad del gigante agroalimentario InVivo, que lo acusa de “acoso moral” a los dirigentes de la empresa y por eso lo despidió ilegalmente.
El caso de Porta es de tal magnitud que llegó hasta la cámara de diputados, donde la diputada Charlotte Leduc, del partido de centro izquierda La France Insoumise y representante de la región de Mosela declaró que Porta es “víctima de una represión sindical totalmente descabellada” y apuntó contra la ministra francesa de trabajo Catherine Vautrin preguntando ¿Qué va a hacer para defender los derechos sindicales y obligar a los patronos canallas a cumplir la ley?
Es que realmente el caso es un escándalo. Christian Porta fue despedido el 23 de abril por la dirección de InVivo, el gran grupo agroalimentario francés que compró la panadería industrial de Folschviller. A instancias de la CGT, la Inspección de Trabajo se opuso al despido, rebatiendo punto por punto los argumentos de la patronal, pero ésta siguió adelante y confirmó el despido del delegado.
No solo eso, sino que la empresa inició acciones legales ante el Ministerio de Trabajo para que se anule la decisión de la Inspección de Trabajo. Mientras tanto, con fallos de la justicia a favor y orden de reinstalación en su empresa, Porta fue citado por la gendarmería para ser interrogado este martes.
Dorothée Unterberger, secretaria general de la CGT en la Unión Sindical de Trabajadores de la Agricultura y los Bosques (USTAF), declaró al medio L’Humanité que parece “increíble” que el delegado haya sido convocado por la gendarmería, “cuando es la empresa la que no respeta las decisiones legales”.
El interrogatorio al que la gendarmería sometió a Porta fue eminentemente político. Según las palabras del delegado “las preguntas que me hicieron parecían escritas por mi jefe, que está movilizando a la gendarmería para atacarme por mi trabajo sindical, que es perfectamente legal, como demuestran todas las sentencias judiciales desde hace meses”. Le preguntaron por qué se oponía a los planes de la empresa y por que amenazaba con llevarla ante la justicia.
No es Porta el que hace eso, él es la cara visible de una organización sindical que defiende los derechos de los trabajadores franceses. Como explica el mismo Porta en otro artículo “Ese es mi papel, y para eso me eligieron mis compañeros.” Y agrega que obtuvo 74% de los votos en las últimas elecciones y 73% en las anteriores. Algo bien debe estar haciendo.
Pero por supuesto que no está solo en la lucha. Este martes recibió el apoyo de representantes de la Inspección de Trabajo de la CGT, de la CGT Fnaf y de la UD CGT 57 que reafirmaron su solidaridad y compromiso y lo acompañaron durante el interrogatorio. Además recibió el apoyo de partidos políticos como la ya mencionada France Insoumise, el Partido Comunista Francés y Revolutión Permanente, parte de la Red Internacional La Izquierda Diario.
Incluso la Liga Francesa de defensa de los Derechos Humanos tomó el caso de “un delegado sindical de CGT despedido por una multinacional en contra del criterio de la inspección de trabajo y desafiando 3 sentencias judiciales” e instó al ministerio de trabajo a “reaccionar ante esta preocupante medida”
Además de su intervención en el congreso, Charlotte Leduc estuvo presente en el acto y dijo que “La represión contra Christian repercute en toda Francia. Asistimos a un aumento de la represión sindical en todos los temas, pienso en su compañero de la CGT condenado a un año de prisión en suspenso por su apoyo a Palestina”.
Hablaba de Anasse Kazib, que enfrenta un proceso legal y fue condenado a prisión en suspenso por ser un gran defensor de la causa palestina.
Como insiste Porta, todo esto es claramente una persecución. “Han llegado a acusarme de hacer una declaración política en la empresa, todo porque, siguiendo la tradición de la CGT, nuestro sindicato apoya a Palestina, Kanaky o las campañas en favor de los derechos de las mujeres”. Pero, además, se trataba de un claro acto de intimidación contra la CGT de Neuhauser, conocida por su espíritu de lucha y las conquistas sindicales que ha conseguido en la empresa, lo que explica la popularidad del sindicato.
Ante este grave atentado contra las libertades sindicales, Christian Porta salió de la reunión denunciando la implicación de la gendarmería en la campaña de intimidación orquestada por la dirección de InVivo y su Director de RRHH, Sébastien Graff: “Hoy, la gendarmería me ha dicho que era neutral. Pero a mi me tomaron las huellas digitales, no a mi jefe, a pesar de que había sido denunciado por la justicia. La gendarmería viene a mi puerta por la mañana y me amenaza con detenerme, cuando no hay pruebas materiales que lo justifiquen. Ésa es la neutralidad de la gendarmería: aunque los tribunales digan que debo ser readmitido en mi puesto de trabajo, la gendarmería está siempre del lado de la empres, verificando la identidad de los representantes del personal que entran en la planta y bloqueando a los huelguistas, mientras que nunca lo han hecho con la dirección.”
Tal es la criminalización de la actividad sindical que el fiscal tuvo incluso que intervenir para impedir que la policía detenga al delegado como lo había previsto, en una maniobra completamente ilegal.
Pero Christian Porta, como él mismo lo afirmó en repetidas oportunidades, no va a dar su brazo a torcer. |