El intendente Jorge Berti, en una reciente entrevista con Diario SUR, manifestó su preocupación por la situación en la ciudad, agravada por lo que calificó como una “ausencia de apoyo nacional y provincial”. Sin embargo, esta percepción de un “Estado ausente” y “falto de empatía” no podría estar más alejada de la realidad. Lejos de estar ausente, el Estado está más presente que nunca, pero en la aplicación de un ajuste económico implacable destinado a satisfacer las demandas del Fondo Monetario Internacional (FMI).
Berti destacó el compromiso del municipio con los comedores comunitarios, a pesar de la escasez de recursos, subrayando que “la caída abrupta de la economía repercute en todos los negocios de la ciudad”. La realidad es que la economía se recrudeció, se paralizó la obra pública por decisión política, afectando a industrias grandes como Acindar y Tenaris, así como al conjunto de talleres, pequeños comerciantes y cuentapropistas. La situación es tan grave que las expectativas con la principal fábrica de la ciudad son pesimistas, sin señales de mejora a corto plazo. Sin embargo, lejos de ser consecuente y tomar medidas políticas de fondo para evitar esta crisis, solo apunta al gobierno Nacional con declaraciones, y describiendo su “Estado austero” que también parte del ajuste. También enfatizó la complejidad para los trabajadores de discutir salarios en un contexto donde la estabilidad laboral está en juego, abogando por una recuperación que no solo incluya la economía, sino también los salarios de todos los trabajadores. Ahora bien, ¿las direcciones de esos gremios, no son de la misma fuerza política a la que forma parte el Intendente?
Desde el municipio, deberían estar al frente de lotear terrenos baratos y accesibles, realizar convenios con las metalúrgicas y las cementeras, con los trabajadores de la construcción, y gestionado por las miles de familias que no tienen vivienda o cuyo barrio se inunda.
En paralelo, la Corriente Nacional de la Militancia señaló la dura realidad de los comedores barriales. Son 11 comedores los que operan en los barrios más necesitados, atendiendo a más de 1000 personas entre niños y adultos. Cifras que cada año van creciendo. En una reciente actividad en la plaza central de nuestra ciudad denuncian la “falta de empatía y de reconocimiento de la responsabilidad del gobierno nacional”. Sin embargo, la conducción de este espacio, que dirigió esta actividad, este 3J no dotó las calles de Villa convocando a movilizar a las decenas de mujeres que se ponen al hombro los comedores y sufren el mazazo económico, ni mucho menos realiza una exigencia a las centrales sindicales que paralice el país y movilice el día que se trate la Ley Bases que viene a atacar a esas mujeres con más ajuste, precarización y quitando la posibilidad de una jubilación. ¿Por qué? Porque las direcciones de esos gremios, también son de la misma fuerza política que esta dirección. La corriente y otras organizaciones cuentan con la capacidad de movilización y organización. Hay que poner toda esa fuerza para enfrentar este ajuste en las calles.
Todos sabemos lo que Milei es, no necesitan decirnos que es malo, este argumento que reflejan públicamente oculta que ArcelorMittal Acindar y las grandes patronales como Grupo Techint/Rocca son quienes están detrás de este plan motosierra. Así, Jorge Berti y el PJ local, junto con las centrales sindicales del mismo signo político, encubren los verdaderos responsables para no tener que enfrentarse a ellos.
Hoy son muchas las organizaciones políticas, sociales y sindicales que vienen denunciando el agravamiento de la crisis. Recientemente, el referente local Cristian Horton acudió a una audiencia en la Cámara de Diputados, donde fue recibido por Myriam Bregman, entre otros, para comentar la grave situación que atraviesan las cooperativas.
La narrativa de un “Estado ausente” es engañosa. Lo cierto es que el Estado está omnipresente en la imposición de un ajuste económico severo que prioriza los intereses del FMI y las patronales sobre las necesidades básicas de los trabajadores. La ecuación que utilizan es la que siempre se ha querido instalar como "sentido común": el empresario es el que da trabajo y hay que proteger la fuente de empleo. Pero nada se dice cuando los empresarios mega millonarios despiden, suspenden o contratan de manera irregular, con tal de que "las empresas se radiquen en la ciudad". Así nos metieron el verso con la multinacional Nitron que no generó fuentes de trabajo y contamina.
Además, la omnipresencia del Estado se ve claramente en las fuerzas represivas. En su primer mandato, Berti trajo a Gendarmería Nacional a la ciudad, gestionando su llegada con Patricia Bullrich. Actualmente, esa fuerza se trasladó a Rosario, y el intendente realizó incansables intentos para retenerlas y que no se vayan. Acá se cierra la grieta, tanto Berti como Pullaro y Milei aumentan los presupuestos para la represión, con la excusa del combate al narcotráfico. Pero todos sabemos que los narcos cuentan con la complicidad de la policía, los jueces y los gobiernos. Mientras por los puertos privatizados circulan toneladas de droga, la policía se dedica a perseguir, hostigar y reprimir al pueblo trabajador.
La Ley de Bases es solo otro paso en una serie de medidas que buscan consolidar este modelo neoliberal, amenazando con agravar la ya precaria situación de los trabajadores y los sectores más vulnerables. Es momento de despertar y exigir verdadero plan de lucha a la CGT y las CTAs. Organizarnos para enfrentar esta situación es más urgente que nunca. Misiones es el camino, hay que expandir su ejemplo, coordinando las peleas de docentes y metalúrgicos, con la resistencia y la solidaridad que florecen en nuestros barrios, pero organizados en asambleas barriales que guíe la lucha contra este ajuste brutal. |