Se acerca la tercera semana para la toma de la fábrica TextilCom en Catamarca. Las trabajadoras y trabajadores de la textil decidieron ocupar el predio para evitar que se lleven las máquinas, la materia prima y el stock de la planta, una maniobra de vaciamiento que el empresario Carlos Vilariño había logrado concretar en la sede de La Rioja. Desde aquel momento se reclama por mantener los 132 puestos de trabajo, generando una importante solidaridad.
En estos días se lanzó un fondo de lucha para reunir los aportes solidarios más que necesarios para sostener la ocupación y la movilización en defensa de la fábrica. En semanas donde el Gobierno y Vilariño apuestan a que la lucha se desgaste o se quiebre por necesidades, es fundamental el impulso del fondo de lucha para concretar y extender el apoyo a los trabajadores. Además, su difusión es una tarea para ser tomada por las organizaciones solidarias y todo aquel que simpatiza con esta causa en los lugares de trabajo, estudio y barrios.
Datos del Fondo de lucha:
Alias: trabajadores.texil
CBU: 4530000800012505263842
Banco: Naranja X
CUIT: 27-32628157-9
Maniobras de la patronal y el sindicato para vaciar la fábrica
Aunque el Gobierno manifestó que no era su intención desalojar la fábrica, es un hecho que la ocupación de TextilCom es una molestia para la imagen de una supuesta “paz social” que quieren dar. En ese camino, entre el miércoles y el jueves se develó una maniobra para vaciar la fábrica, pactada entre la patronal y el sindicato, bajo auspicio del Gobierno.
El primer paso fue que desde el SOIVA le comunicaron a los trabajadores que al día siguiente una jueza iba a ir a la fábrica a realizar un inventario, junto al abogado de la empresa. Tras este inventario era muy seguro que tuvieran que desalojar la planta. Finalmente el jueves se presentaron la jueza y los abogados de la empresa y el sindicato pero la maniobra del desalojo fue desbaratada por los trabajadores junto a su nueva abogada. Para echar más luz, el abogado de la patronal se retiró ofuscado, reclamandole al sindicato que eso no era lo que habían acordado.
Este hecho arrojó una nueva experiencia sobre el rol del sindicato. El SOIVA, parte del oficialismo provincial, viene actuando solamente por el pago de los meses adeudados y la liquidación de las indemnizaciones. Sin posibilidad de oponerse a la toma de la fábrica, por la determinación de los trabajadores, no plantea ningún plan para pelear por los puestos de trabajo. En esa línea también actúa la CGT local (a la que pertenece el SOIVA), que emitió comunicados en solidaridad con el reclamo pero no tomó ninguna medida que lo fortalezca.
Jalil, entre las promesas y su apoyo al ajuste mileista
El jueves por la tarde, los trabajadores sorprendieron a Raúl Jalil. El gobernador participaba de la inauguración de una textil cuando los trabajadores de TextilCom lo abordaron para que se reúna con ellos. Jalil volvió a repetir lo que dicen sus funcionarios sobre una docena de interesados en adquirir la planta y sobre unos subsidios de $200.000 que entregarían esta semana.
Las trabajadoras le plantearon al gobernador que si el predio de TextilCom lo había puesto la Provincia, si las máquinas se compraron con un crédito de Provincia y Nación, por qué el Estado no podía hacerse cargo de la fábrica y que los trabajadores la pongan a funcionar. Jalil dijo que por estar en emergencia económica no se podía hacer cargo.
La respuesta de Jalil se parece al “no hay plata” de Milei. No son casualidades, ya que el catamarqueño es de los gobernadores que se alinearon con el ajuste de la Libertad Avanza. Durante las últimas semanas Jalil llamó a los senadores peronistas a votar a favor de la Ley Bases, que incluye una reforma que quitará derechos laborales. Además la Ley Bases incluye el RIGI (Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones) que por la apertura de importaciones afectará a algunas ramas de la industria, como la textil. Pese a algunas discusiones sobre el porcentaje de las regalías, esta Ley Bases está hecha a medida de los grandes empresarios como las mineras.
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El reclamo contra el cierre de TextilCom sigue en pie y es necesario continuar impulsando la solidaridad para que ninguna familia quede en la calle. Y en ese camino discutir una salida realista que ya llevan adelante trabajadores de fábricas que cerraron como Madygraf o Zanon: pelear por la estatización bajo control obrero y poner la producción al servicio de la comunidad. | 
