Debido a que el presidente Luis Arce se ausentara del país con una extensa agenda que incluyó reuniones con miembros de los BRICS, y particularmente con Putin, el vicepresidente David Choquehuanca asumió la presidencia interina del Estado. Luego, en una audaz jugada de la oposición parlamentaria, Andrónico Rodríguez, presidente del senado y afín al evismo, asumió la presidencia de la Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP), convocando de manera inmediata a una sesión de la asamblea legislativa para aprobar diversos proyectos de ley retrasados debido a que desde hace 6 meses no hay sesiones plenas del parlamento.
Andrónico, con el respaldo de 2/3 de la ALP, es decir con el apoyo de las bancadas de Camacho y Carlos Mesa, aprobó no solo créditos internacionales que Arce pretendía hacerlo por decreto, vulnerando de esta manera los mandatos constitucionales, sino que aprobó el cese de funciones de los miembros de los altos tribunales del país, auto prorrogados el 1 de enero luego del fracaso de las elecciones judiciales. En relación a esto último, también se aprobó la convocatoria a elecciones judiciales, recogiendo el rechazo a la instrumentalización política de los tribunales y asestando un golpe al arcismo y sus aspiraciones electorales sobre la base de la manipulación judicial.
La respuesta del gobierno de Arce, sin embargo, lejos de retroceder fue, apoyándose en el dócil y auto prorrogado Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP), declarar que la posesión de Andrónico Rodríguez no solo era inconstitucional y una suplantación de funciones sino un virtual “golpe de estado”, anulando toda la sesión y sus resoluciones aprobadas por la ALP. Las amenazas de enjuiciar y encarcelar a Rodríguez agravan la crisis institucional del Estado y profundiza la polarización política en el MAS. Por su parte, diputados del ala evista anunciaron que, si Arce no promulga las leyes aprobadas, estaría llevando adelante un golpe de estado y por lo tanto se movilizaran para derrocar al gobierno. No hace falta decir que estas declaraciones fueron calificadas desde el oficialismo como “golpistas”.
¿Arce busca cerrar la ALP?
Las denuncias formuladas por parlamentarios del evismo y de la oposición de derecha contra David Choquehuanca por negarse a convocar a sesiones del pleno, por más de 6 meses, saboteando de esta manera no solo las ya retrasadísimas elecciones judiciales sino también las primarias que deberían darse también este año, ha revelado las cada vez más fuertes tendencias autoritarias del gobierno de Arce, quien ha subordinado a todo el órgano judicial y los aparatos represivos del Estado al servicio faccional y de la lucha interna en el MAS.
Que Arce haya logrado controlar los principales tribunales del país, impidiendo que el parlamento pueda funcionar, es una vuelta de tuerca más en el sentido de ir cerrando los pocos canales democráticos existentes en la democracia representativa, barriendo uno de sus presupuestos más básicos como es la división de poderes y los mecanismos de contrapesos de la institucionalidad burguesa.
La instrumentalización del TCP convertido en un supra poder del Estado, resolviendo lo que es constitucional -y por lo tanto legal- en todos los ámbitos de la esfera pública, con creativas y audaces fundamentaciones que, como verdaderos magos, logran transformar lo ilegal en legal, lo privado en público hasta desfigurar por completo la ya maltrecha institucionalidad “democrática”.
Las tendencias autoritarias del gobierno de Arce no paran de crecer, alimentando así las denuncias sobre las tendencias golpistas del gobierno y acelerando un desgaste de su propia fuerza que empieza a desgranarse ante la crisis en curso. La salida de Richter de la vocería gubernamental es la más reciente e importante pérdida del arcismo, abriendo serios interrogantes sobre el futuro del MAS y más en general sobre el Estado Plurinacional y la gobernabilidad estatal.
Evismo y arcismo, ¿dos caras de la misma moneda?
La cada vez más violenta disputa entre el evismo y el arcismo, amplifica el estado de confusión, escepticismo y decepción de amplios sectores populares que no terminan de tomar partido por alguno de los caudillos del MAS. Amplios sectores de la juventud, ingenuamente, evitan intervenir en el debate en curso, pensando que pueden evitar un desastre mayor al no tomar partido en la actual disputa, sin intervenir en polémicas ni debates. Creen que aún es posible reconducir el “proceso de cambio” si los personalismos y las disputas ceden ante la posibilidad de que la derecha retorne con paso de parada. Los problemas de estrategia, programa y una política no existen en este razonamiento mientras que, por otro lado, grupos de dirigentes e intelectuales calibran y miden cuidadosamente sus pasos y palabras antes de definir donde se ubicarán, sabiendo que apoyar al “equivocado” puede significar quedarse sin pega en el aparato estatal.
La dupla Arce-Choquehuanca cuenta con el control del aparato estatal, reforzado por la virtual paralización de la ALP y el control del TCP, lo que le otorga importantes ventajas frente a la oposición, sea evista o mesista o camachista. Sin embargo, esta relativa ventaja, amenaza convertirse también en su talón de Aquiles: los cada vez más precarios equilibrios macro económicos empiezan a despertar profundo malestar en franjas de la población ante la subida de precios de alimentos, escasez de combustibles por especulación y crecientes protestas sociales por múltiples demandas corporativas. Todo esto recubierto por un horizonte sombrío ante el fracaso inicial de las proyecciones de exportación de carbonato de litio. Se esperaba una exportación de 50 mil toneladas para este año y hasta el momento no superan ni las 3 mil [1].
Hay que sumar las crecientes pérdidas de popularidad del presidente ante sus medidas autoritarias y bonapartistas como la persecución y encarcelamiento a militantes del evismo, el proyecto de “ley bukele” para los casos de flagrancia, empoderamiento policial y otras.
La anulación de la sesión parlamentaria convocada por Andrónico y la eventualidad de su procesamiento y encarcelamiento pueden terminar de echar por tierra las aspiraciones presidenciales de Arce frente a un Evo Morales que puede cuestionar y atacar los crecientes recortes a las libertades democráticas que lo tienen a él mismo como objetivo central.
Los esfuerzos de proscripción de una eventual candidatura de Evo Morales, proscripción alentada por todo el arco iris golpista pero también por los renovadores del MAS, se realiza con las más forzadas interpretaciones sostenidas por el TCP empujando a los renovadores a violentar no solo las normativas constitucionales y legales sino incluso la misma institucionalidad estatal. Hoy Evo Morales es “víctima” de sus propios camaradas, de los mismos jueces que Morales contribuyó a seleccionar y de sus mismos métodos semi bonapartistas que lo llevaron a desconocer el referéndum del 21F del 2016 y allanar de esta manera al movimiento social reaccionario que antecedió al golpe de Estado el 2019. Hay que recordar que durante los gobiernos de Evo Morales se instrumentalizó la mayoría parlamentaria para emitir leyes electorales que facilitaron la proscripción de decenas de agrupaciones ciudadanas para la asamblea constituyente, se proscribieron candidatxs e incluso se llegó a eliminar de la carrera electoral del 2014 a la principal formación política de oposición en el Beni.
Arce, al igual que Morales durante sus gobiernos, avanzó en estas medidas autoritarias para allanar el camino a una estrategia y una política que ponía el énfasis de la gobernabilidad en los acuerdos y pactos con los diversos sectores del empresariado, particularmente la agroindustria y los exportadores. Recordemos las recientes declaraciones de Morales exigiendo, al igual que la agroindustria, la liberación de exportaciones para “traer dólares”, coincidiendo con Arce y Choquehuanca, quiénes acaban de firmar un programa de 10 puntos con el empresariado.
El giro a derecha del gobierno de Arce, sin embargo, también es acompañado de un creciente giro a derecha de Evo Morales. Los cuestionamientos por parte del evismo a la Ley 348 “Ley Integral para Garantizar a las Mujeres una Vida libre de Violencia” o el reciente acuerdo con camachistas y mesistas contra el gobierno de Arce ponen en evidencia que no solo en los métodos sino también en su programa y estrategia, el arcismo y el evismo son dos gotas de agua. Lejos de las livianas afirmaciones del evismo de explicar esta situación por causas subjetivas, como la tan agitada calificación de “traidores”, en realidad es necesario encontrarlas en la creciente asimilación de todas las alas del MAS a los intereses y necesidades de las clases dominantes, en un proceso que hemos denominado de “emenerrización” del MAS [2]. Así como el MNR se transformó luego de la revolución del 52 en el principal partido político de Bolivia, convirtiéndose casi en la columna vertebral del Estado burgués semicolonial del siglo XX, hoy el MAS ha ocupado ese lugar, transformándose gracias a su estrategia de preservar la sociedad capitalista (Revolución democrática y cultural o el llamado Proceso de Cambio) y su política de concesiones a la gran burguesía exportadora y financiera, como el principal garante del orden capitalista en el país. De ahí que sus crisis internas se reflejen en la estructura estatal.
El acelerado giro a derecha del gobierno, alimenta el divorcio entre los sectores populares y el gobierno. Esta debilidad estructural del gobierno, aunque puede recomponer muy parcialmente al evismo, de conjunto acelera la fragmentación de todo el sistema de partidos, sembrando dudas e incertidumbre sobre lo que podría suceder de aquí a las elecciones del 2025, una enormidad de tiempo ante las profundas contradicciones latentes en la economía y en el sistema político.
Enfrentar el giro autoritario del gobierno impulsando la movilización y la autoorganización
Hay que prepararse para tiempos agitados y de crisis. El Estado Plurinacional, pareciera que sigue siendo un estado débil y gelatinoso, lejos de las aspiraciones de García Linera de avanzar en la construcción de un Estado burgués más sólido e “integral”. Los precarios equilibrios económicos y políticos se ven amenazados por la posibilidad de nuevas caídas en la crisis y por tanto en la eventualidad de nuevos saltos en la lucha de clases.
Extraer lecciones revolucionarias del ciclo político pasado se convierte en una tarea de primer orden para avanzar en la preparación y construcción de las condiciones estratégicas, programáticas y organizativas que permitan a las y los trabajadores del campo y la ciudad avanzar contra las clases dominantes y desbrozar el camino al socialismo, desde abajo, y sobre la base de la autoorganización de lxs trabajadores, el movimiento indígena, campesino, de las mujeres, de las disidencias y diversidades sexuales y de género, y demás sectores populares.
La construcción de una organización revolucionaria socialista e internacionalista es el requisito central para este objetivo. Desde la LOR-CI, que luchamos por la construcción de este partido de trabajadores revolucionarios, invitamos a discutir esta urgente perspectiva estratégica. |