El pasado lunes, Karina Milei y Martín Menem, junto al Intendente Santiago Passaglia, participaron de la inauguración del “Hospital Zona Oeste”, que se suma al ya inaugurado en zona norte, y que promete ampliarse con otro similar en la zona sur de la ciudad.
En San Nicolás desde el ingreso del Grupo Oroño al sistema de salud local con una clínica Privada, no se ha detenido en su objetivo de avanzar claramente en lo que implica un gran negocio, como la atención médica.
Desde hace décadas, en esta ciudad de 150 mil habitantes, viene sosteniéndose una crisis importante, con centros de atención saturados, en donde los pacientes pasan largas horas de espera para conseguir ser atendidos; y con la quiebra de clínicas y el cierre de la mayoría de los centros de atención de los barrios, quedando la mayor parte de la atención médica pública reducida al Hospital zonal San Felipe, cuya estructura no deja de mostrar la falta de mantenimiento. Los trabajadores de la salud vienen haciendo un esfuerzo sobrehumano, con falta de insumos en muchos casos, y con salarios miserables. Las mayorías populares, y los sectores más vulnerables, deben lidiar con este cuadro de crisis.
La Clínica UOM, también excedida en su capacidad, llevaría adelante un proyecto de ampliación y equipamientos sofisticados para incidir más ofensivamente y para captar a los afiliados de distintas obras sociales, quienes se convirtieron en el objeto de un negocio millonario, en el que distintos actores comenzaron a intervenir y ganar espacios. La UOM pasaba a ser un actor relevante con la Clínica Nuestra Señora de Luján. Mientras, otras clínicas privadas resistían a los embates de estos intereses, al borde de la quiebra.
Sin estar exento de chisporroteos y resistencias, entre los actores políticos, finalmente el Clan Pasaglia comienza a ganar terreno, ya con Ismael Pasaglia (padre) como ministro de Salud de Vidal, y uno de sus hijos, Santiago como diputado por la segunda sección, se encontró con una gran oportunidad de avanzar hacia la privatización del sistema sanitario, con el ingreso del Grupo Oroño.
La privatización y el sistema de Voucher en salud
La construcción de los hospitales zonales, que en una primera etapa comprendió dos establecimientos en distintos puntos de la ciudad, con recursos enteramente solventados desde el Estado, y el convenio con el Grupo Oroño, que se suma a la inicial participación de IOMA, con la firma de Gobernador Axel Kicillof, son el precedente que da paso a la implementación del sistema de Voucher.
Este sistema “mixto”, en torno a un servicio que debe ser garantizado por el Estado, le abre el juego a las obras sociales, a quienes se les otorga, a cambio de relativo equipamiento y profesionalismo, un millonario negocio.
Se abre una nueva etapa para la alianza inicial entre Kicillof y los Passaglia y arranca nada menos que con un proyecto directamente emparentado con la presidencia de Milei y la Ley Bases, a partir del respaldo de Karina Milei y Martín Menem, y que de trascender este mismo espacio será implementado en otros sectores como la educación, dejando en claro que en estos asuntos queda definitivamente atrás la tan mentada “Grieta”. Menem, vaya apellido para San Nicolás, trágicamente vuelve en plan de privatizaciones, que en otra oportunidad fuera SOMISA, con 8500 despidos en la industria del acero. Esta vez es la salud.
Aún está latente la experiencia de la pandemia, donde se mostró claramente que para el sector privado significó millonarias ganancias, mientras no se pudieron garantizar las garantías mínimas de atención médica. En San Nicolás se cerraron varios centros de salud y clínicas, al perder rentabilidad sin importarles que quitaban un servicio vital. Es necesario que los presupuestos de salud estén al alcance de cubrir las demandas abrumadoras de atención de las mayorías trabajadoras. Se requiere inmediatamente recuperar la salud para los trabajadores y sectores populares. Nuestra salud no debe ser un negocio, donde se monta la especulación en convenios que no cubren ni siquiera una internación, mucho menos intervenciones complejas, donde muchos pacientes deben hacerse cargo de los insumos, como la colocación de prótesis o los tratamientos prolongados.
Se podría apuntar como experiencia en la pandemia donde se mostró claramente que para el sector privado significo millonarias ganancias, mientras no se pudieron garantizar las garantías con centros de salud colapsados. En San Nicolas se cerraron varios centros de salud y clínicas, al perder rentabilidad sin importarles que quitaban un servicio vital. Es necesario que los presupuestos de salud estén al alcance de cubrir las demandas abrumadoras de atención. Se requiere inmediatamente recuperar la salud para los trabajadores y sectores populares, nuestra salud no debe ser un negocio, donde se monta la especulación en convenios que no cubren ni siquiera una internacion. Ni hablar de intervenciones complejas, donde muchos pacientes deben hacerse cargo de los insumos y ni hablar de alguna protesis o tratamientos prolongados. |