Estaban hablando de trabajar menos, y vamos a terminar trabajando más. Las horas de negociación que se habían planteado para la reducción de la jornada laboral, en vista de que no se está avanzando hacia ningún acuerdo, se están convirtiendo también en horas para una nueva negociación sobre el aumento del límite anual de horas extra que puede hacer unx trabajadorx. Actualmente, el máximo son 80 horas, que, tanto la CEOE como UGT y CCOO, buscan subir a 150.
Los argumentos presentados para este aumento se basan en que esto puede ser una herramienta que puede dotar de flexibilidad al mercado laboral en determinadas circunstancias. Desde la patronal argumentan que este sería un recurso útil en determinados sectores con dificultad para cubrir puestos, como el de la construcción, que no encuentra candidatos pese a los empleados que afirman necesitar para cubrir su actividad. Igual si no fuesen condiciones de trabajo precarias y tuviese un sueldo que compensase la intensidad del trabajo, encontrarían gente para trabajar.
UGT y CCOO, por su lado, comentan que insistirán en el control del reporte de estas horas extra y en aumentar la prima de compensación de estas horas para que sea mayor que la que se recibe por una hora de trabajo normal (ni más faltaba). La realidad es que un aumento de las horas extra no hará que se reporten más ni que haya más control sobre ellas, más bien al contrario; dan margen a las empresas para explotar aún más a sus trabajadorxs dentro del “límite legal”.
No es sorpresa de que las burocracias sindicales estén intentando vender este aumento de horas como algo beneficioso para lxs trabajadorxs mientras se alinean con la patronal. Así mientras argumentan que subir las horas extras o aumentar la edad de jubilación es algo bueno, existe un paro juvenil altísimo y gran cantidad de trabajos temporales y parciales.
La salida pasa por un reparto de las horas de trabajo sin reducción salarial. Para trabajar todxs y trabajar menos.
Para ello, la pelea de la clase trabajadora es contra la patronal y el gobierno, pero también contra estas burocracias, por imponer una salida que represente los intereses de la clase trabajadora desde abajo. |