En el marco de escalada militarista y rearme armamentístico que llevamos viendo en Europa desde el comienzo de la guerra de Ucrania en 2022, la nueva propuesta del gobierno alemán da escalofríos.

El ministro de defensa Boris Pistorius ha propuesto este miércoles un plan que incorporaría un servicio militar selectivo de 5.000 personas por año a partir de 2025, con el objetivo de integrar en las filas del ejército a 200.000 reservistas eventualmente, de acuerdo con los cálculos de la OTAN. "Según las estimaciones del Ejército y la OTAN, necesitamos unos 200.000 reservistas más.”, declaró Pistorius.

A esto habría que sumarle los 203.000 soldados permanentes y los 60.000 reservistas que ya están en servicio actualmente, lo que sumaría un total de 463.000 soldados en el ejército alemán. Casi medio millón de efectivos, sería casi doblar las fuerzas actuales con las que cuenta Alemania.

La inscripción a este servicio sería obligatoria para todos los jóvenes (para las mujeres sería voluntaria, la constitución alemana no reconoce la igualdad de género en el servicio militar), que tendrían que declarar su voluntad y capacidad para realizar el servicio militar. Se prevé que este dure un mínimo de 6 meses, con una posible extensión voluntaria de hasta 17 meses. Se prevé que 400.000 personas tengan que rellenar cada año este cuestionario.

En mitad de una guerra en Europa que dura ya más de dos años y un genocidio en curso en Palestina -no nos olvidemos de que el Gobierno alemán apoya incondicionalmente a Israel y reprime brutalmente a todos los que protestan contra el genocidio-, esta noticia es especialmente alarmante, más cuando en Alemania gobierna el SPD (partido socialdemócrata) en coalición con los verdes, un gobierno tremendamente progresista, como podemos ver.

Además, los cálculos que ha hecho el Gobierno alemán para trazar este plan vienen en parte de la OTAN, por lo que en este marco de creciente militarización no sería descabellado pensar que se verán medidas similares en otros países de la alianza. Los tambores de guerra se escuchan en todo el continente. Los gobiernos de todos los estados de la UE, en especial los integrados en la OTAN, aumentan exponencialmente los presupuestos militares y anuncian que hay que prepararse para la guerra, dan impulso a la industria militar y engrosan sus reservas incluso con medidas como la que ahora propone el Gobierno Alemán. El propio Gobierno español en su anterior legislatura PSOE-Podemos aumentó los presupuestos del Ministerio de Defensa un 26,3%, y eso no fue todo, muchas más partidas de otros ministerios se aumentaron para alimentar la escalada guerrerista.

Está claro que no podemos confiar en estos gobiernos supuestamente progresistas que después le compran toda la política a la derecha. Con el auge de la extrema derecha que muestra nuevamente los resultados de las últimas elecciones europeas estos falsos progresismos tampoco son una alternativa. Si aplicas tú las políticas de la derecha y les cedes todo el terreno no les estás frenando, les estás tendiendo la alfombra roja. No puedes frenar a una derecha de verdad con una izquierda de mentira.

La situación actual nos pone de manifiesto que necesitamos una alternativa, y esa alternativa hay que construirla. Necesitamos una salida para la clase trabajadora, cada vez más feminizada y diversa que nunca, y queda cada vez más claro que esa salida es socialista y revolucionaria.