El último fin de semana sangriento, más de 10 palestinos fueron asesinados por el ejército de Israel en Gaza y Cisjordania.
El Ministerio de Salud de la ANP informó de 24 muertos palestinos desde el 1 de octubre hasta el domingo, según un comunicado difundido por la agencia oficial Wafa. De acuerdo a las estadísticas, 11 murieron en la franja de Gaza y 13 en Cisjordania y Jerusalén. Los heridos llegan a 1300, a causa de disparos y asfixia por gases lacrimógenos.
El domingo, una mujer embarazada y su hija de cuatro años murieron a causa de un bombardeo israelí en la Franja de Gaza. Las imágenes del padre llorando a su pequeña hija, conmovieron en las redes sociales.
Un menor de 13 años murió ese mismo día en Ramala, Cisjordania, por disparos del ejército, durante una protesta en el campo de refugiados Al Jalazon. Entre los muertos, en los últimos diez días, se encuentran ocho menores que tenían entre 13 y 17 años.
La juventud se levanta contra la ocupación
La juventud palestina se encuentra en la primera línea de los enfrentamientos con el ejército, en las protestas contra la represión y la ocupación israelí.
Son generaciones de jóvenes que desde que nacieron viven como parias en una tierra ocupada, perseguidos por las fuerzas represivas de Israel, sin posibilidades de conseguir trabajo, condenados sobrevivir en guetos amurallados y acosados por colonos sionistas.
Ese infierno social alimenta una y otra vez la resistencia juvenil contra el Estado sionista, enfrentando con piedras o cuchillos a uno de los ejércitos mejor pertrechados del mundo, como vuelve a verse estos días.
Al mismo tiempo, los medios denuncian una “ola de atentados” de parte de palestinos contra israelíes, atacándolos con cuchillos. Es una de las formas en que se expresa un profundo odio social.
Pero también hay operaciones de prensa destinadas a invisibilizar que el ejército lleva adelante una campaña sistemática de represión, torturas y hostigamiento hacia la población palestina.
Son numerosos los casos en que la policía de Israel informa que “abatió a un terrorista”, cuando “intentaba atacar a soldados con un cuchillo”, y luego se filtra un video donde, como en este caso, puede verse a una joven rodeada de cuatro o cinco soldados armados hasta los dientes, que terminan disparándole en plena calle.
En las últimas semanas, Israel ha destinado más de 3.500 agentes para controlar la zona de la ciudad vieja en Jerusalén y ha instalado detectores de metales en los principales accesos. También ha reforzado la presencia militar en otras ciudades y puntos de control.
Los enfrentamientos se incrementaron a comienzos de septiembre, alrededor de la disputa sobre la Explanada de las Mezquitas, pero pegó un salto hace dos semanas.
El viernes pasado, el primer ministro israelí, en conversación con el secretario de Estado de EEUU, John Kerry, acusó a la Autoridad Nacional Palestina de estar incentivando el levantamiento de los palestinos en Gaza y Cisjordania. Algo que, sin embargo, fue desmentido por altos mandos de la Inteligencia israelí, que afirmaron que Mahmud Abbás dio órdenes para impedir los ataques contra israelíes, según informó el diario conservador Jerusalem Post.
Por más que lo intente, el actual presidente de Palestina no parece poder contener la escalada de enfrentamientos con Israel y la resistencia de nuevas generaciones, desencantadas con la solución que hasta ahora ha ofrecido la ANP al conflicto palestino.
A nivel internacional, organizaciones y colectivos solidarios con Palestina están llamando a movilizarse para repudiar la represión y mostrar un fuerte apoyo al pueblo palestino. Algo fundamental en estos días. | 
