PTS NOA
| Partido de los Trabajadores Socialistas en el Frente de Izquierda - Noroeste
Luego de aportar votos clave en el Senado para la Ley Bases, el peronismo y el radicalismo norteño recibe a Milei y a Villarruel en Tucumán para relanzar el ‘Pacto de Mayo’. Extractivismo minero, negocios azucareros, lobby tabacalero y reforma laboral unen al peronismo libertario con Milei, al costo de un ajuste que caldea la bronca de los de abajo.
En un descolorido acto en Rosario, Javier Milei anunció que el Pacto de Mayo se va a firmar el próximo 9 de Julio en Tucumán. Horas después recibía en la Casa Rosada a los gobernadores colaboracionistas del NOA, Raúl Jalil (PJ, Catamarca), Osvaldo Jaldo (PJ, Tucumán), Gustavo Sáenz (PJ, Salta) y Carlos Sadir (UCR, Jujuy). Días antes, se reunieron en Salta con Victoria Villarruell para homenajear a Güemes, y se espera que visite también Jujuy. Son señales de que La Libertad Avanza cuenta con los gobernantes peronistas y radicales del NOA para sostener, siendo minoría en ambas cámaras y sin contar con gobernadores de color propio, su plan de ajuste, reforma laboral y saqueo extractivista.
La Ley Bases pasó raspando por el Senado, con un fraudulento empate técnico -que incluyó canje de votos por embajadas- y la definición del voto positivo de Victoria Villarruel. Puertas afuera del Congreso, decenas de miles de personas movilizadas fueron reprimidas y desalojadas de la plaza con un operativo de Gendarmería Nacional, Policía y Prefectura, provocadores infiltrados y una cacería que terminó 35 detenidos acusados de “sedición” y “terrorismo”, gravísimas acusaciones que fueron contestadas con más de 65.000 firmas y el repudio de organizaciones sociales, sindicales, de derechos humanos y personalidades de reconocimiento internacional pidiendo por su liberación. Gracias a la lucha, el gobierno tuvo que liberar a la mayor parte de los detenidos, aunque aún quedan 5.
Una vez más, los votos decisivos para que salga la Ley Bases los puso el peronismo, con el acompañamiento del entrerriano Edgardo Kueider y el correntino Carlos Espinola. Una operación quirúrgica que incluyó el cálculo milimétrico a la hora de llegar al quórum, por 1 senador de la UCR (Lousteau), y ausencias calculadas a la hora de votar en particular la Ley Bases, como las de Natalia Gadano y José Carambia, del partido provincial “Somos Energía..”, de extracción peronista y que responde al ex secretario general de los petroleros y actual gobernador santacruceño, Claudio Vidal.
Desde el NOA, los gobernadores de Tucumán, Salta, Jujuy y Catamarca, fueron activos militantes de la Ley Bases en ambas cámaras, aunque en el Senado la votación fue más contradictoria. A los esperables votos positivos del radicalismo y peronistas integrados a la vieja alianza Cambiemos, como los de la tucumana Beatríz Ávila o el salteño Juan Carlos Romero, se sumó un doble juego con el voto negativo en general, y el apoyo en particular de muchos de sus artículos.
A favor del Rigi y del impuesto a las ganancias sobre el salario
Las senadoras peronistas Sandra Mendoza (Tucumán), Carolina Moisés (Jujuy), Guillermo Andrada (Catamarca), fueron decisivos para la votación del Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (Rigi). No alcanzaba con las ausencias santacruceñas y los votos positivos de los peronistas del litoral, y el peronismo del NOA salió al auxilio del experimento libertario, desnudando al mismo tiempo el pacto extractivista que une a los gobernadores del NOA que forman parte de las “mesas” del Litio y el Cobre. El “principio de revelación” también se impuso con las 27 abstenciones y votos negativos de UxP en el capítulo referido a la suba y equiparación del impuesto interno a los cigarrillos, y que afectaría al “Señor Tabaco”, el salteño Pablo Otero, dueño de tabacalera Sarandí y del 33 % del mercado interno.
En el Senado, Moisés (Jujuy), Mendoza (Tucumán) y Andrada (Catamarca) también votaron a favor del impuesto a las ganancias sobre el salario. Lo hicieron tomando el argumento fiscal de los gobernadores, que así recibirán más fondos de coparticipación. Como sabemos eso no implica una mejora en los salarios estatales ni en los servicios de salud o educación. Es dinero que queda en manos de la casta.
Ahora la ley vuelve a Diputados, donde el oficialismo va a requerir nuevamente los servicios del peronismo norteño para reincorporar los artículos que quedaron fuera del la Ley Bases y el paquete fiscal tal como salieron del Senado, como la restitución del impuesto a las ganancias sobre los salarios y la privatización de importantes empresas, como Aerolíneas Argentinas o el Correo Argentino, entre otras.
La fórmula de la casta: dependencia, saqueo y atraso
La Ley Bases y el Pacto de Mayo son los mejores ejemplos de que la batalla contra la “casta” era otra mentira de campaña electoral. La compra de votos en el Senado, el aumento de las millonarias dietas de diputados y senadores, y ahora la alianza con lo más detestado y clásico del aparato peronista, los gobernadores del Norte Grande, lo demuestran. Desde Osvaldo Jaldo, pasando por Zamora, Jalil, Saenz y Sadir, gobernadores peronistas y radicales, todos ellos expresan lo más feudal del país.
En el marco de un fuerte ajuste en las transferencias automáticas (-90 %) y no automáticas (-18 %) a las provincias, los gobernadores del NOA buscan un trato preferencial ofreciéndole a Milei los votos para una Ley Bases que profundiza la precarización laboral y la entrega nacional. La alta dependencia de los presupuestos provinciales respecto de los fondos coparticipados para el pago de los salarios, de los fondos discrecionales para obras públicas, explican una parte de este encolumnamiento. En el fondo, defienden una misma agenda, alineada a los intereses de las grandes empresas mineras nucleadas en la “Mesa del Litio” (Salta, Catamarca, Jujuy) y la “Mesa del Cobre”, el agronegocio tabacalero, del citrus y sucroalcoholero (Tucumán, Jujuy, Salta). Esa agenda es la del Rigi y la reforma laboral que profundizará la precarización en una región que tiene los índices más altos de pobreza y trabajo informal. También comparten valores comunes y una agenda antiderechos que choca de frente con el movimiento de mujeres.
La otra cara de la moneda, el voto negativo -en general- a la Ley Bases de la mayoría de los senadores peronistas del NOA, expresa las divisiones internas del peronismo regional que, aunque no llegan a la fractura abierta, muestra algunas fisuras. En Jujuy por el Rigi y ganancias despertó la interna del PJ. A un año de la lucha contra la Reforma Constitucional de Jujuy, un levantamiento provincial que unió a docentes, comunidades originarias y sectores de masas, “cambió la relación de fuerzas en la provincia, dejando un gobierno radical cuasi fantasmagórico y un peronismo que ya no puede jugar el rol de socio como antes de acompañar como su sombra a la UCR”. Y demostró que es en las calles donde se puede poner fin a gobiernos autoritarios como fue el de Morales durante casi ocho años.
Aunque Jaldo logró incorporar a todas las alas del régimen a su gobierno (desde el bussismo hasta los progresistas de Libres del Sur), las fisuras preexistentes entre el tucumano Osvaldo Jaldo y Juan Manzur impidieron al primero disciplinar a la totalidad del bloque peronista en ambas cámaras. Tuvo que conformarse con el voto parcial de la senadora Sandra Mendoza, y ahora espera cosechar los hasta ahora vaporosos beneficios de su alianza con Milei, ofreciendo a Tucumán como sede del Pacto de Mayo, y acercándose cada vez más hacia un oficialismo libertario de difícil retorno.
En Salta el gobernador, Gustavo Sáenz, oscila entre la colaboración abierta con la administración libertariana y un intento de encolumnar detrás del “Pacto de Güemes” a todas las alas del peronismo (incluidos sectores del kirchnerismo como el partido de La Felicidad) y empresarios de distintos rubros para la exigencia de fondos para obras públicas. Un pacto que incluye al peronista conservador Juan Carlos Romero, alineado 100 % con Milei, y al exgobernador Urtubey, de tono más abiertamente crítico con la administración nacional. Si en un principio Saenz buscó proyectarse como el articulador de los gobiernos del NOA, la iniciativa va achicando su radio de acción hacia los márgenes internos de la provincia. Finalmente el “Pacto de Güemes” quedó reducido a adhesiones de la cámara empresarial y referentes políticos locales. Nada bueno contiene para las familias trabajadoras.
A pesar del disciplinamiento de las burocracias sindicales a los gobiernos provinciales, por abajo también se empiezan a expresar abiertamente algunos síntomas del descontento que recorre a buena parte de la clase trabajadora que se rehúsa a salir perdiendo. En Tucumán, un paro de tres días en la industria azucarera, que violó por primera vez la conciliación obligatoria, puso en vilo al gobierno y al empresariado. La Fotia terminó levantando el paro a pedido de Jaldo y cerrando un acuerdo por un aumento de 155 %. En simultáneo, e inspirados por el paro de la Fotia, los azucareros de Ledesma, en Jujuy, luego de siete años volvieron a tomar medidas de fuerza y resolvieron continuar con una campaña denunciando los salarios de pobreza y las ganancias exorbitantes de la empresa. En Catamarca las trabajadoras de TextilCom siguen resistiendo contra el cierre y recibieron en estos días el apoyo del diputado nacional jujeño, Alejandro Vilca.
Construir una salida a favor de las mayorías trabajadoras
La Ley Bases contiene en su texto ataques como parte de todo un plan de guerra que todavía deben pasar la prueba de la lucha de clases. Desde las privatizaciones y los despidos en el sector público, pasando por la entrega de los bienes comunes naturales y el ajuste fiscal con impacto directo en la Salud y la Educación. Una nueva devaluación como exige el FMI y el agronegocio, o el pago de la deuda a los buitres financieros que en los próximos años se volverá una carga insoportable.
La lucha contra el experimento libertario habrá que darla en las calles, y en cada lugar de trabajo y estudio. Hay fuerzas como lo demostraron los estudiantes universitarios el pasado 23A, movilizando más de un millón de personas en todo el país o como lo demuestra el poderoso movimiento de mujeres, que acaba de darle un duro golpe al régimen misógino de Tucumán con la cárcel para el ex gobernador José Alperovich, condenado a 16 años de prisión por abuso sexual.
Frente al PJ que pretende conducir toda esta fuerza hacia las urnas, evitando que se siga desarrollando en las calles, el desafío está en organizar a la mayor parte del 44 % que no votó a Milei bajo un programa de salida a la crisis a favor del pueblo trabajador. Lo cual implica la ruptura con el FMI y todo mecanismo de subordinación al capital financiero. Es una utopía apostar a mejorar la situación del pueblo trabajador pagando al Fondo y poniendo algunas regulaciones a las mineras y al gran capital extranjero y local como demostró el último gobierno del Frente de Todos.
Bajo esta perspectiva anticapitalista y socialista se libra la batalla por recuperar las organizaciones sindicales y estudiantiles, ponerlas al servicio de la unidad obrero estudiantil, para enfrentar a este gobierno hambreador. Con las luchas autoconvocadas que explotan de manera más o menos espontánea por reclamos salariales y luego retroceden, no alcanza. Necesitamos fortalecer la organización, coordinando desde abajo a la clase trabajadora, con plenarios o asambleas provinciales, de ocupados y desocupados, junto a los estudiantes y comunidades, donde se gane fuerza para imponerle a la burocracia sindical el plan de lucha en la perspectiva de la huelga general para derrotar el plan de Milei y los gobernadores.
Para poder dar esta pelea necesitamos conquistar agrupaciones clasistas, independientes del gobierno y sus partidos, que busquen la unidad de los trabajadores de distintos sectores junto a los estudiantes y el pueblo oprimido, al mismo tiempo que batallamos por poner en pie una herramienta política propia de los trabajadores, un partido revolucionario de los explotados que además de organizar la resistencia contra el ajuste de Milei y el FMI, pelee por una salida propia, socialista y desde abajo, a la crisis económica y la decadencia social y ambiental que los capitalistas preparan para el presente y las próximas generaciones.