Un año más decidimos salir a las calles por los derechos del colectivo LGTB como cada 28 de junio conmemorando las revueltas de Stonewall. Este año cobra especial importancia con el crecimiento de la derecha y extrema derecha en el mundo con sus discursos de odio que acaban desembocando en crímenes como el lesbicidio en Argentina hace unas semanas. Pero también es de vital importancia movilizarnos para decir bien claro que estamos en contra de la guerra y el militarismo y de un genocidio brutal cometido por Israel y sus aliados imperialistas con cínicos argumentos de defender la libertad o los derechos de las personas LGTB: ¡No en nuestro nombre!
La derecha crece como demuestran los resultados de las elecciones europeas, el gobierno de Milei en Argentina o de Meloni en Italia y la recomposición de la figura de Trump. Sus ideas ganan influencia en sectores de la juventud. No solo entre sectores pijos, que ven a la extrema derecha reaccionaria como una forma de reforzar sus privilegios de clase, sino también entre muchos que están descontentos con la precariedad y la incertidumbre de la vida.
Después de un largo ciclo de gobiernos “progresistas” que prometieron derechos y en realidad mantuvieron la precariedad y el recorte de los servicios públicos, la extrema derecha busca culpabilizar a las personas migrantes, al feminismo o al colectivo LGTBI de la degradación de las condiciones de vida. Como si la precariedad o la falta de viviendas fuera porque los migrantes “roban el trabajo” o los colectivos feministas y LGTBI “reciben paguitas”. ¡Todo eso es falso! Lo que ocultan estas nuevas derechas es que los que se han beneficiado todos estos años son los grandes capitalistas, las empresas energéticas, los bancos y fondos de inversión. Las empresas del IBEX 35 han acumulado super beneficios en medio de la crisis o la pandemia.
La extrema derecha busca impulsar el odio de trabajadores nativos contra extranjeros, de varones contra mujeres y diversidad sexual, de todos contra todos. Quieren extender ese odio entre los miembros de una clase trabajadora diversa, feminizada y migrante porque eso les sirve a los capitalistas para seguir enriqueciéndose a nuestra costa. Este orgullo tenemos que demostrar que solo con la unión del conjunto de la clase trabajadora junto a los movimientos sociales, tomando las demandas de los sectores más oprimidos, podemos poner un freno a la derecha envalentonada y reaccionaria.
Abajo el genocidio en Palestina: ¡No en nuestro nombre!
Esa misma derecha que nos ataca y recorta nuestros derechos es la que nos dice a las personas LGTB que debemos apoyar al Estado de Israel y su genocidio, porque Israel sería un gran “defensor de los derechos LGTB” en Medio Oriente… ¡Qué hipócritas! Sus bombas caen indiscriminadamente sobre palestinos heterosexuales, mujeres, niños y también palestinos LGTB.
Las personas LGTB no están protegidas por un Estado que extermina a palestinos y que tampoco permite el matrimonio igualitario en sus fronteras. Solo un gran movimiento internacional en apoyo al pueblo palestino en todas partes del mundo puede acabar con el genocidio. Las personas LGTB no podemos ser menos y tenemos que decir bien alto que este genocidio no puede continuar y menos en nuestro nombre: ningune seremos libres hasta que todes seamos libres. Hay ejemplos para seguir: desde las acampadas estudiantiles por Palestina, o las huelgas de trabajadores en algunos puertos, que se negaron a enviar armas a Israel.
No nos conformamos con el “mal menor” de los progresistas
¿Cómo derrotar a la derecha, a la Iglesia, al Estado genocida de Israel? Pensamos que el camino es la lucha y la movilización, de forma independiente de todos los gobiernos “progresistas” que permiten crecer a la derecha aplicando sus políticas. Son los que mantienen pactos de Estado con la Iglesia que repudia a las personas LGTB o los derechos de las mujeres.
Nuestro gobierno “progresista” del PSOE y Sumar sigue con su envío de armas al Estado de Israel, al igual que lo hizo el gobierno antes cuando lo integraba Podemos. Con estos gobiernos hemos tenido el mayor aumento militar de los últimos 40 años, un refuerzo de las fronteras acorde al gusto de la derecha y extrema derecha, un recorte en derechos laborales aplaudido por las grandes empresas con la Reforma Laboral de Yolanda Díaz, el mantenimiento de la Ley Mordaza que ha servido para apresar a manifestantes contra la extrema derecha como los 6 de Zaragoza y a huelguistas por igual.
Estos “progresistas” no son una alternativa para nosotres, por mucho que nos intenten vender que unos cursos sobre igualdad impartidos por las empresas que nos explotan son avances para las personas LGTB. No nos conformamos con falsas promesas, lo que necesitamos es el cupo laboral trans, para terminar con el 80% de paro al que se enfrentan las personas trans. Lo que necesitamos es terminar con la precariedad, que afecta a la juventud y otras medidas de urgencia.
Desde Contracorriente y Pan y Rosas (CRT e independientes) tenemos claro que solo mediante una lucha independiente de la clase obrera, las diversidades sexuales y la juventud conseguiremos enfrentar la ola reaccionaria de la derecha que amenaza nuestros derechos, las políticas imperialistas de nuestros gobiernos y el genocidio en Palestina.
Y para eso tenemos que luchar juntes por un programa que libere a la clase trabajadora y los sectores oprimidos de la opresión del cisheteropatriarcado:
•Ruptura de relaciones económicas y militares con Israel. Abajo el genocidio: ¡No en nuestro nombre! ¡Por una Palestina libre, obrera y socialista!
•¡Abajo los presupuestos militares! Aumento de presupuestos de sanidad y educación. Por una sanidad 100% pública al servicio de la clase trabajadora y sectores populares, que asegure el acceso a tratamientos necesarios para la transición, así como a asistencia psicológica durante esta.
•Por una educación sexual integral en todos los niveles educativos y basada en la diversidad sexual y de género en una enseñanza 100% pública y al servicio de la clase trabajadora y sectores populares. Expropiación de todos los bienes de la Iglesia y sus centros escolares. Separación de la Iglesia del Estado.
•Ley trans única y universal que incluya todas las identidades y a las personas migrantes. Eliminación de la Ley de Extranjería, papeles para todes y cierre de los CIES.
•Eliminación de la Ley Mordaza y amnistía para todas las personas presas y encausadas por luchar.
•Expropiación de grandes propietarios de vivienda y construcción de nueva vivienda social para todes, reservando alojamiento para mujeres, migrantes y personas LGTB en situación de violencia intrafamiliar o exclusión.
•Cupo laboral trans que acabe con esa cifra del 80% del paro. Reparto del trabajo para todes, reducción de la edad de jubilación y la jornada laboral y subida de salarios y pensiones a nivel del IPC. La precariedad tiene los colores del arcoíris.
Nosotres luchamos por una alternativa antiimperialista, socialista y revolucionaria, que termine con toda explotación y opresión. Este orgullo volvemos a decir que para conseguir nuestros derechos: ¡la lucha es el único camino! |