El 13 de junio Loan Peña, de cinco años, desapareció de la casa de su abuela a la que había concurrido junto a su padre. En cadena nacional se transmitía la búsqueda del menor sobre la que las autoridades provinciales pretendían instalar que solo se trataba de un extravío. De a poco el pueblo correntino se animó a levantar la voz para decir que no creían en la versión de que el pequeño estuviera extraviado. Comenzó a escucharse que en la provincia se roban menores para alguna red criminal. Las denuncias tenían los nombres de las víctimas y, en algunos casos, también de los responsables.
Sobre este escenario Patricia Bullrich armó su show. Lo hizo con la frialdad de a quien la vida de un menor le importa poco y nada. Como siempre se la escuchó decir barbaridades. Encarnó, como en una serie de Netflix, el personaje de la heroína que lucha contra el mal. Por supuesto nadie le creyó, ni siquiera los periodistas amigos del Gobierno.
Primero anunció que viajaría a Paraguay porque aseguraba que Loan fue secuestrado por una red de trata internacional, bajo la hipótesis de que el pequeño fue vendido a el exterior vía ese país. Posteriormente, probablemente advertida de que podía hacer un papelón de no hallar nada, decidió un viaje más modesto hasta Corrientes. Allí tuvo todas las cámaras y micrófonos para atenuar las voces del pueblo correntino y evitar que el gobierno nacional fuera salpicado por esta crisis provincial. Para esto no dudó en enfrentarse con un aliado: el gobernador radical Gustavo Valdés.
Bullrich aseguró que la Policía y la Justicia correntinas hicieron todo mal -lo cual por supuesto fue así- y prometió que sus fuerzas de seguridad federales encontraría a Loan. Volvió a Buenos Aires sin ninguna hipótesis firme sobre qué había pasado con el pequeño. Entrevistada por periodistas amigos de LN+, y sintiéndose como en casa, Bullrich volvió a encarnar un personaje de alguna serie de bajo presupuesto para instalar la idea de que el niño se había perdido.
Ante Eduardo Feinmann dijo: "Ahora voy a ir con todo, con buzos, con personal de montaña y de monte. Voy a ir con equipos radiológicos para ver la panza de animales. Hay que ir con todo, porque hay yacarés y pumas". No aclaró si los yacarés y los pumas integran esa red internacional de trata. Lo que sí volvió a mostrar es que el dolor de la familia del menor no le importaba nada y que tampoco respeta al pueblo de Corrientes que reclama por la aparición de Loan.
Días después de estas declaraciones espantosas la ministra regresó a Corrientes. Lo hizo luego de que Laudelina, tía del menor, dijera que Loan había sido atropellado por la camioneta del capitán de navío de las Fuerzas Armadas que viajaba junto a su mujer. En tanto el gobernador radical Gustavo Valdés festejaba a través de sus redes sociales que el caso estaba resuelto. Bullrich llegaba a la provincia para no perderse la foto del esclarecimiento del caso.
El mismo domingo la ministra se dirigió a la localidad de 9 de Julio, donde desapareció el menor, para recorrer el lugar junto a policías, prefectos y gendarmes. Durante el transcurso de ese domingo se esperó en vano que encontraran a Loan. Bullrich había montado un nuevo show y al finalizar la tarde dijo: “No tenemos información de Loan”. Nuevamente no tuvo el más mínimo reparo de jugar con el dolor de la familia que todavía aguarda encontrar con vida al pequeño.
Este viernes Laudelina quedó detenida e imputada por "participación en sustracción y ocultamiento de un menor de 10 años" y "alteración de evidencia del caso".
Funcionarios y políticos de Corrientes en caso de trata de menores
Con la desaparición de Loan se ha destapado la impunidad que vienen sosteniendo todos los gobiernos de la provincia. Desde el 13 de junio, cuando se vió por última vez al chiquito, el pueblo de Corrientes salió a las calles. Reclama por su aparición. También piden justicia por la decenas de niños desaparecidos que no han encontrado justicia. Estremecen dos frases que repiten en cada movilización: “con los chicos no” y “los chicos no se venden”.
En las marchas frente a la casa de Gobierno se escuchó gritar “que se vayan todos”. Muestra del hartazgo de un pueblo frente a estos crímenes contra los menores. Muchos de estos casos emergieron y sus testimonios se escuchan frente a las cámaras de TV. Hablan de organizaciones criminales dispuestas a robar menores sea con fines sexuales, redes de pedofilia, adopción ilegal o venta de órganos.
También se han conocido otras denuncias sobre abusos sexuales que ejercen políticos contra las menores. En 2022 uno de esos casos fue presentado ante la Justicia. Violeta tenía 14 años cuando el papá del actual gobernador comenzó a violarla en reiteradas oportunidades. Cuando quedó embarazada ella decidió huir de la localidad de Ituzaingó, donde Manuel Valdés era el intendente. El periodista Sebastián Lacunza reproduce en sus redes sociales el doloroso testimonio de Violeta.
Múltiples versiones rodean la desaparición del chiquito de cinco años. En estos 25 días hemos escuchado mucho sobre qué habría pasado con él. Lo cierto es que dentro de los detenidos se encuentran miembros de las fuerzas represivas. Las mismas que están involucradas en los delitos de trata de personas. Uno es el capitán de navío de las Fuerzas Armadas, Carlos Pérez, a quién se le encontraron pruebas de que el menor podría haber estado en su camioneta. Cuando fueron a peritar su celular se “encontraron” que había borrado mensajes y que su auto fue filmado yendo a Chaco. Hubo allanamientos en la casa que comparte con su esposa, Victoria Caillava, funcionaria municipal. La jueza Pozzer Penso y los fiscales federales Alejandra Mangano y Marcelo Colombo, especializados en casos de trata, y el fiscal Mariano de Guzmán, de Goya, parecen no cerrar la alternativa de que ellos estén involucrados en la desaparición de Loan.
Este sábado, el diario Clarín publicó que Pérez tuvo relación con Contrainteligencia de la Armada. El informe que envió Defensa a la jueza indica que Pérez estuvo en Almirante Zar, Trelew, durante el año 2005. En esa base militar se continuaron desarrollando tareas de inteligencia y espionaje ilegal hasta 2006, cuando se abrió una causa que terminó con 13 marinos condenados.
Por otro lado está detenido el comisario Walter Maciel, hasta el momento, se sabe que la zapatilla del nene fue plantada por él. Un pequeño botín del pie izquierdo encontrado en el medio de la nada hallado el 14 de junio, cuando recién arrancaba la búsqueda. Los fiscales detallaron que el comisario “alteró rastros y pruebas del hecho” con el objetivo de desviar la investigación. El comisario también fue quien autorizó “sin problema” a la funcionaria Caillava y a su marido a salir del pueblo hacía la ciudad de Corrientes y posteriormente a Chaco, a bordo del auto que tenían rastros de Loan.
En paralelo, el abogado de la familia del niño, Fernando Burlando, confirmó que el comisario Walter Maciel le sacaba fotos a los niños de un colegio. Esto también fue denunciado por la mamá de un alumno. Cuando comenzaron las marchas en la localidad de 9 de Julio reclamando por la aparición de Loan, los vecinos denunciaron que los amenazaba para que no las realicen. Sobre él también dijeron que es un “Maltratador, coimero” y que tiene una denuncia por abuso.
De la comisaría donde se desempeñaba Maciel se encuentran sospechados el oficial Eduardo Rafael Torres, su mano derecha y quien aparece como "secretario de actuaciones" en el sumario por la desaparición de Loan. Por lo pronto, fue citado como testigo porque dijo en el sumario policial que Maciel había obligado a su compañero, Orlando Ezequiel Cáceres, a adulterar el libro de guardia. Cáceres -que era jefe de guardia de la seccional- confirmó esto y dijo que el 14 de junio el comisario lo obligó a cambiar la hora en la que la Policía había llegado al lugar el día 13. Hizo constar en el libro que a las 14.35 (minutos después de la desaparición de Loan) el comisario fue llevado a su domicilio particular. Otro dato por el cual también se sospecha a los agentes de esa comisaría es que el allanamiento a la casa donde vivía Maciel fue hecho por el oficial Torres, es decir, su segundo.
La Libertad Avanza y su defensa por la venta de menores
Esta semana en el Senado, cuando se discutía en la Comisión de Justicia y Asuntos Penales un proyecto de ley para aumentar las penas por el delito de sustracción y/o comercialización de menores de edad, en medio del conmocionante caso de Loan, el senador riojano Juan Carlos Pagotto, de La Libertad Avanza, sostuvo que "hay familias enteras que tienen ocho o nueve hijos, que alguna vez han dado, como quien dice, algún chico", y apuntó: "si nosotros los sancionamos, dejamos todo el resto de la familia sin protección". Al senador, típico patrón de estancia, no se le ocurre otra solución para que esas familias dejen de pasar necesidades. Ni legislar para que haya mayor empleo y ayuda estatal a quienes lo necesiten. Solo se le ocurre que los pobres vendan sus hijos como una mercancía más.
Al igual que Javier Milei, quien durante la última campaña electoral opinaba con respecto a la venta de niños. “No sé cuánto estamos preparados para esta discusión filosófica” y agregaba que “las adopciones tienen que ser en un mercado libre y no regulado por el Estado. Aquellas que quedan embarazadas cuando no quieren, van a encontrarle una salida a la situación”. Para sostener estos "ideales", Milei cita a uno de sus mayores referentes de la Escuela Austríaca: Murray Rothbard. El economista planteó, en su libro La ética de la libertad, que los padres no deberían tener la obligación legal de alimentar, vestir y educar a sus hijos, por lo que incluso podrían “dejarlos morir”. Y que "en una sociedad absolutamente libre puede haber un floreciente mercado libre de niños".
La sustracción de niños con múltiples objetivos existe desde mucho antes que Milei llegará al gobierno. Eso explica, en parte, el hartazgo del pueblo correntino que no cree nada de lo que dicen los funcionarios políticos y judiciales. Saben que estas bandas criminales actúan en complicidad con sectores estatales. Repudian, como cantan en las marchas, declaraciones como las de Milei: “los niños no se venden”.
Tampoco confían en Patricia Bullrich, que encubrió a los gendarmes responsables de la desaparición y muerte de Santiago Maldonado, porque es capaz de respaldar a las fuerzas de seguridad cometan el crimen que sea. Además, por ser una ministra que no le alcanza con reprimir la protesta social, sino que es capaz de ordenar infiltrados en las marchas para luego armar causas contra los manifestantes. Así ocurrió el pasado 12 de junio cuando se protestaba frente al Congreso en rechazo a la aprobación de la ley Bases. 33 personas fueron detenidas y acusadas de intentar dar un golpe de Estado.
Son las fuerzas de seguridad que comanda Bullrich las que hoy deberían investigar la desaparición de Loan. Si se llega a la verdad o el esclarecimiento de dónde está el menor, habrá sido porque es una causa que deja expuesta que algo “huele mal” en Corrientes. Porque, además, hay un pueblo que pide justicia y que parece estar dispuesto a destapar más ollas podridas. | 
