En la Cámara de Diputados empezaron a debatirse proyectos para regular las apuestas online y prevenir la ludopatía especialmente en menores de 18 años. ¿Cuáles son los partidos políticos que permitieron la multiplicación de las ciberapuestas? ¿Quiénes son los actores que se benefician de este millonario negocio? Un combo que incluye deporte y sponsors, billeteras virtuales y una caja preciada de la política. Del otro lado, una crisis económica y social que impacta en el crecimiento de las apuestas y enciende alertas por los adolescentes.

El árbitro pide VAR y la espera del veredicto desata un aluvión de apuestas en vivo y en directo. La transmisión hace un primer plano de los jugadores que llevan en su camiseta el nombre una plataforma para apostar. Se agranda el plano y alrededor de la cancha los carteles luminosos te insisten con sus sitios de internet. Termina el primer tiempo y abruman las propagandas. Algunas tienen a ídolos deportivos como protagonistas. En las redes sociales, la cuenta oficial de AFA te dice cuál es “la casa de apuestas oficial de la Liga Profesional de Fútbol”. No faltan influencers incentivando a un “hagan sus apuestas”, que no solamente se hacen en vivo y en directo sino en las previas de los eventos deportivos. Los pibes “timbean” desde sus celulares, adentro del aula, en el recreo o en sus casas. Es como tener un casino portátil 24x7 al alcance de un click.

La ludopatía, adicción al juego, es un drama social que está creciendo particularmente entre los adolescentes, y especialistas advierten sobre los riesgos en la salud mental. Las ciberapuestas crecieron exponencialmente entre 2022 y 2023: 11,4 millones de residentes argentinos ingresaron, al menos una vez, a un sitio de apuestas online (dato de Sagse Latam). Según la Defensoría del Pueblo de la Provincia de Buenos Aires el 12,5% en jóvenes de entre 15 y 24 años ingresaron a una de estas plataformas, y están concentradas sobre todo en el AMBA. Si antes esta adicción aparecía en adultos de más de 45 años, la multiplicación y facilidad de esta la modalidad virtual está cambiando el perfil etario: ahora se concentran entre los 15 y 35 años. En tiempos de crisis económica y social, tiende a crecer esta problemática como forma de supervivencia para hacer un dinero extra. Por eso, el 46% de los montos con los que se apuestan son bajos, de entre $1000 y $2000.

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La expansión de esta problemática entre los jóvenes y los barrios más afectados por la crisis económica, ha generado reclamos y exigencias hasta del Episcopado Argentino a través del Monseñor Ojea y de las Iglesias Evangélicas (ACIERA). La Cámara de Diputados se vio empujada a tener que abordar la ludopatía, y hay proyectos de distintos bloques que buscan regular con algunas nuevas restricciones a estas plataformas. Han impulsado así, desde fines de mayo de este año, una serie de comisiones informativas con expositores. Sin embargo hay algunos temas ausentes en el debate hasta ahora. ¿Cómo empezó la multiplicación de estas plataformas del juego online? ¿Quiénes las habilitaron? ¿Cómo impacta esta jugosa caja en la política? ¿Cuáles son los lobbies que operaron para el desarrollo de este negocio? Si ahora pareciera que “no hay grieta” en la voluntad de los bloques de la política tradicional para transformar este debate en alguna ley (aunque sea en materia de prevención de adicciones), tampoco hubo grieta cuando se va a los orígenes de este nuevo negocio donde hay responsabilidad de esos mismos actores políticos.

Viejos jugadores detrás de un nuevo negocio

Betsson, Codere, BPlay Argentina, Betwarrior, Betano, Bet365 son algunas de las plataformas de apuestas más conocidas en nuestro país que están legalizadas (todas las que finalizan con “.BET.AR”). Muchas de ellas están estampadas en las camisetas de Boca, River, Racing, Newell’s, Rosario Central, Vélez, Estudiantes de La Plata. Pero no son las únicas: hay todo un mercado ilegal que permiten a cualquier menor de edad abrirse una cuenta con mucha más facilidad. El 78% de las plataformas en nuestro país son ilegales.

Un estudio de Seenka Media Data, refleja que en Argentina y en los canales deportivos, el 66,65% de los segundos televisivos que se destinan a avisos publicitarios tienen como protagonistas anuncios relacionados con las apuestas online. A su vez, un informe de la Defensoría del Pueblo de la Provincia de Buenos Aires, reveló que entre 2021 y 2023, las 10 plataformas más importantes invirtieron casi 11.000 millones de pesos en publicidad, sin contar la que gastan en google y en redes sociales.

Las billeteras virtuales festejan la multiplicación de las transacciones para la “timba virtual”. Sobre todo Mercado Pago de Marcos Galperín que concentra casi el 75% de ese mundo, y además tiene habilitadas las cuentas a partir de los 13 años.

Los destinatarios finales del negocio que mueve 300 millones de dólares al año según la revista Forbes, son las plataformas de apuestas exportadas de países como Suecia o España, pero que están asociadas a empresarios locales. La mayoría de los nombres criollos son viejos conocidos en el negocio de los casinos y bingos.

Uno es Federico de Achával dueño del Hipódromo vinculado a Betwarrior: un histórico en el rubro con una gran fortuna encima e investigado por una sociedad offshore revelada en los Panama Papers.

Daniel Mautone está detrás de Betsson: el hombre que es dueño de Casino Victoria, y que aparece en investigaciones judiciales vinculadas al escándalo de Martín Insaurralde por auspiciar viajes de su ex pareja Jesica Cirio.

Un infaltable en el mapa del juego: Daniel Angelici, ex presidente de Boca y conocido como un “operador judicial” de Mauricio Macri. El “Tano” Angelici comparte con Mautone la propiedad de tres bingos (de Ramallo, Pergamino y Maipú). Algunos lo vinculan a la griega Betano, que viene de hacer un acuerdo con la AFA y le puso la marca a la Liga Profesional de Fútbol: “Torneo Betano”. Angelici también tiene terminales con Betsson (junto a su socio Mautone), y se metió de lleno en el lobby cordobés (entre muchos otros) para que se habiliten las apuestas online en la provincia y quedarse con el auspicio de eventos deportivos como el ATP 250 (tenis).

La política aporta también con lazos familiares: el senador salteño Juan Carlos Romero, socio fiel de La Libertad Avanza, aparece en esta historia por su yerno Nicolás Glazman que está con Betway. La familia Glazman ya estaba en el negocio del juego con Bingo Oasis de Pilar, denunciado fuertemente por sus trabajadores y trabajadoras durante la pandemia. El yerno del senador Romero fue uno de los que terció en la disputa para quedarse con licencias de ciberapuestas en Córdoba.

Estos son solo algunos de los nombres detrás de un negocio millonario que crece en todo el mundo, y según un informe de “Global Online Gambling Market” proyectan que para 2027 va a recaudar cerca de 130 mil millones de dólares.

La política también juega

El negocio de las ciberapuestas y sus consecuencias en adicciones y la salud mental, no cayeron del cielo. Si bien hay varios factores que explican su explosión en los últimos años, como el uso extendido de los celulares y la pandemia, también hay que mirar a la política. Los permisos a estas empresas para que operen legalmente y se metan de lleno en camisetas, eventos deportivos, publicidades y redes sociales se las dieron gobernadores y legislaturas provinciales. Es que en nuestro país son las provincias quienes tienen la potestad de legislar sobre los juegos de azar. Una herencia legada de los años ‘90, cuando Carlos Menem privatizó el juego, quitó participación al Estado nacional y se lo pasó a las provincias. Desde entonces las licencias se expandieron y creció el negocio.

En diciembre de 2018 algo empezó a cambiar con las ciberapuestas. Casi en simultáneo, la provincia de Buenos Aires y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires habilitaron el juego online y empezaron a otorgar licencias a las plataformas. Pero no son las únicas: 17 de las 24 jurisdicciones de todo el país siguieron el mismo camino. Córdoba, Santa Fe, Mendoza, Neuquén, Rio Negro, Santa Cruz, Tucumán, Entre Rios, Formosa, Jujuy, La Pampa, Misiones, Chaco, Corrientes y San Luis completan el mapa de las que habilitaron la modalidad online de las apuestas.

Tomando solo algunos de estos casos, queda a la vista que la responsabilidad de la política en el desarrollo de este negocio no tiene ni grietas ni fronteras.

El de la provincia de Buenos Aires tiene dos cabezas. La legislación y habilitación fue impulsada por la entonces gobernadora del PRO, María Eugenia Vidal. Como suele ser en estos temas, se coló “de querusa” en la ley del presupuesto provincial en diciembre de 2018. Vidal, que cruzó la General Paz y ahora es diputada nacional por CABA, quiso avanzar con las licencias en ese entonces pero todo quedó paralizado por su derrota electoral en 2019 a manos de Axel Kicillof. El actual gobernador de Unión por la Patria era detractor de la iniciativa cuando le tocó ser opositor, pero terminó cambiando de opinión como oficialista. A principios de 2021 fue el propio Kicillof el encargado de instrumentar la ley de Vidal y otorgar las licencias a las plataformas online. En la provincia más grande del país, las ciberapuestas comenzaron su historia gracias al PRO y a Unión por la Patria: Vidal hizo la ley, Kicillof la puso en funcionamiento. Los cálculos del gobernador en 2021 tuvieron fines recaudatorios: estimaba entonces que las apuestas online iban a facturar 600 millones anuales, y la provincia se quedaría con 90 millones en concepto de Ingresos Brutos, y 60 millones por “canon” que se paga a Lotería.

En la Ciudad de Buenos Aires la ley que habilitó las apuestas online también se aprobó en diciembre de 2018 en la legislatura porteña. Impulsada por el entonces jefe de gobierno del PRO Horacio Rodríguez Larreta, contó con el voto positivo del oficialismo, incluyendo a “los lilitos” de la Coalición Cívica. Un hecho que generó sorpresa por la supuesta “histórica” posición en contra del juego del espacio liderado por Elisa Carrió. Las malas lenguas atribuyen el apoyo a la legalización de las apuestas online a la cercanía de Carrió con el fugado a Uruguay, Fabian “Pepín” Rodríguez Simón, con intereses en el negocio. Al momento de su aprobación, Larreta estimó en 500 millones de pesos anuales lo que iba recaudar la Ciudad con esta legalización.

Otro caso emblemático es el de Santa Fe, que también tiene dos padres: el peronismo y la UCR. La primera habilitación la hizo el ex gobernador peronista Omar Perotti vía el decreto 1451 en noviembre de 2020. Fue en plena pandemia, presionado por los casinos afectados por la no presencialidad. La llegada de Pullaro de la UCR a la gobernación, vino de la mano de empujar una ley que termine de darle legalidad a esta nueva modalidad de apuestas. Con un tratamiento express, obtuvo la sanción en diciembre de 2023 y en el Senado provincial se aprobó por unanimidad. Es decir, con los votos de Unión por la Patria incluidos. La particularidad de Santa Fe es que está atravesada por el crecimiento de la narcocriminalidad, y el negocio del juego y las apuestas es señalado hasta por organismos internacionales como una de las vías para el lavado de dinero.

En Córdoba se legalizaron las ciberapuestas con una ley provincial sancionada la última semana del 2021. Si bien el proyecto fue de autoría de un legislador de la UCR (Orlando Arduh, alfil del diputado nacional Rodrigo de Loredo) y varios del PRO, contó con el aval del entonces gobernador peronista Juan Schiaretti. El debate no pasó desapercibido, porque generó una fuerte interna al interior de Juntos por el Cambio con posiciones encontradas tanto en la UCR como en el PRO, y donde Mauricio Macri metió la cola para empujar que se apruebe. Luis Juez fue uno de los que rechazó la iniciativa, y abrió un manto de sospechas al preguntar “qué habrán recibido" los legisladores de Juntos por el Cambio para presentar el proyecto. En ese momento amenazó con que no iba a estar “en el mismo espacio que estos", pero en la política tradicional son detalles que se olvidan fácilmente. De Loredo y Negri de la UCR también se opusieron y pidieron que se retire el proyecto sin éxito, aunque uno de sus legisladores fue autor del mismo. Macri anunció su aval al tratamiento, bajo la excusa de “transparentar” la forma de conseguir licencias. Schiaretti no solo acompañó con los votos de su espacio, sino que fue el encargado de reglamentarla en mayo de 2022.

La caja de la política

El juego en nuestro país recauda 2500 millones de dólares por año según registros de la AFIP. Ahí está una de las explicaciones del interés de la política en este rubro que incluye los tradicionales casino, bingos, hipódromos, y que ahora se expandió a las apuestas online. Con la llegada de Javier Milei a la Casa Rosada, las provincias están más necesitadas de los recursos propios que antes, producto de los recortes presupuestarios. Algo que hace difícil pensar que muchos de los bloques políticos que hoy se muestran impulsando el debate en la Cámara de Diputados sobre ciberapuestas y ludopatía, puedan ir a fondo con esta problemática donde son “juez y parte”.

Esto sin contar que, al margen de la recaudación impositiva, la vinculación con la política también está vía el financiamiento de campañas electorales.

En 2023 Patricia Bullrich fue denunciada e investigada por presunto financiamiento ilegal de su campaña electoral (a través de una asociación civil que presidía). Entre los “aportantes” sospechosos estaban Casino Melincué y Casino Puerto Santa Fe.

El PRO es apoyado económicamente en las campañas por otro de los “zares del juego”. Antonio Tabanelli, otro histórico empresario del sector, que ahora es propietario de una de las plataformas más reconocidas de apuestas online: BPlay, sponsor de la AFA.

Unión por la Patria no se queda atrás. No solo tiene en su haber la vinculación con el empresario del juego Cristóbal López (ahora alejado del rubro) que le financió las campañas electorales a Néstor Kirchner desde que era intendente de Río Gallegos. También el escándalo del yate de Martín Insaurralde volvió a poner sobre la mesa la vinculación del peronismo bonaerense con el juego, en particular Daniel Mautone detrás de la plataforma Betsson.

¿Y ahora?

Mientras crece la preocupación por los casos de ludopatía en adolescentes, las apuestas online gozan de buena salud. Poner sobre la mesa este debate abre una caja de pandora sobre quiénes están detrás del negocio. Hubo diputados que reclamaron “a los clubes de fútbol que vengan a dar explicaciones”. La política tradicional también tendrá que darlas.

Las respuestas a una problemática que crece, no serán sencillas. Además de programas de prevención y concientización (de difícil implementación en estos tiempos en los que Milei desguaza y cierra programas de salud claves), algunos proponen prohibir las publicidades de las apuestas online en eventos deportivos y culturales, otros quieren restringirlas solamente hacia menores de 18 años, además de obligar a las plataformas a poner ingresos con datos biométricos que impida el ingreso de menores. ¿Va a alcanzar?

Un abordaje integral en materia de salud pública y mental es urgente y necesario, pero necesita un presupuesto acorde para que no sea para la tribuna. También puede ser la oportunidad para cuestionar la herencia menemista del juego en manos privadas y su vínculo con el financiamiento de la política, las consecuencias de un deporte cada vez más mercantilizado, el desarrollo de la tecnología bajo las reglas del mercado con plataformas que lucran y luchan por nuestro tiempo y atención. O por qué en tiempos de crisis económica muchas familias o jóvenes que no ven perspectiva de futuro son empujados muchas veces al juego por supervivencia. El juego, el deporte, la tecnología y el entretenimiento pueden ser otra cosa si se liberan de los tentáculos de un mercado que pudre cada cosa que toca.

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