Este jueves 18 se hará una nueva reunión del Consejo del Salario, la Productividad y el Empleo (CNS). Será por videoconferencia. Estarán, como siempre, las cámaras empresarias y las centrales de trabajadores, con el gobierno como “árbitro”.
Vale aclarar que en las últimas ocasiones no hubo acuerdo (aunque la CGT no fue con grandes pretensiones) por lo que el gobierno fijó el número según su opinión. Como es un “árbitro” ensobrado que siempre cobra para el mismo lado, fijó el SMVM en $234.315,12 para los mensualizados y a $1,171,58 por hora en cuanto a jornalizados.
Hay que tener en cuenta que no solo marca el “mínimo” que pueden acordarse en paritarias, sino también que impacta en las prestaciones para desempleo y las jubilaciones, además de algunas actividades. No así en el (ex) Potenciar Trabajo, que en una actitud criminal de la ministra Pettovello quedó “desenganchado” y congelado.
El “mínimo” siempre ha sido una miseria, hay que decirlo. Pero La Libertad Avanza se ha empeñado en destruirlo aún más. Para empezar, tiene un poder de compra 32,1% menor del que tenía en noviembre de 2023.
Así lo analiza un estudio de Centro de Investigación y Formación (CIFRA-CTA). Según los datos, ”los aumentos nominales sumaron 60,5% respecto de noviembre de 2023, cuando en el mismo período se proyecta acumular una inflación superior al 136%. De este modo se consumó la pérdida real de prácticamente un tercio en el salario mínimo. Esta pérdida se suma a las importantes reducciones que tuvieron lugar en años previos, que superaron el 10% anual en los años 2018, 2019 y 2020”.
Si uno lo mide en términos históricos, “este salario sólo sería suficiente en julio para comprar el 56,8% de la canasta básica de alimentos que define la línea de indigencia para una familia tipo y un 25,6% de la canasta de pobreza, relaciones comparables a las vigentes en la crisis final de la convertibilidad en 2001/2002”.
O sea, digamos, estamos ante un ataque a las condiciones de vida de la mayoría trabajadora. Por eso no tiene nada de “vital”: no puede garantizar la alimentación ni la calefacción ni el transporte ni la satisfacción de las necesidades básicas de un ser humano. Ni hablar de una canasta familiar que contemple los consumos que tiene una familia y según los trabajadores del Indec se acerca a los 2 millones de pesos tras la devaluación y liberación de precios.
Se trata de una confiscación, un robo, un saqueo al bolsillo de millones. Lo mismo que el deterioro de los salarios de convenio, las jubilaciones o los ingresos de las y los informales.
Por ejemplo, si uno toma en cuenta el poder adquisitivo del Salario Mínimo en 2015 corresponderían a 537 mil pesos de la actualidad. O sea que en menos de 10 años, distintos gobiernos le han robado peso a peso el ingreso a millones, hasta llegar a los 300 mil pesos mensuales. Hoy es de 234 mil pesos, la cuenta es sencilla. A eso vamos cuando decimos que el presidente habla en el “Pacto de Mayo” de respetar la “propiedad privada” de los dueños del país. El pueblo trabajador es robado día a día, al punto de ser privado de cualquier propiedad, incluso la alimentación.
El otro cuadro de Cifra también es contundente: muestra la relación entre la canasta de indigencia y básica y el Salario Mínimo. Se puede ver como las empresas que forman los precios de elementos tan básicos como los alimentos o los servicios se apropian cada vez más de los ingresos populares (se necesitan cada vez más “salarios” para cubrirla).
Se trata de una miseria planificada, que sigue degradando a la única clase que produce, la que hace funcionar el país. Un saqueo que va desde el trabajo “informal”, este “salario mínimo”, las paritarias a la baja y el impuesto a las ganancias para quienes logran estar mejor. Como contamos ayer, bajo el gobierno de Milei los empresarios mejoraron su porción en el reparto de la torta de riqueza producida al 40% en el primer trimestre del año.
La CGT adelantó que pedirá que, como mínimo, la actualización incorpore el aumento de la inflación de mayo y junio. Un 4,8% de aumento. No se puede ser tan miserable. Lo único que aspiran es que la perdida se mantenga intacta. Ninguna recuperación. La CTA Autónoma hizo una conferencia donde denunció la situación y "consideró que el valor de referencia que se debería tener en cuenta es de 865 mil pesos". Pero no convoca ninguna medida para imponer ese aumento.
El Frente de Izquierda plantea otra salida: hay que tocar los intereses de las grandes empresas para que nadie cobre menos de lo que cuesta la canasta familiar, reduciendo además la jornada de trabajo y repartiendo esas horas para generar trabajo genuino. Tenemos que poner de pie y coordinar a la clase trabajadora para evitar que nos sigan hundiendo. | 
