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17 de julio de 2024 Twitter Faceboock

Entrevista
Trotsky Vengarán: “Intentamos dar mensaje con las canciones, por el peso de la obra misma”
Augusto Dorado | @AugustoDorado

Trotsky Vengarán son (de izquierda a derecha)Juan Pablo Granito, Guille Peluffo, Hugo Llamarada Díaz y Cuico Perazzo.

Festejarán este 20 de julio en Buenos Aires los 20 años de Pogo, el disco en vivo con el que lograron reconocimiento en el rock uruguayo. Charlamos con toda la banda sobre su historia y su presente.

Link: https://www.laizquierdadiario.com/Trotsky-Vengaran-Intentamos-dar-mensaje-con-las-canciones-por-el-peso-de-la-obra-misma

En plena temporada de copas (en América y en Europa), la legendaria banda montevideana cruzó “el charco” más ancho del mundo para conversar con diversos medios unos días antes de la celebración de las dos décadas que cumple su disco Pogo, el que les abrió las puertas de una escena rockera que estaba resurgiendo en Uruguay a principios de los 2000 para –desde ahí- proyectarse a toda Latinoamérica donde sus seguidores más fieles son cultores del punk de buenas melodías. Para conversar con La Izquierda Diario tuvieron la amabilidad de acercarse a un bar de San Telmo que sobrevive a la creciente gentrificación. Tal vez un poco de casualidad es uno de los pocos lugares que mantiene un espíritu rioplatense que podría generar un clima más cómodo en el que los Trotsky Vengarán pudieran sentirse locales. A juzgar por la rica charla de más de una hora que mantuvimos, el bar Caracol funcionó como un buen escenario. Cafés en pocillos de loza, el barullo de conversaciones ajenas que hacía las veces de cortina musical de fondo, televisores que transmiten fútbol a toda hora, mozos que ya conocen de memoria lo que van a pedir en cada mesa. Tal como Guillermo Peluffo y Hugo Llamarada Díaz –los dos primeros Trotsky en llegar a la cita- ya conocen que su público en todo el continente (son especialmente muy valorados en México, Colombia y Argentina) les va a pedir unos cuantos temas de Pogo, el registro en vivo que marcó un antes y un después. Por eso, desde fines del 2023 lo están celebrando con una serie de shows que tendrá su capítulo argentino este 20 de julio desde las 19 hs en el Teatro Vorterix de Colegiales (Federico Lacroze 3455, CABA, con entradas disponibles por sistema All Access), en el marco de la gira que titularon 20 años saltando.

Con todo el entusiasmo que les transmite la selección Celeste dirigida por Marcelo Bielsa y una generación de jugadores que volvió a ubicar a Uruguay en lo alto del mapa futbolístico (“Te hace pararte como un cuadro grande, jugar con esa mentalidad”, explican) y mientras relojeaban de reojo un partido de la Eurocopa, el cantante Guille y el guitarrista Llamarada se entregaron con total predisposición a una charla a la que un ratito después se sumaron el baterista Guillermo Cuico Perazzo y el bajista Juan Pablo Grano Granito. Su lugar en el rock uruguayo, la importancia de Pogo en su trayectoria, la relación que establecen con diversas generaciones de fans, cuando telonearon a los Ramones, el lugar que le dan al fútbol, porqué apareció Trotsky en el nombre de una banda y varias cosas más recorrieron la conversación con este grupo entrañable que aunque no busca dejar un mensaje para la humanidad, seguro puede garantizar mucho más que una noche de rock.

LID - ¿Qué importancia tuvo Pogo, este primer disco en vivo en la carrera de Trotsky Vengarán a 20 años de su lanzamiento?

GP - Es claramente el primer disco en vivo, es un disco que nos abrió muchas puertas en el sentido de que se hizo muy popular en Uruguay y que sorpresivamente nos abrió puertas fuera de Uruguay. Tiene la particularidad de que todo surge cuando ya nosotros teníamos 10 años de trayectoria más o menos y empezamos a tener nuestro primer éxito; y justo cuando está sucediendo eso con dos discos que sacamos seguidos en el 2001 y en el 2002 (en 2001 Durmiendo afuera, un disco producido por Jaime Roos, y en 2002 Todo lo contrario, un disco producido por nosotros), tiene éxito la banda. En ese tiempo yo ya estaba yendo a trabajar a Chile por el exilio económico al que me vi obligado debido a la crisis… En Argentina fue en 2001 pero en Uruguay pega en 2002, que es cuando la corrida bancaria de los argentinos impacta como crisis financiera en Uruguay. Esa situación me empuja fuera del país junto a mi familia… Entonces nos enfrentamos a ese panorama, después de haber sufrido en el under durante 10 años, ni bien venía un poco de aire fresco nos pasa esto. Estábamos conectando con una nueva generación que estaba surgiendo y escuchando rock uruguayo, justamente a raíz de la crisis, por lo que apostamos a hacer una “jugada maestra” para mostrarle nuestra discografía anterior de tres discos a estos pibes que nos estaban empezando a conocer. La jugadas salió muy bien, nuestra carrera siguió para adelante. El disco Pogo fue un mojón en nuestra historia, nosotros no solemos celebrar fechas o aniversarios específicamente porque tenemos una mirada constante hacia adelante, pero bueno, llegó la hora de recordarlo y cuando hicimos los shows en Montevideo tuvieron un éxito que nos sorprendió, porque uno pierde de vista la parte afectiva que tiene el público hacia tus canciones… en muchos lugares como Argentina, México, Medellín, es un disco que remite a los inicios de la banda, que en realidad no son los inicios de la banda, pero para el gran público sí…

HD - Es importante puntualizar que nuestro bajista entró hace 10 años a la banda y él era público de Trotsky cuando grabamos el Pogo, siempre nos decía ‘Bo, hay que homenajear al Pogo, miren que ese disco a la gente le encanta’… Es que uno le tiene cariño, pero pierde de vista lo que significa para mucha gente, algunas personas te dicen ‘Este fue el primer disco de rock que escuché en mi vida’… Imaginate… Como el CD salió en el 2003 y luego lanzamos un DVD del mismo show en 2004, nos tomamos la libertad de festejar los 20 años entre fines del 2023 y parte del 2024. Originalmente anunciamos dos fechas que las agotamos y terminamos haciendo cuatro fechas, tocando el disco de principio a fin. Eso fue en diciembre y ahora a mitad de junio anunciamos dos shows terminamos haciendo tres homenajeando al disco, pero ya no tocando en el mismo orden porque si no se vuelve muy repetitivo… A la gente le encanta. El espíritu era tratar de darles algo a quienes nos iban a ver en esa época y que por algo dejaron de venir (la vida familiar o capaz dejaron de interesarse en los shows) a ver si les copaba volver, y a la gente nueva darles una chance de mostrarles cómo fue el show del Pogo, que se transformó en un evento de esos donde todos dicen ‘Yo estuve ahí’ cuando en realidad fueron 400 personas en dos noches, si sacás la cuenta de todos lo que te dicen que estuvieron tendríamos que haber hecho un Estadio Centenario (risas).

En aquel 2003 de crisis económica cuando se tuvo que ir Guillermo del Uruguay ¿Cómo siguió la banda? ¿Todos tenían que laburar de otra cosa?

HD - ¡Hasta el día de hoy todos trabajamos otra cosa!

GP - Nosotros tenemos más de 50 años ahora y nuestro éxito llegó cuando teníamos más de 30… Nunca dejamos nuestros otros laburos…

HD – Guille y yo teníamos hijos chicos… El tema es que nosotros cuando componemos, componemos todos juntos, o sea, no hay que esperar que alguien traiga las canciones; las tiramos en el ensayo… Y por esa manera de trabajar, si faltaba Guillermo era como que no tenía sentido ¿viste? Necesitábamos hacer algo como para poder seguir subidos a ese impulso que habíamos agarrado por primera vez después de 10 años. No se podía creer que cuando estaba empezando a venir gente nueva, gente joven, nos pasaba esto… Porque hubo una renovación de público del rock and roll en Uruguay de la mano de La Vela Puerca y No Te Va Gustar que trajeron a toda una generación de gurises, de chiquilines, que en los tenían 17-18 años y que no eran tan “negativos” como el público de rock de los de los 80 y los 90 entre los cuales nosotros nos encontramos. Nosotros somos público de rock de los 80, las bandas uruguayas de los 80 eran muy oscuras. Era un rock elegante, a lo The Cure, Joy Division, Bauhaus… Había como una pata en el punk rock, pero eran de tono mucho más solemne, introspectivo… Entonces cuando llega la ola de La Vela Puerca y No Te Va Gustar, que tenían vientos, para los viejos rockeros eran inaceptables. ‘Pero ¿Qué es esto? ¿Cumbia?’ (risas)… Y bueno, toda esa generación de pibes que empezaron a escuchar rock uruguayo de la mano de esas dos bandas también nos agarraron a nosotros, a Buitres, al Cuarteto de Nos. Ahí hubo una ola de rock uruguayo que transitó los años 2000 con singular éxito, algunas bandas explotaron a nivel estratosférico y nosotros nos vimos beneficiados de ese boom. Es muy gracioso porque Guille se fue y nos empezó a ir bien… Capaz pasabas por la puerta de un colegio secundario y todo el mundo como loco, empezabas a ver remeras e Trotsky Vengarán en todos lados y nosotros le escribíamos a este (cuando ni siquiera había Whatsapp) para avisarle que nos estaba yendo bárbaro. Y era como una película porque él se las ingenió para volver a Montevideo una vez por mes y hacíamos todo un fin de semana de shows, y después lo mandábamos de nuevo a Chile todo roto y sin voz (risas), pero feliz… Fue como en las películas en que “la banda triunfa”: los primeros shows del año 2003 fueron para 200 personas, después los del medio para 600 y cerramos el año para 1500 personas, que para nuestros estándares después de 10 años de remarla y vender 100 entradas, era un sueño. Y funcionó, cuando ya Guille volvió habíamos logrado mantener ese impulso. Nosotros en Uruguay en esa época fuimos muy conocidos porque sacamos un disco por año, como hacían los Ramones en los 70.

Yendo a los inicios de Trotsky Vengarán ¿Cómo se conocieron? ¿Cómo formaron el grupo?

GP - Nos conocemos del secundario, íbamos a un colegio católico. Vi entrar por primera vez a un tipo con una “chapita” de rock and roll, un pin en el cuello del uniforme… ¡Era el gesto de rebeldía máximo! Y nos hicimos amigos y nos juramos tener una banda de rock and roll… Fue como una promesa de amigos.

HD - A raíz de ir a ver a tantas bandas de rock juntos dijimos ‘Tenemos que hacer la nuestra’. Porque había bandas muy buenas, pero también otras que no estaban tan buenas y es la clásica de pensar ‘Si este tipo está ahí arriba, yo tengo que poder’ (risas). Pero ninguno de los dos tenía ningún tipo de conocimiento musical… Guille tenía a su hermano que cantaba (Gabriel Peluffo que integró Los Estómagos, una legendaria banda punk uruguaya, NdeR) y yo nunca había agarrado una guitarra. No fue que yo supiera tocar, fue que yo quería tener una banda de rock and roll y aprendí a tocar la guitarra para subirme al escenario…

Como siguiendo la ruta del Hacelo vos mismo del punk

HD - Es así, cuando lees que pasó en otras bandas es increíble, a mí me pasó lo mismo… Y aprendí tocando arriba de los discos de los Ramones.

GP – Claro que los hicimos con los tiempos uruguayos, o sea, empezamos con la idea a los 17 pero fructificó a los 21 (risas)… Teníamos muy poco conocimiento…

En cuanto al sonido, siendo que en la escena punk de los 80 predominaba más esa faceta oscura ustedes encararon algo más cercano a los Ramones, más “luminoso” ¿No?

HD – Es que nosotros somos así, en la vida diaria amamos reírnos de nosotros mismos, tenemos un relacionamiento interno muy irónico, estamos todo el tiempo este como mofándonos del otro en la interna de la banda. Pero además es una actitud, no nos parecía la postura solemne ¿viste? Fuimos conscientes de que esa “ropa” no nos quedaba bien… Te sentís un ridículo, al fin y al cabo, un impostor si entras en esa cosa… Entonces fuimos por un lado diferente, me subo al escenario, pero podría estar ahí abajo tranquilamente… Y nos volvimos una banda de punk rock muy muy dúctil. En Uruguay no nos escucha gente que escucha punk rock, nos escucha gente que escucha rock uruguayo. Me acuerdo de que cuando se murió Tommy -que era el último Ramone original- hicimos un homenaje: tocamos tres canciones y la gente nos miraba como diciendo ‘¿Qué es esto?’… De mil personas que había, 200 estaban como locas, pero las otras 800 estaban en otra… Después cuando salimos de Montevideo y vamos a otros países obviamente encajamos en un panorama de punk rock latinoamericano… Pero, así como nos gusta el punk de los 70, nos gusta la new wave de los 80, Devo. Billy Idol, los B ´52, Joy Division... Tenemos un abanico de influencias amplio, no somos Ramones y nada más...

GP - Últimamente cuando ves que las nuevas generaciones empiezan a abrazar esas influencias que uno conoce tan bien, nosotros mismos en los últimos discos decidimos abrazarlas de manera más obvia. Nosotros sabemos a lo que suena esto, sabemos vibrar en esa sintonía, entonces vas a buscarla también. Muchas veces cargamos con el peso de que nos llamen una banda “anacrónica”, ¿no? Porque insistir con los Ramones a principios de los 90 cuando estaba el grunge, el hip hop, el hip hop mezclándose con el metal ¿me explico? Hay que ubicarse en ese momento. Pero el camino que elegimos, a la vista de cómo sucedió todo, los pasos que dieron la industria y los consumos de la gente, estamos muy contentos de las elecciones artísticas que tomamos. Más que nada en el sentido de que estar convencido de lo que uno quiere hacer se vuelve de oro, haber hecho el recorrido que hicimos nos deja muy contentos. No quiere decir que nuestra obra sea haya llevado a un lugar elevadísimo, simplemente es la satisfacción de haber elegido este camino. Y algunas canciones tiran con mucha fuerza, más de la que uno se imagina, porque uno como artista no deja de evaluarla en términos musicales y se pierde la parte afectiva, que es la que la gente le termina de dar. Si bien de repente es una composición que vos hiciste en una tarde tomando una cerveza, esa canción se la llevaron unos amigos, la pusieron en un auto y la cantaron juntos en un viaje, o estuvo en algún momento de una pareja… y ahí la canción ya no es tuya… Y eso fue lo que pasó con el Pogo. Para nosotros es como un viaje emocional porque estamos un poco impactados con esto de las redes sociales, cuando la gente pone la fotito de que fue al recital y algunos se encargan de hacerte una dedicatoria, como que “te mueven el piso”, te emociona...

El nombre de Trotsky tiene mucho peso, siendo una banda que no apunta a temas de contenido estrictamente político...

GP - Nosotros le pusimos el nombre de Trotsky más que nada por un gesto de recoger la rebeldía de una figura polémica en una época histórica de la caída del muro de Berlín, de cuando estábamos en el secundario con un proyecto de tener una banda. Nos parecía el eterno disidente que iba a cobrar un valor histórico en los futuros años, cosa que no pasó al menos en la dimensión que nosotros hubiéramos creído. Solamente tomamos el gesto político y disidente de Trotsky y su figura de mártir si se quiere. Con cierta honestidad intelectual, la realidad es que no quisimos elaborar un discurso que nos hiciera encastrar una posición más sólida, es simplemente un gesto de apostar hacia el perdedor, hacia el que quedó afuera en la foto, reivindicar al olvidado, un personaje central en esta historia. Le quedó muy intelectual el nombre a la banda, pero las cosas funcionan a distinto nivel y onomatopéyicamente sigue funcionando extremadamente bien. Es un nombre muy potente.

CP - En una de las primeras veces que veníamos a tocar acá a la Argentina se nos acercó gente de izquierda con sus panfletos pensando que éramos una banda más política… Pero se fueron desilusionados, les pedimos disculpas, obviamente.

GP – Incluso nos vinieron a prevenir de que había grupos de ultraderecha que podían venir a hacer acciones contra nosotros.

HD - Pero bueno, nunca fue nuestro contenido. A mí me aburren mucho esas bandas que son como una plataforma ambulante arriba de un escenario…

GP – Le esquivamos a la simplificación de la política. Tampoco hicimos nunca política partidaria, confiando en que eso a futuro nos iba a dar mucha salud mental y libertad intelectual. Creo que hicimos bien. Lo que sí hemos hecho fue abrazar causas sociales, cuando se nos ha convocado hemos participado de cuestiones de los familiares de desaparecidos y participamos activamente en organizaciones sociales que nos invitan a colaborar con nuestros shows

CP – Capaz a reforzar un merendero...

GP – Claro, no nos hacemos los boludos. Sabemos que podemos ser un medio para que una causa cobre una dimensión distinta, no necesariamente que le llegues a otra gente que nunca haya escuchado sobre una problemática, pero sí lograr que le preste un poco más atención el que conoce la problemática. Uno colabora con visibilizar algunos fenómenos sociales, pero no nos ponemos a indicarle a la gente cómo tiene que comportarse políticamente. Esa es la diferencia.

¿Cómo fue la experiencia de abrir el show de los Ramones en la única visita a Uruguay?

HD - Eso fue el 14 de noviembre del 94. Fue increíble para nosotros. Desgraciadamente tengo esa sensación de que nos agarró muy “pichones” como banda. Recién habíamos sacado nuestro primer disco, recién nos habíamos convertido en cuarteto (porque en el primer disco éramos cinco, teníamos otro guitarrista que tenía mucha influencia de AC/DC)… Nuestra música como que se balanceaba entre algo más hard rock y algo más ramonero, fue como en una transición nuestra hacia una banda ramonera. Pero igual fue una experiencia tremenda. La realidad es que la producción era argentina y la parte anecdótica es que no teníamos dinero ni para el flete… Teníamos que hacernos cargo de todo para tocar. Pero bueno, de última era pagar 4 entradas menos, porque igual íbamos a ir todos como público (risas)… Así que cerraba por todos lados. Teníamos orden estricta de ni siquiera mirarlos a la cara a los Ramones y que cuando llegaran no teníamos que estar metidos en el camarín… Era como decirle a un niño ‘Mira, va a venir el ratón Mickey, pero no lo mires, quedate ahí en tu cuarto’ (risas). Estábamos agazapados con la puerta de camarín abierta esperando en el pasillo hasta que finalmente llegan los Ramones, pasan por adelante nuestro… Era una época donde vos no veías tantas fotos de tus músicos, tenías los discos, te podías comprar alguna revista, pero no había internet, entonces verlos pasar era como flashear “son de carne y hueso, son de verdad”. Era un delirio. Después te enteras que en esos años los Ramones venían como como muy serios, después te enterás de que Johnny y Joey estaba en peleados a muerte, muy introspectivos, salvo CJ que estuvo hablando con nosotros… Aparte el show iba a ser en un lugar hermoso al aire libre en Montevideo pero en otro show de rock de un par de meses antes hubo una pelea grande a la salida, entonces no faltó el político que dijera “el rock es violencia”, no sé qué, y se terminó cambiando para un lugar cerrado tipo Obras Sanitarias, pero con muy mala acústica… Particularmente yo ya los había visto ese año con Motörhead en la cancha de Vélez y ese show de Montevideo fue raro… Recuerdo que los tipos lo dieron todo, pero incluso nosotros queramos ultra fanáticos teníamos que esperar al estribillo para darnos cuenta la canción que estaban tocando (risas)… Había un rebote tremendo… Pero bueno, nos quedó esa chapa de ser la única banda que teloneó a los Ramones. Después cuando Marky vino con su banda los Intruders también tocamos antes que ellos y después terminamos en una de las primeras giras que hizo Marky que tocaba con músicos del país a donde llegaba, yo tuve la posibilidad de tocar la guitarra y nuestro bajista de ese momento también, así que terminamos con una relación bastante más cercana, por lo menos con uno de ellos…

Mencionaban hace un rato que componen mayormente como grupo, no es que cada uno trae lo suyo ¿Cómo es ese proceso?

GP – Duro (risas).

HD – No hay una voz cantante que diga “esta canción la hice yo y hay que tocarla así”. Vos decís, “Che, tengo esto” y las otras manos se meten y empiezan a ver qué gusta y qué cambia… Requiere de una gran dosis de fe en el criterio de tus compañeros. Por ejemplo, Guille no tiene tanto conocimiento musical, pero es un tipo que al ver la canción un poco más “de afuera” te sugiere cosas que un músico convencional no te sugeriría.

GP – Siempre estamos buscando algo que es sentimental más allá de lo racional. Estamos dando vueltas alrededor de composiciones muy similares entre sí en un universo plagado de composiciones simples, en un género que tiene muchísimos años con mucho éxito, entonces la diferencia entre “algo más” y algo que está bueno la sentís cuando lo tocás, cuando te subís arriba una melodía y sentís “el machaque”, como que empezás a “cabalgar” la canción, empezás a dominarla… Estamos buscando un sentimiento. Tiene que estar bueno mientras lo estamos tocando, tiene que estar divertido mientras estás sacando el tema, nos tiene que copar algo…

HD – Además todo empieza con un par de guitarras acústicas en el fondo de la casa de este, o sea… Hay mucha cosa que “muere” antes de prender los equipos.

GP – Empezamos siempre por la parte melódica…

HD – Lo último siempre son las letras, que las hace él. Y a veces una letra te puede agarrar una canción que estaba en el fondo del tarro y dejarla acá arriba, o a veces una canción que le tenías mucha fe como que queda afuera ¿viste? Es una cosa totalmente participativa, todos opinamos sobre todo. Otra cosa que hacemos es que tratamos realmente de que los discos nuevos renueven el repertorio: meter cinco o seis canciones que les salgan a “competir” a las que por suerte la gente ya convirtió en clásico. Nosotros somos una banda muy que se para en un festival en Uruguay y te llena 50 minutos con hits… Entonces, la responsabilidad que le endosás a una canción nueva es alta: después de tocar una que la gente tiene la letra tatuada, te mando una nueva a ver si te la bancás. Yo veo que hay bandas que no les pasa eso, de repente de un disco nuevo sacan una canción, pero vas a escuchar el recital con las canciones de hace 10 años...

GP – Igual el ir incorporando canciones nuevas nos genera un problemón… Hay temas que se tienen que correr para darle lugar a las nuevas… El show nos queda bien de dos horas y media ¡Hemos llegado a tocar tres horas y media continua de show! Son shows muy intensos los que tenemos en vivo y lo que nos está pasando muchas veces es que siempre se va alguien “enojado” porque falta algo de alguna época que lo marcó mucho. Eso es consecuencia de nuestras propias elecciones, que nunca fueron guiadas por un plan de marketing ni nada… A veces se nos está convirtiendo en un problema.

HD - Es un problema porque somos de esas bandas que tratan de complacer a la gente… No somos de los que se kurtcobainizan y les pinta no tocar los hits (risas)…

GP - Vos igual perdés de vista que siempre hay gente nueva que está “entrando” y ese disco que para vos es un disco que complementa una obra termina siendo el disco más importante para ellos generacionalmente, porque eso es lo que pasa con nosotros. Sigue entrando gente joven al universo del rock and roll por la puerta de Trotsky Vengarán. Capaz esos nuevos discos se transforman en el disco “base” de una generación nueva y te pasa lo mismo 5 años después… Por eso en Montevideo durante el año vamos haciendo recitales “temáticos” para que la gente sepa qué época vamos a resaltar más.

HD - Al último show de cada año -que lo hacemos desde 2001- le ponemos “La noche de los deseos”: la gente escribe y pide lo que quiere escuchar. También nos pasa que el venir a Buenos Aires donde pegaron más determinados discos nos lleva a un repertorio determinado, en México tenemos que tocar todas las baladas que tenemos porque en México somos “los punks que hacen baladas”, entonces ves a un “mohicano” de chaleco de jean cantando y llorando con una canción de amor nuestra… En Colombia también tenemos como otro costado que mostrar, y terminás manejando un repertorio gigantesco…

GP - En Latinoamérica, la escena está marcada por 2 Minutos y Attaque, es así… Son las bandas de referencia en cualquier país de Latinoamérica y nosotros es como que estamos en un ranking -que no sabemos cómo caímos ahí- de ser “los uruguayos que hacen lo mismo, pero de otra manera”, ese público mismo empieza a pasarse nuestras canciones. Lo loco es que no corre por nuestros conteos de las plataformas, sino que escabulle todos los “radares”; vos mirás números de las plataformas en Medellín y ni se te ocurre ir, podría ser una reunión de amigos… Pero llegás y tocas para mil personas que se están arrancando los pelos mirándote y no entendés qué pasa en el planeta Tierra, porque nos están enseñando que las plataformas son la verdad, pero sigue habiendo un montón de realidades que se escapan a las ecuaciones… Y por eso lo seguimos haciendo, porque nos parece que es como una falta de respeto haber tocado el corazón de mucha gente en una ciudad y no visitarlos ¿Hay un lugar esperándonos con 500 personas para vernos y nosotros no estamos yendo? No nos parecería bien, la verdad.

La decisión estética del arte de etapa de Pogo fue hacer un homenaje al London Calling de The Clash ¿Cómo surgió esa idea?

HD - Fue una idea de nuestro diseñador gráfico, que diseñó un montón de los discos nuestros. Es un diseñador uruguayo que se llama Santiago Guidotti y es un tipo tremendamente talentoso, muy amante del rock and roll. Y cada vez que tenemos plata recurrimos a él… Santiago tiene una manera de trabajar muy piola: escucha el disco y te tira un par de ideas para que elijas. Con la tapa de Pogo nos avisó que tenía una idea “polémica” y cuando nos muestra esa tapa con el Trotsky Vengarán emulando al London Calling al principio fue fuerte, fue como tirar una “bravuconada” de decir ‘Somos como los Clash’ así como los Clash jugaron con un ‘Somos como los Elvis’.

GP – Es una manera de provocar, nunca estuvimos buscando un lugar cómodo. Estábamos como jugando a ser “la gran banda”, en ese sentido era un poco petulante, pero pasaba más por una necesidad de provocar. Eso es lo que queríamos devolverle un poquito al rock and roll, esa cosa de que te toque un poquito el culo ¿no? Que te moleste un poquitito… Es una cosa que unos disfrutan y a otros les molesta, pero es parte de un juego. Pero nos parecía mejor ese riesgo que pasar desapercibidos, que sería la muerte total…

HD – También por eso que te decía de que nos escuchaban porque éramos rock uruguayo, también tuvimos una voluntad de mandar un “mensaje encriptado”, sabiendo que alguien iba a entender el guiño a los Clash. Que no se termina ahí porque en una de las canciones vas a encontrar un punteo de guitarra casi afanado de “Brand New Cadillac”. Es una manera de expresar ‘Yo crecí escuchando esto’.

Clipper es una artista muy conocida del género urbano en Uruguay y en una entrevista me contó de su fanatismo por Trotsky Vengarán… Hace poco lanzaron un tema en el que ella participa…

GP – Sí, vamos a sacar una versión de una canción nuestra en el último disco con ella… Esta amistad surgió de manera muy profunda y muy espontánea porque ella posteaba que iba a vernos, nos etiquetaba en sus redes sociales… Me contacté por Instagram con ella, le dije que teníamos una canción en la que capaz que le cabía participar. El asunto que dos horas más tarde ya me había mandado la letra, cómo acoplarla a nuestra composición, al otro día la ensayamos, dos semanas después la presentamos en el Cosquín 2023 de allá en Montevideo y salió impresionante. Ahora la tenemos en proceso de grabación. Es realmente una mezcla genuina, no es algo pedido por una compañía ni nada, es algo entre artistas que surgió naturalmente. Ella a una canción nuestra le pone toda una visión de la misma temática hecha por otra persona, le da como un aire fresco a la canción. Una canción medio particular porque expresa algo como que “la vida es una mierda, pero la quiero vivir”. Clipper hace como otra letra que corre paralela a la nuestra, funciona muy bien. Es un encuentro totalmente natural, no es que nos sentamos nosotros tomando té y dijimos ‘Vamos a invitar a un joven’ (risas).

HD - Nosotros no la conocíamos personalmente pero cuando vimos que encara y tiene ganas, la contactamos. Y después la invitamos en un recital para 20.000 personas y se comió la cancha… Y con Clipper se dio una amistad particular porque nosotros tenemos una onda muy familiera, en el camarín de Trotsky hay más niños corriendo y jugando que rockeros drogándose (risas)… Clipper conectó mucho, ahora aunque la canción no esté en el repertorio, ella viene con nosotros. Se convirtió en una en una amiga.

En Pogo hacen una versión de “Un beso y una flor” de Nino Bravo ¿Son de hacer pocas versiones? ¿Por qué eligieron ese tema?

HD - Habíamos escuchado el Acid Eaters de los Ramones, que era un disco de versiones, también estaba el disco de versiones de Attaque 77 en clave punk, y nos sorprendía como vos escuchabas una versión en aquel disco y parecía una canción de los Ramones. Así que quisimos ir por el lado melódico internacional que fue lo que escuchamos cuando éramos chicos, lo que escuchaban nuestras madres mientras nosotros hacíamos los deberes antes de ir a la escuela: Raphael, Camilo Sesto, Roberto Carlos, Mocedades, el Trío San Javier, Nino Bravo, Beto Armando, Roque Narvaja… Mi vieja era gran fan de Nino Bravo. Hicimos “Un beso y una flor” y funcionó, durante muchos años fue el tema que cerraba nuestros shows. Bueno, después para el disco Durmiendo afuera hicimos una versión de “Police on my back” que también hacía The Clash; le cambiamos la letra porque nos parecía inmoral cantar que nos perseguía la Policía porque no pasaba… Éramos laburantes, muy futboleros, entonces la adaptamos para hablarle a las hinchadas de fútbol que tienen trapos de rock, otro fenómeno que estaba empezando a pasar en Montevideo. En algún momento hubo una idea de hacer un disco de covers, pero no lo hicimos. Igual siempre está la posibilidad de hacer versiones...

El ser muy futboleros es otra de las características de Trotsky Vengarán

CP – Sí, muy futboleros, hinchas de los cuadros grandes de allá (dos son de Nacional y dos de Peñarol), pero hay un “pacto de caballeros” de no hablar prácticamente de fútbol para no pasarla mal (risas). Hay muchas canciones que hacen referencia al fútbol como “Detrás del arco” que cuenta una visita nuestra a una cancha de Club Atlético Cerro allá en Uruguay. La barra del Cerro, muy fan de Trotsky, nos invitó a comer un asado un fin de semana para ir después a su cancha a ver un partido…

GP – Cerro es como ir a una cancha de Avellaneda, tenés que cruzar un puentecito, Cerro es un barrio que está aislado de Montevideo, un barrio obrero, que tiene su propio clásico que es contra Rampla Juniors.

CP – Fue un 0 a 0 con frio y lluvia, terrible... Pero de ahí nació “Detrás del arco” que habla de toda esa experiencia futbolera.

GP – Es esa cosa presencial del ritual futbolístico, tratar de rescatar esa poesía popular que contiene. La parte folklórica, no la de la onda barra brava. Salvo con los clubes grandes, el fútbol uruguayo depende del barrio. Hay un montón de cuadros chiquitos: con una población de 1 millón y medio en Montevideo hay clubes que a lo máximo que pueden aspirar es a llevar 500 personas una tarde soleada de domingo, de las cuales pueden estar las madres, los hermanos y los sobrinos los jugadores, esa la verdad. Esa parte del fútbol es la que buscamos homenajear, no la parte de la violencia instalada, de la patota, del aguante “porque sí”…

Hay un tema de Pogo que se titula “Un mensaje para la humanidad”. Hoy, 20 años después ¿Cuál es el mensaje de ustedes para la humanidad?

GP - Es una canción en clave totalmente humorística, justamente trataba de expresar que el mensaje que tenemos para la humanidad es una pavada (risas). No en el sentido de que no tengamos un mensaje para dar, uno lo trata de dar con las canciones, por el peso y el impacto de la obra misma. Nos resistimos a hacer discursos elaborados por fuera de lo que se expresan las canciones.

Si fuera al revés y hubiera que mandar un mensaje de la humanidad para el espacio exterior con temas musicales que la representen y se elige un tema de Trotsky Vengarán ¿Cuál elegiría cada uno?

GP – “Sueños rotos”.

HD – “Tarde de sol”.

CP – “Noche de Rock”, que también es algo que necesitamos cada tanto…

JPG – “Más allá o más acá”

GP - Y los marcianos, contentos (risas)…

¿Cómo se preparan para el show del 20 de julio en el Vorterix??

GP - Vamos a hacer el Pogo dialogando con las canciones más recientes. Es un disco que dura una hora, vamos a completar un show de dos horas con canciones tanto de hace 30 años o 25 años como otras que tienen 2 años. Mezclar el pasado más profundo con el presente más reciente para tratar de dejar contento al público atravesando todas las épocas.

HD - Nos gusta mucho tocar, nos gusta que nuestros shows sean muy largos… A veces lo que más sufrimos es venir hasta acá y de repente estar limitados a una hora de show. En el Vorterix tenemos la posibilidad de hacer un show en un lugar lindo, nos gustaría transportar al público lo que es ver a Trotsky en Uruguay. mostrar distintas facetas de nuestra carrera que son distintos estados de ánimo también.

 
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