Guillermo Moreno una vez más reivindicó de manera pública a la vicepresidenta de la Nación y defensora de militares genocidas, Victoria Villarruel. Pero esta vez fue más lejos, porque hizo extensiva su admiración al padre de Villarruel (que fue militar durante la dictadura) y al carapintada Mohamed Alí Seineldín, integrante del alzamiento que pedía impunidad para los represores. |
Guillermo Moreno una vez más reivindicó de manera pública, esta vez frente a las cámaras de Duro de Domar (que se emite por C5N), a la vicepresidenta de la Nación y defensora de militares genocidas, Victoria Villarruel. No es la primera vez que lo hace. Esta vez fue más lejos, porque hizo extensiva su admiración al padre de Villarruel (que fue militar durante la dictadura) y al carapintada Mohamed Alí Seineldín, integrante del alzamiento que pedía impunidad para los represores.
“El padre de ella (por Victoria Villarruel) pertenecía al sector de Seineldín y no tienen nada que ver ni con la tortura, ni con los muchachos del 76 ” (por los militares genocidas). Son héroes de Malvinas. No tienen nada que ver, no mezclen una cosa con la otra" afirmó Moreno ante algunos de los periodistas que integran el panel.
Hay que recordar que Seineldín fue uno de los líderes del levantamiento carapintada de 1987, que tenía como uno de los reclamos principales la impunidad para los genocidas y torturadores de la dictadura. Dicho levantamiento, que comenzó el 16 de abril, se inició cuando Barreiro (torturador del Centro Clandestino de la Perla en Córdoba) se niega a presentarse ante la justicia. Esto fue acompañado por la sublevación de la guarnición del Tercer Cuerpo de Ejército en Córdoba. Luego de eso, el núcleo de la rebelión se trasladó a Campo de Mayo.
Seineldín fue acusado de enseñar a torturar a militares en diferentes países de Centroamérica y también por la rebelión carapintada, aunque luego consiguió un indulto de Carlos Menem por esto. En 1987, para justificar el levantamiento había dicho que era necesaria "una solución política para terminar con el grotesco de que una situación de guerra, como la que vivimos entre 1975 y 1980, se la juzgue con leyes propias de épocas de paz” y consideraba que la lucha antisubversiva fue una “guerra larga de miles y miles de pequeños combates, en la que vale todo”.
Por su parte, el padre de Villarruel, afirmó haber "intervenido en la lucha contra la lucha contra la subersión, habiendo participado activamente en el Operativo Independencia".
O sea, lo de "no tienen nada que ver con los muchahos del 76", como dijo Moreno, no es así. El dirigente peronista también defendió a la propia Villarruel. "Pero Victoria Villarruel defiende genocidas", le dijo Cynthia García, una de las periodistas. A lo que él respondió "traela acá y preguntale, en vez de inventar". Cuando es de público conocimiento no solo la adhesión ideológica y política de Villarruel a las genocidas, sino también que organizaba visitas a Videla en la cárcel.
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