Éste sábado, Cristina Fernández de Kirchner dio una clase magistral en México, para Instituto Nacional de Formaciones Políticas. El seminario fue impulsado por el partido de gobierno que hoy encabezan el actual presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) y la presidenta electa Claudia Sheinbaum Pardo, que asumirá el 1ro de octubre.
Luego de una semana de silencio ante las elecciones presidenciales de Venezuela, CFK utilizó este espacio para hacer pública su posición.
"Comparto totalmente el comunicado que el primero de agosto firmaron AMLO, Lula Da Silva y Gustavo Petro. Creo que la responsabilidad en materia de relaciones internacionales es vital, más allá de simpatías o antipatías. Pero también quiero ser precisa, entre el primero de agosto y el 3 de agosto, escuché al titular del Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela leer los resultados del escrutinio. Todos sabemos, porque lo informó el CNE que es un poder constitucional, que había sido hackeado y que por lo tanto no tenía las actas para poder publicarlas".
Y luego enfatizó: "Pido, no solo por el pueblo venezolano, por la oposición, por la democracia, sino por el propio legado de Hugo Chávez, que publiquen las actas. Para que todos puedan escrutar, la opinión pública internacional, la oposición y el pueblo de Venezuela".
Sin embargo, CFK no hizo una sola mención a las violentas represiones que descargó el régimen de Nicolás Maduro sobre los manifestantes. Luego de la oleada de protestes del lunes 29 de julio, el gobierno venezolano hizo una ofensiva represiva, principalmente en zonas populares de la Gran Caracas y el resto del país.
La falta de mención alguna a esta respuesta represiva por parte del régimen venezolano, que tuvo el saldo de algunos manifestantes muertos, contrasta con el propio discurso que dio Cristina Fernández de Kirchner, quién instó a construir la "paz", durante el charla.
Por otro lado, atinadamente, CFK denunció la demagogia democrática de las derechas, tanto en Venezuela como en Argentina. Los "hongos demócratas", los llamó, en referencia a que aparecen de la nada después de la lluvia. Así recordó el rol de la derecha venezolana en el golpe de estado Hugo Chávez, conocido como "Carmonazo". Y también el discurso negacionista de la última dictadura cívico-militar que sostienen el gobierno de Javier Milei y Victoria Villarruel, cuyos diputados y diputadas visitaron en la cárcel a genocidas argentinos condenados a pena de reclusión perpetua por delitos de lesa-humanidad. También recordó que en 2019, durante el gobierno de Mauricio Macri, con Patricia Bullrich como ministra de Seguridad, enviaron armas para el golpe de Estado en Bolivia, contra Evo Morales.
Cabe resaltar, que la represión violenta que descarga el régimen de Maduro sobre el pueblo venezolano y, aún más grave, las personas muertas en el contexto represivo, son hechos que también se inscriben dentro de la violación a los derechos humanos.
Capitalismo, el sistema más eficiente
Cristina centró su oratoria en torno a los ideales de libertad, igualdad, justicia y paz, fundadores de los regímenes democrático-capitalistas. Y volvió a reivindicar al sistema de producción capitalista como "la forma de producción de bienes y servicios más eficiente, hasta ahora, en términos de resultados y éxitos, para poder satisfacer a escala global las necesidades de la humanidad".
A pesar de ser un sistema económico y social que engendra, desde sus inicios y cada vez más, grandes desigualdades sociales, explotación, destrucción del medioambiente y guerras. Todo lo opuesto a los ideales en los que enmarcó su clase magistral.
Aún así, atendió al problema de la falta de "igualdad" y de los problemas medioambientales. Para lo que planteó que es el Estado quien debe conducir el proceso económico, como en China.
"El proceso económico no solo debe dar rentabilidad, sino además debe generar inclusión, porque sino es imposible sostenerlo políticamente. Y además debe generar cuidado del medioambiente. Cosa que además el mercado no hace, pero no porque sea malo, sino porque no tiene la responsabilidad de conducir el Estado", propuso. Y graficó: ¿Qué le importa a Elon Musk el medio ambiente? El quiere el litio. Y tampoco podemos pedirle a Elon Musk que se ocupe del medioambiente o que cuide la inclusión".
Es justamente el modelo de "estatismo blando", lo que vemos fracasar hoy en día, ante las sirenas liberales de Javier Milei. Durante los gobiernos kirchneristas (y ni hablar durante el Frente de Todos), no se revirtió la matriz dependiente de la Argentina, ni las consecuencias de las transformaciones neoliberales en la economía o en los derechos laborales, que se impusieron en la década menemista. Aún más, con la bota del Fondo Monetario Internacional (que no trajo el kirchnerismo, pero que sí validó el pago de esta estafa), se hace imposible una salida favorable para el pueblo trabajador y las mayorías populares.
Una vez más, CFK muestra un giro discursivo más a derecha, que reivindica un sistema económico basado en la propiedad privada, en la explotación y la destrucción del planeta, y que está dando nuevas guerras entre Estados; mientras no puede presentar ninguna alternativa concreta para acabar con los males que el propio capitalismo engendra. |