Propagador de discursos violentos, en su país tiene varias condenas por crear fake news contra inmigrantes, referentes sociales y víctimas de violencia machista. Hoy “invierte” en Argentina, se pasea por la Casa Rosada y ayuda a Adorni en sus conferencias. “Es un periodista de cloacas”, dicen desde el Estado español. Conocé parte de su prontuario.
Este martes el diario Clarín difundió una noticia que se veía venir en el mundillo periodístico-mediático. Según el artículo, “el Grupo EDA le compró la mitad de Madero Media Group al consultor externo de Milei y exjefe de su campaña presidencial digital, Fernando Cerimedo, quien anunció la expansión del portal de noticias libertario La Derecha Diario en la Argentina y en otros países de América latina”.
En febrero pasado La Izquierda Diario ya te contó quién es Cerimedo y de qué van sus “proyectos” mediáticos. Acá alcanza con recordar que está procesado en Brasil por haber promovido “ataques a las instituciones, al sistema electrónico de votación y a la integridad del proceso electoral”, según una sentencia del Superior Tribunal Federal de ese país. Para la Corte brasileña, no hay dudas de que Cerimedo integró una “organización criminal” para ayudar a Jair Bolsonaro.
Aquí vale detallar qué es el Grupo EDA y quién su mentor, el español Javier Negre, otro prontuariado judicial. Según el comunicado en el que se anunció la compra del 50 % de Madero Media, “éste es el primer paso de la expansión en América planificada por EDA Group, que buscará convertirse en el grupo de medios más fuerte de Argentina para luego avanzar a los diferentes países que componen Latam”. Ambición les sobra. Lo que no tienen, al igual que Cerimedo, son escrúpulos.
Provocador
Desde hace semanas Negre viene participando de las conferencias de prensa de Manuel Adorni en la Casa Rosada. Su españolísimo acento no pasa desapercibido, pero mucho menos lo hacen sus aparentes “preguntas” al vocero. Acreditado como corresponsal internacional, suele usar el micrófono para tirarle inmejorables centros a Adorni, que éste aprovecha para articular “respuestas” que, aunque no clarifiquen nada, le sirven para sus campañas de demonización de todo lo que no sea “libertario”.
El estilo de Negre es violento y provocador. Recientemente se lo vio colándose entre periodistas para entrevistar a Axel Kicillof, a quien más que preguntarle sobre el RIGI e YPF terminó increpándolo cual militante de La Libertad Avanza, utilizando argumentos calcados a los de Milei. Pero es en las conferencias de Adorni donde más se destaca. No se sabe a ciencia cierta si todo está guionado, pero alcanza con escucharlos para comprobar su estrecha afinidad de ideas (¿y de negocios?). Veamos un par de ejemplos.
El viernes 26 de julio Negre aprovechó su turno para pedirle a Adorni que accediera a que, luego de él, pudiera preguntar otro “periodista” que estaba a su lado. Era Roberto Félix Álvarez, quien según fuentes de la propia Casa Rosada no es acreditado permanente y, por ende, no tiene las mismas ventajas para participar del habitual sorteo para preguntar. Negando las reglas, Álvarez dijo que es víctima de “censura”, argumento que usó Negre para hablar de la supuesta “falta de transparencia” en la sala de prensa. Finalmente Adorni se desentendió del tema y, entre risas, aceptó darle la palabra al amigo “Félix”.
Álvarez trabaja en la porteña FM Concepto. Pero en el gremio de prensa no lo valoran por sus dotes periodísticas sino más bien por su pasado (¿y su presente?) como servicio de inteligencia. Según archivos de la dictadura desclasificados en 2010, entre 1978 y 1981 Álvarez fue “agente de reuniones” del Batallón 601 del Ejército en su Tucumán natal. Él siempre negó haber sido buchón de los genocidas, pero el hecho explica por sí solo la antipatía generalizada que cosechó en el gremio de prensa.
Otro ejemplo que tuvo como protagonista a Negre sucedió este martes, cuando utilizó su tiempo en la conferencia de Adorni para criticar a sus colegas acreditados en la Rosada. Se montó sobre la denuncia por violencia machista de Fabiola Yañez contra Alberto Fernández para preguntarle al vocero cuál es la postura del Gobierno y, de paso, si no cree que entre en el periodismo hay una “doble vara” ya que “ni un solo compañero de la sala de prensa pregunta por el asunto”. Una provocación.
Terminada la conferencia de prensa, algunos de los presentes no se la dejaron pasar. Hubo quien lo increpó por sus mentiras sobre el asunto de Alegre y también quien le recordó su afición servicial. Fuentes consultadas por La Izquierda Diario aseguran que no es la primera vez que “el español” se cruza mal con colegas que llevan años allí acreditados. En principio habían optado por “no darle bola”, pero en estos días la escalada provocadora parece haber cruzado un límite.
Luego del altercado con los verdaderos periodistas, Negre publicó un video de agradecimiento en sus redes: “A los funcionarios de la Casa Rosada y a los servicios de seguridad que rápidamente han puesto orden, han velado por mi seguridad y se han puesto a mi disposición”. Al día siguiente, en su nueva conferencia, Adorni no pudo evitar hablar del tema, y aunque eligió despegarse un poco de su ibérico amigo, fue duramente cuestionado por su evidente afinidad.
Pero no es posible entender quién es Javier Negre sin ver parte del prontuario con el que migró desde Madrid a Buenos Aires.
La voz de Vox
Negre se presenta públicamente como “presidente del Grupo EDA”, siglas de “Estado De Alarma”. En rigor, se trata de un pequeño sitio web acompañado de cuentas en redes sociales. El portal tiene escasa audiencia. Y si bien acumuló 370.000 suscriptores en Youtube, poco menos de 40.000 seguidores en X, casi 78.000 en Instagram y 86.000 en Facebook; sus contenidos cosechan pocas visualizaciones. El Estado español, vale decirlo, tiene unos 48 millones de habitantes.
Podría resultar curioso que el “presidente” de un “grupo” mediático europeo acabe como corresponsal en la casa de Gobierno de un país sudamericano. Pero siendo Negre el sujeto en cuestión, la curiosidad da paso a la confirmación de que uno de sus fuertes es la exageración mitomaníaca.
Lo que es verdad es que Negre no actúa solo. En el comunicado de este martes donde se anunció la compra de la mitad de Madero Media se menciona que, además de él, también son accionistas del Grupo EDAMarcos de Quinto y María José Álvarez. El primero fue vicepresidente de The Coca-Cola Company y diputado por el ultraderechista Ciudadanos. La segunda preside el Grupo Eulen, una multinacional que presta servicio a otras multinacionales, y su familia es dueña de la exclusiva bodega Tempos Vega Sicilia.
Estado De Alarma nació en 2020 y creció al calor del descontento social y la pobreza que generaron las políticas sanitarias aplicadas por los gobiernos durante la pandemia. Pero lejos de oponerles críticas y propuestas colectivas y humanitarias, lo que Negre y sus amigos amplificaron fueron las arengas individualistas y odiantes de la ultraderecha conservadora.
De hecho, entre las voces que apuntalaron la creación del portal estuvieron Cristina Seguí, cofundadora de Vox, y Alvise Pérez, a la postre líder de la agrupación Se Acabó la Fiesta, aliada y a la vez competidora de Vox. Ambas estuvieron entre las primeras “personalidades” que aparecieron con regularidad en la programación de EDA.
EDA destila homolesbotransfobia, misoginia, racismo y conservadurismo ultracatólico. Cuanto charlatán reaccionario de vueltas por ahí es convocado a opinar por los canales del “grupo”. Desde el argentino Agustín Laje a la organización integrista y medieval El Yunque, pasando por propagandistas de la monarquía y empresarios franquistas.
No es nada casual que su canal de Youtube haya sido clausurado una veintena de veces por la propia plataforma audiovisual, para quien EDA infligió reiteradamente las restricciones en materia de acoso, lenguaje odiante y amenazas a usuarios.
Y para quienes desde el “libertarismo” aborrecen la llamada pauta oficial, vale decir que EDA recibió miles de euros en publicidad del Estado, provenientes de gobiernos como los de Madrid, Boadilla del Monte, Murcia y Andalucía, bajo las gestiones políticas del Partido Popular. Alcanza con meterse en la web para comprobar que, actualmente, recibe dinero a cambio de propaganda de las diputaciones de Valencia y Castelló. Obviamente, el trato de Negre y sus empleados hacia esas administraciones es más que complaciente.
Los servicios de Negre
Si hay algo en lo que a Negre se le reconoce “profesionalidad” es en el arte de la provocación envenenada. Algo que comparte con “influencers” y figuras de la ultraderecha española, argentina e internacional, especializados en armar “noticias” en base a mentiras, información amalgamada y adjetivaciones in extremis para justificar acusaciones flojas de papeles.
Fuentes españolas consultadas por La Izquierda Diario calificaron a Negre como un “periodista de cloacas” y creen que es posible que hoy esté en Argentina “para apurar a la derecha” española con el “ejemplo” de Milei. A su vez alertan que en el Estado español cosechó “varias condenas judiciales por inventarse entrevistas, generar bulos y calumnias”.
En efecto, Negre fue condenado penalmente por haber cometido actos que se dan de patadas con los principios elementales del periodismo.
El 21 de febrero de 2016 publicó en el diario madrileño El Mundo un artículo titulado “Habla la primera mujer a la que torturó el asesino de Cuenca”. Se refería al caso del criminal Sergio Morate, condenado a 48 años de prisión por matar a dos mujeres en agosto de 2015. El caso conmocionó a la sociedad española y Negre creyó que podía montarse sobre él para cobrar algo de fama.
Sus “fuentes” policiales le proveyeron domicilio y teléfono de una chica que había sobrevivido a agresiones de Morate. Fue a su casa, se hizo pasar ante los padres como “un amigo” y logró entrar. Pero al descubrirlo, lo echaron. Entonces acosó a la joven por Whatsapp, exigiéndole entrevistarla y coaccionándola para usar su imagen. Ella se negó y él escribió un artículo plagado de falacias. En 2019 él y El Mundo fueron condenados a indemnizar a la víctima y obligados a publicar la sentencia en el diario.
En los diez años que estuvo en El Mundo, Negre se la pasó escrachando a gente con la que disentía ideológicamente, publicando datos personales y fotos para que fueran reconocidas. Algunas terminaron atacadas por lectores fanáticos. Eran docentes que “adoctrinaban”, inmigrantes que “le sacan el trabajo” a los españoles y hasta víctimas de violencia machista. Lógicamente, también referentes de izquierda y del progresismo.
Ya como responsable de EDA TV, en junio de 2020 (plena pandemia) Negre acosó a un mantero africano y lo filmó vendiendo mercadería “ilegal”. Buscando que el trabajador reaccionara, le preguntó qué pensaba sobre la propuesta de Vox de sacarlos de la calle y quitarles “el grifo de la ilegalidad”. Su aversión a los inmigrantes, especialmente marroquíes, también lo llevó a lanzar falsas noticias sobre crímenes y atentados cometidos por esas comunidades.
Negre perdió varios litigios judiciales por las fake news lanzadas contra Facua Consumidores en Acción y su secretario Rubén Sánchez García. La última de esas condenas fue en junio pasado, cuando la Audiencia Provincial de Madrid ratificó una sentencia de 2022 que lo condenó por acusaciones falsas, obligándolo a publicar un texto de rectificación redactado por el propio Sánchez García.
El “emprendedor” ni siquiera ha sabido llevarse bien con sus pares de ultraderecha. Borja Jiménez, dueño del pasquín reaccionario OkDiario, llegó a acusarlo de mantener “mano de obra esclava” en EDA. “Se nutre de jóvenes universitarios a los que no paga para hacer el trabajo sucio de su compañía. Escriben artículos, ejercen de cámaras y hacen incluso favores privados al propio Negre”, escribió en un artículo de 2022. Varios exempleados de EDA denunciaron haber sufrido todo tipo de precarización y maltratos laborales.
Otra anécdota pinta a Negre de cuerpo entero. En mayo de 2022 le dijo en público “hija de puta” a la diputada de EH BilduMertxe Aizpurua durante una conferencia de prensa en el Congreso de Madrid. Ella se había negado a responderle sus preguntas, revestidas de la provocadora acusación de que era vocera de la ETA. En esa oportunidad, Negre fue repudiado por gran parte del gremio de prensa y también del arco político. Menos por Vox y el PP, claro.
Como en casa
Hoy las provocaciones de Negre llegaron a la Casa Rosada. Y lo hicieron en un momento muy particular, cuando ya nadie discute el crecimiento del descontento popular con la gestión de La Libertad Avanza, sobre todo por los magros resultados económicos de Milei y Caputo, con la pobreza y la indigencia en alza y una incertidumbre acumulada por el futuro a corto, mediano y largo plazo.
Es lógico que los efectos de la crisis económica, política y social reboten en el periodismo, incluso en el más oficialista. Por eso en las últimas conferencias de prensa al vocero Adorni se lo nota muy incómodo ante preguntas y pedidos de explicaciones de los más diversos medios, que trasladan parte de lo que se percibe en la “opinión pública”. Y hasta llega a levantar conferencias programadas cuando afloran inesperadas noticias para el Gobierno, tanto económicas como políticas.
Desde el Estado español creen que el arribo de Negre a la tierra de Milei puede deberse a un intento de “presionar” desde acá a la ultraderecha española para que levante cabeza y no afloje en sus campañas. Eso no es incompatible con otra posibilidad: que la aparición en escena de semejante “corresponsal internacional” se haya pensado como una buena ayuda en estos tiempos para Milei, Adorni y la armada Brancaleone que gobierna desde el 10 de diciembre. En la sala de prensa de la casa de Gobierno no pocos creen que es así.
Todo esto sería anecdótico si no se corriera el riesgo serio de minimizar el caso, relegándolo a una mera “interna” del mundo periodístico y mediático. Estos personajes nunca aparecen abruptamente y sin que nadie los convoque. El “emprendedor” Negre es una de las nuevas caras visibles del “periodismo” ultraderechista, pero detrás de él, de sus operaciones y sus fake news hay empresarios, funcionarios, miembros de las fuerzas represivas, espías y malandras. No dar cuenta de ello sería un grave error. Desenmascararlos es una necesidad.