En un comunicado de prensa sobre el proceso electoral de 2024 del Sindicato de Telefonistas de la República Mexicana (STRM), telefonistas sindicalizados organizados en las corrientes: "Telefonistas Construyendo Democracia", "Desde las Bases Telefonistas" y "Telefonistas Subversivos", denuncian que el proceso electoral que validó la 13a. reelección de Francisco Hernández Juárez no fue democrática y estuvo plagada de irregularidades.
1. La primera de ellas consistió en el uso de toda la estructura sindical para la integración de la llamada planilla "de los trabajadores” verde, la oficial, rompiendo así la equidad que debe prevalecer en el proceso electoral. Asimismo, también se favoreció a esta planilla porque se le facilitó el uso de las instalaciones existentes en todo el país para su integración, aspecto que no tiene cualquier otra planilla que desee contender, y que vulnera la democracia.
2. Con la anuencia de Teléfonos de México, S.A.B. de C.V. y de las restantes empresas donde existen trabajadores afiliados al STRM, la dirección nacional hizo coincidir el pago de varias de las prestaciones económicas durante el tiempo de votaciones, induciendo de esa manera el voto hacia la planilla oficial, a saber:
El pago de $1,500.00 de Ayuda para útiles escolares
El pago de todos los anticipos del aguinaldo que estaban pendientes
La entrega de boletos para el evento musical del Día del telefonista.
3. Desde el año 2008 se fijó en los Estatutos que aquellos trabajadores que no contaran con un curso (llamado de inducción sindical) no podían desempeñar ningún cargo de representación, lo cual es violatorio del derecho que todo ciudadano tiene para ser elegido en dichos cargos.
4. Al igual que en ocasiones anteriores, es inconcebible que el tiempo de votaciones para la elección de las planillas sea de 15 días, cuando la elección para presidente de la República toma solo un día. En el caso de nuestro sindicato, este tiempo tan prolongado se presta para el relleno de urnas fuera de los horarios de votación porque no existe un mecanismo donde la base telefonista pudiese vigilar que esto no ocurra. Asimismo, tampoco se tiene la certeza de que en el traslado de las urnas caza votos de unas instalaciones a otras puedan rellenarse de boletas.
5. Por otra parte, no pocas veces los funcionarios sindicales estuvieron induciendo el voto por la planilla oficial. Fue el caso, por ejemplo, de miembros del comité ejecutivo nacional que fungen como coordinadores, así como los comisionados. Lo mismo los delegados, no pocos de los cuales salían de sus puestos de trabajo para hacer campaña por la planilla verde.
6. Desde antes del proceso electoral se sancionó a por lo menos 20 telefonistas suspendiendo sus derechos sindicales por haber demandado al sindicato por diversos motivos, lo cual inhibió la formación de planillas opositoras en este proceso. A esto se suma que a varios trabajadores se les citó en el Comité Nacional de Vigilancia por supuestas violaciones estatutarias.
7. La última reforma estatutaria acentuó la segregación en el sindicato al aprobar una nueva secretaría de jóvenes dentro del comité ejecutivo nacional, mientras que al sector jubilado se le mantiene con solo dos puestos en dicho órgano, cuando numéricamente representan el 59.4% de la membresía total.
8. Por la importancia que tiene el STRM en el movimiento sindical, debió haber participado el Centro Federal de Conciliación y Registro Laboral en la vigilancia del proceso, pero no se hizo.
9. La reelección por 48 años consecutivos de una sola persona como secretario general afecta el derecho de los telefonistas a ser elegidos como tales, violando lo establecido en la Ley Federal del Trabajo en su Artículo 358, Fracción II, pues se impide la participación democrática y el derecho de ser votado para dicho cargo.
La permanencia de Francisco Hernández Juárez como secretario general desde 1976 a la fecha, en vez de fortalecer al STRM, ha servido para impedir que los telefonistas conquistemos nuevos derechos laborales y nos ha mantenido por décadas a la defensiva del ataque patronal de la familia Slim, alentando la desmovilización, fomentando los ritmos de productividad que exige la empresa, golpeando nuestros derechos laborales y enquistando una burocracia que mantenga el control de la vida interna del sindicato.
Denunciamos el proceso autoritario que consolida una vez más a Hernández Juárez y a su planilla verde en medio de docenas de sanciones a jubilados opositores. Llamamos a mantener la organización independiente de la base telefonista porque el ataque patronal continúa.
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