El exministro de Economía se mantiene escondido en las sombras. Cultor de la paciencia y de esperar o especular siempre con los momentos que cree oportunos, poco se supo de él desde que perdió el balotaje en noviembre del año pasado. La única noticia relevante que trascendió fue su incorporación a Greylock Capital, un fondo buitre que tuvo un rol activo en la reestructuración de la deuda privada liderada por Martín Guzmán en 2020.
La larga crisis del peronismo y del Frente de Todos lo consagró en el 2023 como candidato presidencial, con apoyos que fueron desde Cristina Kirchner hasta Scioli (hoy en La Libertad Avanza) y desde todos los sectores de la CGT hasta Grabois. Consumada la derrota, pasó a refugiarse en el silencio a pesar de que un 44 % lo había votado para enfrentar a Milei.
Ese silencio dura hasta hoy. A pesar de lo poco que le queda del capital político que supo acumular en aquel entonces, durante las últimas semanas se estuvo barajando su regreso a la escena pública con una posible presentación en Sierra de la Ventana, para resetear a su Frente Renovador y desde ahí volver a posicionarse. Lo entusiasmaban los últimos sondeos que indican un nivel de mayor cansancio y hartazgo con la situación económica que golpea la imagen del presidente. Sin embargo, el escándalo y las denuncias contra Alberto Fernández lo hicieron recalcular y suspender lo que tenía previsto.
El peronismo atraviesa un estado de shock, como definió el gobernador Kicillof. Lejos de cualquier escenario de reconstrucción con el que muchos fantaseaban de cara a las elecciones de 2025, todavía busca como asimilar el impacto político de la denuncia de Fabiola Yáñez. A la enorme pérdida de credibilidad, producto de haber roto el contrato electoral con sus votantes y haber gobernado en favor de los intereses del FMI y las grandes corporaciones, suma ahora una nueva decepción en el terreno de los valores y de su capital simbólico (si es que algo le quedaba). Quienes pretendieron apropiarse de la lucha feminista no solo fueron responsables de ajustar y desfinanciar las partidas presupuestarias de las políticas contra la violencia de género, sino que con su hipocresía realizaron y siguen realizando un aporte fundamental a la reaccionaria campaña de la derecha contra el movimiento de mujeres y sus demandas.
En medio de la dispersión y confusión que atraviesa el peronismo no hay lugar para acciones coordinadas. Es en ese contexto que Massa analiza en qué momento reaparecer. Vale recordar que hasta ahora solo se lo vio el 22 de marzo durante el Congreso del Frente Renovador, y en la masiva movilización universitaria del 23 de abril aunque sin dar declaraciones.
Hasta acá, casi nueve meses de silencio cómplice mientras Milei y su gobierno criminal avanzan contra los trabajadores y los sectores populares motosierra en mano. Una estrategia afin a la que mantuvo todo el peronismo, sin excepciones, de contemplar el escenario sin oponer una resistencia real y dejarle las manos libres a Milei para que lleve su plan adelante, especulando con que el desgaste del gobierno lo pueda favorecer en las legislativas.
Así las cosas, es posible que vuelva a guardarse buscando protejerse del impacto negativo que sacude a todo el peronismo y que su próxima aparición pública recién llegue en septiembre, ya que tiene programado participar de un evento en Texas, Estados Unidos. Allí será parte de un evento organizado por el Instituto Baker, y hablará sobre "el potencial que tiene la Argentina en materia de gas y petróleo". Compartirá la cita con Horacio Rodríguez Larreta, los gobernadores patagónicos Rolando Figueroa (Neuquén); Alberto Weretilneck (Río Negro); Gustavo Melella (Tierra del Fuego); el diputado estrella durante el macrismo, Nicolás Massot; la diputada radical Danya Tavella; el ex presidente de ENARSA, Agustín Gerez; y el ex gobernador de Chubut Mariano Arcioni, entre otros. Un extractivismo recargado y sin grietas, que ya había dejado claro durante su breve etapa como superministro e "interventor" del gobierno del Frente de Todos.
Hasta ese momento, todo parece indicar que Massa seguirá recluído esperando para poder asomarse y volver a ocupar un lugar relevante dentro del caos que hoy es el panperonismo. Un enorme favor a un gobierno plagado de contradicciones y debilidades (con bajas reservas, presiones devaluatorias, internas propias y una recesión que genera efectos negativos por donde se los mire) pero que encuentra su mayor fortaleza en la crisis de un peronismo que no tiene ninguna alternativa para ofrecer a futuro. | 
