En los últimos días distintas figuras del peronismo volvieron a elogiar y justificar a la vicepresidenta Victoria Villarruel, negadora de los 30.000 desaparecidos y defensora de genocidas de la última dictadura militar. El origen de estos personajes que hoy levantan el perfil dentro del peronismo. Quiénes les dieron impulso.

Sergio Berni afirmó hace pocos días que "yo a Villarruel la quiero en mi equipo porque veo una peronista, veo una persona con una impronta nacionalista, que es de lo que este gobierno tiene una carencia absoluta".

Parece que en algunos sectores del peronismo se puso de moda reivindicar a Victoria Villarruel.

Sí, esto sucede en medio del escándalo por la visita de 6 diputados de La Libertad Avanza a genocidas en Ezeiza.

Pero Berni no es el único. Hace unos días Guillermo Moreno hacía malabares para negarse a condenar lo que todo el mundo sabe: que Villarruel visitaba a genocidas como Videla cuando estaba preso, que niega a los 30.000 desaparecidos y que defiende a los genocidas de la última dictadura militar.

Puede parecer que Moreno está medio de moda, pero la verdad es que aprovecha el paseo por cuanto programa se encuentra para decir estas cosas y para tirarse contra el matrimonio igualitario y el derecho al aborto; o para reivindicar a ex militares carapintadas como Seineldín o a defensores del genocidio contra el pueblo palestino.

Berni y Moreno se hicieron muy conocidos durante el kirchnerismo, que a pesar de su discurso progresista los promovieron con todo y los bancaron ante las críticas que recibían.

Moreno fue funcionario en los gobiernos de Néstor y de Cristina Kirchner. Hace unos días nomás fue condenado a tres años de prisión condicional y seis años de inhabilitación para ejercer cargos públicos por abuso de autoridad y manipulación de datos del INDEC.

Capaz eso no lo sube a su Linkedin, pero las y los trabajadores del instituto todavía se acuerdan de las asambleas con patota y seguridad privada.

Berni, el rambo de la Panamericana, fue ministro de seguridad de Cristina y después de Kicillof. En todas sus gestiones se destacó por reprimir las luchas obreras y populares. Quizás te suenen Lear en 2014 y Guernica en 2020, entre muchas otras.

El alto perfil que hoy tienen personajes como estos tiene mucho que ver con la crisis de conducción, fragmentación y falta de proyecto que viene arrastrando el peronismo después del fracaso del Frente de Todos y de las denuncias contra Alberto Fernández.

Algunos, en vez de proponer un camino de lucha, quieren vender que a la derecha se la enfrenta con más derecha. Rarísimo.

Pero somos muchos los que opinamos que lo que les abrió el camino a Milei y Villarruel no fueron la lucha contra la impunidad a los genocidas, tampoco fueron las feministas, sino que fueron las políticas de ajuste, de represión y la complicidad del peronismo con su pasividad ante todo lo que está pasando.

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