El gobierno de Milei y sus aliados están aplicando “el ajuste más grande de la historia”, pero no contra la “casta política” sino contra el pueblo trabajador. En estos primeros 8 meses, los resultados están a la vista: más de un millón de niños en Argentina se van a dormir sin cenar. El poder económico y financiero pretende imponer un “nuevo saqueo histórico”, a menos que lo impidamos. Para ello presentamos a continuación 5 medidas urgentes para pelear por una salida propia frente a la crisis y contra el desempleo en Tucumán que solo podrán ser llevadas hasta el final con los métodos de lucha de la clase trabajadora.
La recesión que impuso el gobierno a la economía va impactando fuerte en el consumo y el empleo. En Tucumán, la desocupación pegó un salto del 5,6 al 7,9% en el primer trimestre del año. El INDEC mide que existen 33.000 personas desocupadas en el aglomerado urbano Gran San Miguel - Tafi Viejo, a las que debemos sumar 27.000 más que salieron del mercado laboral (y dejaron de buscar trabajo activamente). A esta masa laboral hay que sumar 65.000 sub-ocupadas, es decir personas que trabajan menos de 35 horas y buscan otro empleo.
Mientras en un extremo se nuclean 130.000 trabajadores y trabajadoras que buscan (infructuosamente) empleo, hay 110.000 trabajadores activos, que están “sobreocupadas” es decir trabajan más de 45 horas semanales. Esto con las obvias consecuencias de daño físico, mental y el agotamiento como estado permanente.
Aunque la reducción de la jornada laboral es una discusión instalada en varios países, nos viven diciendo desde las huestes libertarias que la política del reparto de las horas de trabajo y reducción de la jornada laboral, 6 horas 5 días, que venimos planteando desde la izquierda es “irrealizable” o que es “ilógico”. Lo mismo que se planteaba hace más de 100 años cuando se planteaba la jornada laboral de 8 horas. Pero si pensamos la organización del trabajo del capitalismo, es completamente irracional que tengamos miles de desempleados crónicos que no encuentran trabajo, mientras otrxs miles sufren las consecuencias de laburar “mil horas”, porque los salarios no alcanzan. Veamos como se expresa esta “lógica”.
El trabajo a destajo impone jornadas larguísimas en el citrus: lo que dura la luz del día en la cosecha, y jornadas que pueden durar hasta 12 o 14 horas en los empaques. En TN&Platex, de Teddy Karagozian, se ha normalizado la jornada de 12 horas diarias, el avance de la contratación, y las suspensiones masivas cada vez que bajan las ventas. Los trabajadores tercerizados del Ingenio Concepción y CASS (de Emilio Luque), tampoco parecen tener derecho al descanso y pueden tener jornadas de hasta 12 horas diarias. En el comercio, la jornada laboral con horario cortado puede llegar a las 10 horas. La docencia, con los sueldos licuados, se ve obligada a tomar 2 y hasta 3 cargos con jornadas interminables; lo mismo ocurre en la Salud, donde médicos y enfermeros pueden llegar a pasar hasta dos días enteros dentro del hospital cubriendo guardias o continuando en el sector privado para hacer un sueldo.
Hace solo algunas semanas se votó en el Congreso y en Senado, la “Ley Bases” que incluyó una “reforma laboral” reaccionaria que, al decir del gobierno, modernizaría las relaciones laborales y ayudaría al desarrollo de la economía. Bueno, en este breve lapso de tiempo, esa ley ya ha sido utilizada para perdonar multas a quienes emplean de manera informal. En Tucumán casi la mitad del empleo es informal. La pérdida de derechos laborales no va a derramar ningún beneficio más que para los grandes empresarios que siguen amasando fortunas.
Lejos de una “alianza conveniente” como intenta presentarla Osvaldo Jaldo, el régimen político tucumano, desde el peronismo, pasando por la UCR y PRO, Fuerza Republicana y hasta el panqueque “progresista” de Masso está alineado a una agenda de ajuste que no ha traído ningún beneficio a la provincia. El primer cuatrimestre del año, las transferencias no automáticas (centralmente obras públicas) cayeron en más de un 83%, cerca del promedio nacional. Y la obra pública seguirá paralizada, aunque ahora Jaldo anuncie obras de poca monta “con recursos propios”. Aplican tarifazos y ponen techo a las paritarias estatales por debajo de la inflación; mientras tanto, siguen subsidiando y concediendo beneficios impositivos a grandes empresas de la provincia (citrus, call centers, transporte, etc).
Como sostiene Alejandra Arreguez, referente del PTS en el Frente de Izquierda, “somos hoy la única oposición que plantea un programa de emergencia frente al ajuste que está llevando adelante este gobierno de colaboración entre peronistas, radicales y libertarios bussistas." Proponemos 5 medidas urgentes para terminar con el desempleo y las jornadas de trabajo interminables en Tucumán:
1) Reparto de las horas de trabajo, sin afectar el salario. Trabajar menos, trabajar todos.
Hoy un tercio de la fuerza de trabajo en Tucumán está sobreocupada y otro tercio demanda trabajo. La reducción de la jornada laboral a 6 horas en las principales industrias y cadenas comerciales sin afectar el salario y con el reparto de las horas de trabajo entre ocupados y desocupados se impone como una medida necesaria para terminar con la desocupación y las jornadas de trabajo interminables que recaen en miles de personas. ¿Cómo se podría lograr esto? Eliminando el horario cortado en el comercio; con dos turnos de 6 horas con un salario igual a la canasta familiar, empezando por las grandes cadenas comerciales. Terminando con el trabajo a destajo y garantizando un jornal mínimo en la cosecha y los empaques.Repartiendo las horas de trabajo en industrias importantes como las textiles, ingenios y alimenticias donde las jornadas de 10-12 horas son moneda corriente. Garantizando un salario mínimo igual a la canasta básica por cargo a las docentes, etc.
Además de estas medidas de emergencia, desde la banca de Alejandro Vilca (diputado jujeño del PTS / Frente de Izquierda), estamos impulsando un proyecto de Ley para la universalización de los planes interzafra, garantizar obra social y que plantea una reorganización racional de los usos de la tierra en función de garantizar trabajo todo el año para los temporarios de agroindustrias como la del citrus, azúcar, vitivinícolas, entre otros.
2) Plan de obras públicas. Se puede terminar al mismo tiempo con el desempleo y el déficit habitacional en Tucumán. En la provincia el 40% de la población sufre carencias habitacionales y se estima que son necesarias unas 60.000 viviendas nuevas para atender esta problemática. Al ritmo de Jaldo, que anunció un plan de 100 viviendas “con recursos propios”, tardaríamos 600 años. Ni siquiera puede terminar las 3000 viviendas que anunciaron para Manantial Sur, mientras dejan derruir cientos de módulos y casas terminadas que no se entregan a quienes las necesitan. Necesitamos un plan de obra pública en serio y para ello el primer paso es terminar con la sumisión al plan de Milei y el FMI. El costo de un plan de construcción de 60.000 viviendas, a junio de 2024, era de unos 1.200 millones de dólares, la sexta parte de lo que este año le vamos a pagar al FMI por una deuda fraudulenta e ilegal. Con los 7.300 millones de dólares que se le va a pagar este año al FMI, podríamos resolver el problema habitacional de varias provincias. La Cámara de la Construcción calcula que cada vivienda genera 2 puestos de trabajo directos y dos puestos adicionales de manera indirecta. Si se construyeran las 60.000 viviendas necesarias para terminar con el déficit habitacional en Tucumán, se podría dar empleo directo a 120.000 personas. Es decir que se podría dar solución al problema habitacional y al desempleo (y subempleo) en forma simultánea. Necesitamos un plan de obras públicas que incluya vivienda, pero también otras obras de infraestructura necesaria (cloacas, escuelas, etc), bajo control de comités formados por trabajadores y vecinos.
3) Aumento salarial de emergencia. Según datos del Ministerio de Trabajo, Tucumán está entre las 4 provincias con salarios más bajos del país. La Canasta Básica Total que usa el Indec para delimitar la pobreza estaba en julio en 950.000 pesos y la Canasta de Consumos Mínimos que elabora la Junta Interna de Ate-Indec establece que una familia necesitó en junio 1,3 millones de pesos para cubrir sus consumos más elementales. Pero hoy el salario inicial de un docente está en 450.000 pesos (al nivel de la indigencia); un cosechero no llega a cubrir siquiera el salario mínimo vital y móvil; en el comercio los salarios son bajísimos también. El promedio salarial del trabajo “en blanco” rondaba los 650.000 pesos en junio. Mientras los empresarios de las agroindustrias más importantes se llenan los bolsillos con el negocio del azúcar, el bioetanol, la exportación del citrus, etc. El gobierno de Jaldo concede todo tipo de beneficios impositivos y subsidios “con la nuestra” a estos empresarios que son los únicos que salen ganando. Los empresarios del transporte, por ejemplo, reciben 2000 millones de pesos todos los meses, mientras tenemos una de las tarifas más altas. El Grupo Lucci, reportó en 2022 (último dato disponible), para Citrusvil, ganancias netas por 15.000 millones de pesos, pero se le cobra 0 impuestos locales por la exportación; el grupo Budeguer (ingenio La Esperanza, entre otros negocios) declaró ganancias por 260 millones de pesos en 2022, pero la venta de azúcar y etanol de caña tiene alícuotas casi cero. El propio Emilio Luque, que hace unos años figuraba en el tope de la lista de jugadores de divisas. La crisis es una gran oportunidad para concentrar el mercado en manos de unos pocos grandes jugadores y mandar a la ruina a las mayorías.Por eso planteamos, impuestos progresivos a los grandes empresarios y millonarios de la provincia. Aumento salarial de emergencia para llevar el mínimo al valor de la Canasta Básica, indexado mensualmente por la inflación. Pase a planta permanente de los precarizados.
4) Basta de despidos. Ocupación de toda empresa que cierre o despida masivamente. Como lo hicieron las trabajadoras de TextilCom en Catamarca, que hace más de dos meses ocupan la planta en defensa de sus puestos de trabajo. Las fábricas recuperadas en Argentina han demostrado que en contextos de crisis la ocupación es una medida elemental para defender los puestos de trabajo, pero además han demostrado que los patrones no son necesarios para poner a producir las fábricas.
5) Paro y plan de lucha. Cada una de estas medidas lleva inevitablemente a un choque con los intereses del capital más concentrado y del personal político que lo representa desde los partidos tradicionales, sólo pueden ser impuestas con los métodos de la lucha de la clase trabajadora. Frente a este escenario de ajuste a los salarios y despidos, hay que exigir a la CGT, CTA y sindicatos locales que rompan la tregua con el gobierno nacional y provincial, y se pongan a la cabeza de un plan de lucha contra los despidos y el ajuste del Jaldo, Milei y el FMI. Necesitamos una salida propia de los trabajadores a esta crisis que sólo dejará a su paso más pobreza, precarización y desempleo.
|