En su intervención ante el encuentro organizado por el Council of the Americas, el Jefe de Gobierno porteño Jorge Macri, volvió a dar cuenta de sus concepciones discriminatorias contra los pobres y su vocación por construir una ciudad para ricos. “El norte de nuestra ciudad es el norte aspiracional del conurbano” planteó, como si todos aquellos que viven “del otro lado” de la General Paz tuvieran como objetivo habitar en la Ciudad de Buenos Aires y ser empresarios ricos (como el y su primo Mauricio). Una mirada que de lo único que dice mucho es acerca de las concepciones de este personaje de pocas luces, que engloba – en forma brutalmente despectiva- a todo ese conjunto de más de 10 millones de personas que viven en los alrededores de la ciudad que gobierna.
Ante los representantes de esta organización empresarial del imperialismo yankie, Macri aprovechó para destilar su odio de clase contra los más pobres y los trabajadores al festejar que, siempre según su visión, habrían logrado terminar con el derecho a la protesta al liberar las calles de piquetes. En este punto felicitó también al gobierno de Milei por el trabajo en común. Nada de esto sorprende. Recordemos que hace pocos meses el Gobierno de la Ciudad había realizado una publicidad en distintos puntos de C.A.B.A. dando cuenta del “orden y limpieza” al mostrar el mismo lugar primero con personas en situación de calle y, luego de la acción del gobierno, sin la gente. Barrer con los pobres, la política racista de Macri, que también atacó a las personas en situación de calle al plantear que “revuelven mal la basura, desordenan”. Digno hijo de una familia enriquecida bajo la última dictadura genocida.
Lo que no entra en el radar de Jorge Macri, es que la verdadera aspiración de las grandes mayorías populares del conurbano, pero también de la ciudad que gobierna es a tener acceso, entre otras cosas, a una vivienda digna, derecho negado una y otras vez por este y todos los gobiernos. Mientras en la ciudad hay al menos 228.000 viviendas ociosas - según un informe del CEDESU - y es cada día más difícil poder acceder a un alquiler, el Gobierno del PRO se dedica a usar la ciudad como plataforma de negocios inmobiliarios y a expulsar a los pobres y sin techo.
Mientras esta dinámica se profundiza, Macri se jacta: “Nuestro apoyo al sector privado nace en una convicción: si al privado le va bien, le va bien a la Ciudad y al país”. Mientras da vía libre para estos negocios y rienda suelta al crecimiento de la desigualdad, la verdadera aspiración que va incubando su gobierno es a que millones de trabajadores y pobres urbanos segregados, más temprano que tarde reclamen como propias la ciudad y el país que hoy les son negados. |