Son varios los testimonios de trabajadores, fundamentalmente mujeres que exponen la cruda realidad en la empresa TREBOL, quienes denuncian públicamente condiciones laborales abusivas, maltrato psicológico y la falta de respeto a sus derechos básicos. A través del testimonio de una de las afectadas, que prefirió mantener su identidad en reserva para no sufrir represalias, se revelan las prácticas ilegales y la falta de protección por parte de la representación sindical.
Suman y siguen las denuncias de trabajadoras por trato inhumano y explotación laboral en TREBOL.
La empresa Trebol ha convertido en una práctica habitual negar las vacaciones de sus trabajadoras. Incluso cuando presentan solicitudes por escrito, estas son simplemente ignoradas, sin recibir ningún tipo de comprobante. Esta práctica tiene como objetivo evitar que las trabajadoras puedan reclamar sus derechos laborales. Además, se les niega el derecho a permisos por emergencias y se les restringe el uso de sus vacaciones. De hecho, se ven obligadas a "pagar" cualquier permiso solicitado trabajando los días domingos sin ningún reconocimiento adicional, lo que además las priva de su descanso legal. Incluso los feriados son días laborales sin importar las circunstancias.
Esta situación de explotación laboral, sumada al maltrato psicológico y la falta de reconocimiento de sus derechos, ha llevado a las trabajadoras a denunciar públicamente esta situación. Por si todo esto fuera "poco" para silenciar a las trabajadoras que denunciaron los abusos, la empresa TREBOL ha recurrido a una represalia aún más descarada: ha retenido sus salarios, a pesar de que el Gobierno Municipal de El Alto, como lo hace cada mes, desembolsó más de 20 millones de bolivianos a la empresa el pasado 10 de agosto. Esta acción demuestra el desprecio total de TREBOL por sus trabajadoras y su determinación a mantener las condiciones laborales abusivas.
S.O.S. ignorado: voces silenciadas, derechos pisoteados. Un testimonio que muestra la verdadera cara de TREBOL
Este es el testimonio de una mujer con muchos años de servicio en la empresa TREBOL, que cansada de tanta injusticia ha decidido alzar su voz para denunciar el maltrato laboral que sufre a diario. Según su relato, las jornadas laborales se extienden más allá de lo establecido, sin recibir compensación alguna por horas extras.
Me hacen trabajar más horas y no me pagan horas extras. Entro a las 6 de la mañana y el biométrico marcó a las 16 horas, 16:30 y más.
Así resume, nuestra entrevistada, el día a día en la empresa TREBOL. Su testimonio, lleno de detalles, revela una realidad laboral de explotación y maltrato que afecta a decenas de trabajadores pero, sobre todo a mujeres trabajadoras.
Además, se les niega el derecho a permisos por emergencias y se les restringe el uso de su licencia por vacaciones. De hecho, se ven obligadas a "pagar" cualquier permiso solicitado trabajando domingos adicionales, lo que las priva de su descanso legal. Incluso los feriados son días laborales sin compensación.
Hay veces que necesito permiso por alguna emergencia, entonces solicito cuatro horas a cuenta de vacación, que también me niegan, y las cuatro horas que pido permiso me hacen pagar en dos domingos.
La empresa ha perfeccionado una estrategia para negar el derecho a vacaciones de sus trabajadoras. Incluso cuando las solicitudes se presentan por escrito, se niegan a recibirlas o a otorgarles un comprobante de entrega, con el claro objetivo de invalidar cualquier reclamo futuro. De esta manera, las trabajadoras pierden el derecho a sus vacaciones por el solo paso del tiempo.
La trabajadora también denuncia la existencia de "trabajadores fantasmas", familiares de otros trabajadores en cargos de mando en la empresa como suegros, cuñados , hermanos, que cobran sueldos sin cumplir con sus funciones. Estos empleados no solo evaden sus responsabilidades sino que, en algunos casos, vigilan a las trabajadoras, tomando fotografías para justificar despidos.
Mercedes (auxiliar del supervisor, NdR) tiene a su marido trabajando de chófer en la empresa y él se ocupa de vigilarnos en nuestras rutas, nos saca fotos para decir que no trabajamos.
Yo, por mi trabajo, la única forma de saber de mi hija es por teléfono, porque solo así puedo cuidarla y saber si está bien. Y él le avisa a su esposa (Mercedes) de que no trabajo por estar charlando por teléfono, dice que estoy parada. Como si ella estuviera trabajando y supervisando cuando es su esposo que nos sigue en vez de estar recogiendo las bolsas de basura que dejamos.
El maltrato psicológico es otro de los problemas que enfrentan estas mujeres. Los gritos, las humillaciones y las amenazas constantes forman parte de su día a día. Incluso cuando sufren accidentes laborales, no reciben la atención médica adecuada y se les presiona para que continúen trabajando a pesar de sus lesiones.
"Solo con sus gritos me callan", afirma la trabajadora, quien también denuncia que la empresa no les proporciona las herramientas adecuadas para realizar su trabajo, lo que ha provocado múltiples accidentes. "A mí al río me manda con alzador pesado, no se puede porque hay piedras, es difícil trabajar. Dos y hasta tres rutas me obligan a cubrir diciendo que debo trabajar más rápido porque estoy muy lenta". "Ya no sé qué hacer dónde pedir justicia, solo me queda llorar de impotencia" dice con lágrimas en los ojos.
La representación sindical, lejos de defender los derechos de las y los trabajadores, parece haber pactado con la empresa. El secretario general, Ricardo Huanca, ha demostrado una total falta de interés en resolver los problemas de los trabajadores y, por el contrario, los culpabiliza por sus propias dificultades. La trabajadora nos dice:
El Secretario General del Sindicato, Ricardo Huanca, no nos defiende, está al lado de la empresa y en contra de los trabajadores.
También señala que son los y las trabajadoras que aportan de su salario al sindicato que, además fue impuesto por la empresa.
Yo quisiera que se respete nuestros derechos, que nos den vacación, que paguen horas extras, que nos den mejor trato cuando nos accidentamos.
Así concluye la trabajadora, expresando el anhelo de todas sus compañeras de trabajar en condiciones dignas.
Los testimonios revelan una situación de explotación laboral que resulta indignante. La empresa TREBOL, lejos de ser un lugar de trabajo digno, se ha convertido en un espacio de abusos y humillaciones. Mientras tanto el ministerio de Trabajo y la propia Central Obrera Regional (COR) de El Alto se mantienen en una actitud impávida y conspiradora.
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