La sesión del Senado de este jueves votó la sanción definitiva (luego de tener media sanción de Diputados) de la nueva movilidad jubilatoria. Una norma que modifica de hecho el DNU 274 que firmó Javier Milei en marzo fijando arbitrariamente el aumento de jubilaciones y pensiones.
La votación fue por amplia mayoría: 61 votos afirmativos (mucho más que los dos tercios, prácticamente toda la oposición) contra 8 negativos (siete de La Libertad Avanza más una senadora del PRO). Si bien en Diputados la bancada del PRO había votado en contra, esta vez (bajada de línea de Mauricio Macri mediante) sumó sus votos a los de Unión por la Patria, la UCR y bloques provinciales.
La paliza parlamentaria fue recibida con bronca por el Gobierno nacional, que a última hora del mismo jueves lanzó un mensaje a través de las cuentas de la Oficina del Presidente: “Es una estafa moral, un acto de demagogia populista y una irresponsabilidad fiscal; y por lo tanto será vetado por este Gobierno”, dice parte del comunicado difundido.
De manera completamente contradictoria, Macri reivindicó el anuncio de veto presidencial a una ley que su propia bancada de senadores votó prácticamente en su totalidad.
El mensaje del Poder Ejecutivo contiene una mentira flagrante. Dice que “esta ley implica un gasto adicional del 1,2 % del PBI, o lo que es lo mismo, 25 % del PBI en términos dinámicos” (¿?). Pero tanto en la norma votada como en el análisis de la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC) se especifica que el nuevo aumento de jubilaciones y pensiones representaría apenas el 0,45 % del PBI para todo el año. El chamuyo mileísta no tiene límites.
Mientras destinan miles de millones de pesos al espionaje ilegal y en viajes al exterior que sólo satisfacen necesidades personales del primer mandatario, los Milei, los Caputo y compañía se proponen consumar un nuevo golpe a los bolsillos de millones de jubiladas y jubilados, pensionadas y pensionados.
Es más, la norma votada ni siquiera se propone devolverle a ese universo de trabajadoras y trabajadores lo que ya se les recortó en los últimos años y, menos aún, desde que arrancó la gestión “libertaria”. El Gobierno ni siquiera acepta darles un respiro a las jubilaciones y pensiones a futuro, en medio de una crisis que crea cada día más pobres e indigentes.
Ante este ataque, desde la bancada de diputados del Frente de Izquierda y de los Trabajadores Unidad (FITU) salieron a repudiar el intento de vetar la ley. Nicolás del Caño del PTS dijo que “ante el veto presidencial hay que responder con un paro nacional y movilización masiva. Insistir en ambas cámaras con dos tercios para rechazar el veto y que se obligue al gobierno a promulgar la Ley. Basta de ajustar a los que trabajaron toda su vida”.
No convocar una medida de fuerza es criminal. Pero la CGT sigue preocupada por sus distintas negociaciones con el gobierno.
Por su parte Christian Castillo, también del PTS, agregó que “vetan un aumento módico a los jubilados mientras perdonan deudas a los empresarios evasores. Todo dicho. A derrotar el veto con la movilización popular”.
El jujueño Alejandro Vilca también se expresó contra el veto, llamó a ganar las calles e interpeló a la conducción de la CGT. “Milei veta el aumento a los jubilados que votó el Senado. ¡Sin vergüenza! Para la SIDE sí le da 100 mil millones, para espiar y perseguir opositores. Con nuestros jubilados NO. Ganemos las calles, CGT basta de tregua a la ultraderecha ”.
Myriam Bregman, diputada con mandato cumplido, hizo referencia a un tuit previo a la comunicación de la Oficina del Presidente, donde parte del Gabinete y funcionarios se sacaron una selfie anticipando que se venía el anuncio del veto. “Unos varoncitos que se creen muy guapos por atacar a los jubilados y jubiladas. Con los ricos no son así, son gatitos mimosos, les bajan impuestos y les regalan blanqueos. Paro y movilización. A insistir en el Congreso”, sentenció la dirigente del PTS.
En los últimos meses, con los ataques de Milei sobre la ya precaria situación de millones de jubilados y jubiladas, nuevos sectores se han empezado a movilizar. Ante el tratamiento de la Ley Ómnibus o la sanción de la Ley Bases, o los miércoles en el Congreso. Ante la actitud de las centrales sindicales, se empiezan a organizar y coordinar. Este ataque tiene que servir de impulso para alzar la voz de les jubilades en las calles, junto al sindicalismo combativo, los movimientos sociales y la izquierda.
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