Generó mucho rechazo en la docencia y más allá. Fueron noticia las declaraciones del dirigente de Patria Grande, Juan Grabois, contra los educadores y educadoras haciéndolos responsables directos de la crisis educativa y de la situación social de las infancias. Para coronar, afirmó "no estar muy en desacuerdo” con el proyecto de Milei de declarar la educación como servicio esencial. Es el que cercena el derecho a huelga en la educación. Si no le gustan mis principios, tengo otros, podría decir el dirigente peronista.
En un bloque extenso dedicado a la educación, en el programa de Juan Grabois y Julia Eva Saggini, charlaron con Axel Kesler sobre la política educativa del gobierno de Milei y la declaración de la misma como servicio esencial. Como se puede ver a partir del minuto 43:14 en el video (abajo), el dirigente de Patria Grande comienza a despotricar contra las y los docentes, en tono prepotente y hablando sobre la "vocación" y "responsabilidad" de la docencia.
El ex precandidato del Frente de Todos dijo que sería “absolutamente implacable” contra las docentes. Y que "si querés ser docente y tratar con pibes, tenés que tener un nivel de responsabilidad como docente y como persona", de vocación, que implique no maltratar. En el mismo tono, agregó: “No tomarte el palo cuando se te cantan las pelotas” o “no abusar del estatuto para inventar licencias”.
Polémico, para empezar por las expresiones. Pero todo este fundamento fue porque dicen que el gobierno de Milei hace política con la cuestión de la educación y nos “gana la base social”. Es decir, que ante la caracterización de que avanzan argumentos de derecha y antiobreros, la respuesta es: reproducir esos argumentos y fortalecerlos.
Hablan de la pobreza, pero no es su política combatirla y combatir sus razones profundas. Su proyecto es administrarla, contenerla. Y, desde ahí tiene enorme sentido su posición. A los pibes y pibas pobres hay que contenerlos, no educarlos, no ampliar sus aspiraciones, no proponerles un proyecto de otra vida.
Entonces…con ese objetivo ¿qué importa cómo están las escuelas? ¿qué importa si explotan llevándose la vida de trabajadores y trabajadoras? Para los pobres, escuelas y educación pobre, parece lógico para esta gente. Así fue que Grabois remató diciendo: “Si declaran la educación como servicio esencial y plantean guardias, yo muy en desacuerdo no estoy”. Planteó, nuevamente, que "él va a combatir contra todo abuso en la docencia".
Este ataque de Grabois a quienes fuimos y somos los únicos sostenes de la educación pública y peleamos todos los días, en cada aula y barrio y comunidad por la educación de chicos y chicas, se da el marco de una ofensiva brutal del gobierno de Javier Milei para que la educación deje de ser un derecho social, universal, inalienable y humano y pase a ser un “servicio estratégico esencial”.
Frente a las cifras escandalosas de pobreza, la deserción escolar y el hambre que avanza, lo único que se les ocurre es cercenar el derecho a huelga docente. Este proyecto tiene media sanción en el Congreso y se apresta a votar en algún momento en el Senado.
Pero la trampa está a la vista. Servicio y esencial son conceptos completamente contradictorios con derecho y social. Es una medida impulsada a pedido de la CAME, las grandes patronales y el FMI, junto con la OCDE y el Banco Mundial, para que la escuela pierda cada vez más sentido pedagógico y se transforme en un depósito de infancias para que las familias puedan ir a trabajar. Es la idea de “guardar” pibes y pibas; no importa con qué contenido, con qué recursos, con qué realidades.
Las grandes huelgas en Neuquén, Entre Ríos y la lucha que vuelve a comenzar en Misiones, junto con otras provincias que tuvieron conflicto estos meses, muestran el nivel de vaciamiento y abandono de la escuela pública por parte de este gobierno, pero que todo el mundo sabe que es problema que viene de antes. Docentes mal pagos que no llegan al salario de pobreza, extenuantes jornadas de trabajo, trabajo en casa de corrección y planificación, poder colaborar en situaciones sociales complejas, de violencia social y salud mental y con un millón de infancias que se saltean la cena y se van a dormir sin comer.
El cinismo de Grabois en general genera repudio. Pero más aún al hablar sobre la situación de las escuelas en la pandemia, cuando las y los docentes íbamos igual a abrirlas y repartir la comida o acompañamos a las familias de nuestras escuelas contra brutales desalojos por vivienda que hacían diferentes gobernadores, es infinito. Y, más aún, cuando era su gobierno quien dirigía las escuelas en el país y en la Provincia de Buenos Aires, su crítica no va hacia los Alberto, los Massa o los Scioli, sino hacia los docentes que le poníamos el cuerpo a esa situación compleja.
Acaso el reflejo de su crucifijo y su relación con el Vaticano le ciega e impide ver que las docentes pagamos de nuestros bolsillos zapatillas para los pibes, que les compramos un sándwich cuando no comieron o, si faltan mucho, no solo los llamamos sino que los vamos a buscar a sus casas. O que trabajamos junto a las familias de los estudiantes para poder salir de situaciones muy complejas de violencia.
Cada vez que un político tradicional, o un aspirante a serlo, habla de los graves problemas educativos poniendo eje en la docencia, está encubriendo a los que gobiernan (o gobernaron) con bajo presupuesto, bajos salarios, desviando fondos a la educación religiosa, etc.
Si tanto les importa la educación, ¿por qué el dirigente de Patria Grande y diputado nacional Itai Hagman cedió su lugar en la Comisión de Presupuesto y Hacienda para que el oficialismo tenga dictamen para acordar con el FMI en el 2022 (cuestión que seguimos pagando) y pueda llevar el proyecto al recinto? Ese acuerdo es el marco al ajuste salvaje sobre la educación. Oposición de palabra, complicidad en los hechos.
Contra la derecha: su política es derechizarse
La idea de Grabois es profundizar por derecha los sentidos comunes sobre la educación. Estos no empezaron ahora. El rol docente fue bastardeado por todos los gobiernos; inclusive Cristina Kirchner con su célebre “3 meses de vacaciones y 4 horas” mintiendo sobre las condiciones laborales. Sobran ataques sobre nuestro régimen de trabajo (cantidad de horas, derecho a licencias, vacaciones, etc.) en el marco de una creciente precarización general. Sumado a esto, y bajo todos los estandartes, se opina sobre la llamada "calidad" educativa y lo que ocurre en la escuela, sobre la alfabetización o compresión de texto, con pruebas estandarizadas, cuantitativas y descontextualizadas, cuyo único objetivo es depositar la responsabilidad en el trabajo individual del docente.
En vez de pelear con una pedagogía del “oprimido” en la mano, proponen garrote, y proponen, con el discurso del caballo del comisario, abrazarse a una pedagogía del “opresor”.
Compañeras y compañeros mueren porque explotan las escuelas, pero algunos que se hacen los izquierdistas toman el discurso de la derecha para culpabilizar a la docencia de los problemas de la educación. Si a un año de las elecciones dicen estas cosas...
¡Qué lejos están de la realidad de abajo! No nos quieran convencer de resignarnos
La docencia, lejos de todo adoctrinamiento -como pretende tratarnos este gobierno y la derecha-, y de una supuesta falta de vocación, cumple un rol importantísimo: el de unir las problemáticas sociales con la escuela y en base a esa experiencia, organizarla junto a los estudiantes y familias y batallar por otros sentidos comunes sociales y unir la escuela a lucha a la lucha de clases, de géneros, por vivienda, por el hambre, ambiental, etc. Grato favor hace Grabois a la batalla cultural de Milei.
Con una brutal crisis del peronismo, de presidentes y referentes que él mismo pidió a sus votantes que apoyen (y que volvería hacer), dentro del espacio buscan un recambio cultural y generacional. Grabois se postula para ser el nuevo político tradicional. Si faltando tanto para las elecciones ya dice estas cosas contra las y los docentes, agárrense los oídos cuando se acerque el año electoral.
Una pregunta que nos queda flotando es si es con estos mismos argumentos que la Ctera y sus sindicatos de base dirigidos por agrupaciones afines a Grabois y otras líneas del peronismo, no hicieron ni organizan nada serio para enfrentar este ataque a la educación pública y a quienes la sostenemos y defendemos históricamente: los y las trabajadoras de la educación, junto a las comunidades y el movimiento estudiantil.
Su esencialidad no es la de las mayorías
Frente a una crisis con consecuencias tremendas en la vida de millones y un ajuste que corta por lo más fino, lo esencial es apoyar a las maestras y maestros en nuestra ardua tarea cotidiana de educar a pesar de las grandes desigualdades que vivimos. Esencial es enfrentar el ajuste brutal sobre la vida de millones, que impacta trágicamente en las escuelas, en los pibes y las pibas, en la propia docencia que vive en la pobreza. Lo esencial es construir una escuela con un sentido pedagógico para unir con las familias y donde se vayan dando experiencias y debates. Lo esencial es apoyar las luchas docentes y de sus comunidades. Lo esencial, que es enfrentar a la derecha de Milei, es invisible a los ojos de Grabois.