Este martes sobrevivientes y familiares de víctimas de delitos de lesa humanidad participaron de una audiencia en los Tribunales de Comdoro Py para expresar el rechazo al pedido de excarcelación del prefecto Juan Antonio Azic, torturador, apropiador de bebés y uno de los condenados en la megacausa ESMA.
El contraste es gráfico. El mismo día que la Vicepresidenta renovó su compromiso con la impunidad de los genocidas de la última dictadura militar, los querellantes Carlos "Sueco" Lordkipanidse, Patricia Walsh y Laura Villaflor estuvieron exigiendo que no se liberen más genocidas. Los acompañaron las diputadas nacional del Frente de Izquierda (mandato cumplido) Myriam Bregman y de la CABA del mismo espacio Alejandrina Barry, (hija de desaparecidos).
Se expresaron numerosas víctimas como Patricia Walsh, la hija de Rodolfo; Laura Villaflor, la hija de Raimundo y Carlos "Sueco" Lordkipanidse, que contó valientemente cómo Azic lo torturó junto a su hijo, que en ese momento tenía tan solo 20 días de vida.
Horas después, Victoria Villarruel realizaba un acto negacionista en el Senado en el que afirmó que impulsará la reapertura de causas de "víctimas del terrorismo". La vicepresidenta volvió a reiterar su defensa de la "memoria completa", un eufemismo para ocultar los crímenes aberrantes que cometió la última dictadura cívico-militar-eclesiástica, que se hicieron del poder del Estado en el golpe de 1976. Las Fuerzas Armadas organizaron más de 800 centros clandestinos de detención. Varios de ellos se levantaron en predios de fábricas, como las del grupo Techint en la localidad de Campana.
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