Mantener el superávit fiscal a bastonazos es la nueva medida del Gobierno, contra los jubilados y jubiladas que reclaman por la recomposición de sus haberes. El poder de compra promedio de los haberes jubilatorios entre enero y julio de este año cayó más del 29 % y el Presidente afirma que va vetar la ley que les permitiría recuperar sólo una parte de lo perdido. Pero el ajuste no es para todos, a los millonarios les dieron una rebaja en bienes personales que podría cubrir el aumento para los jubilados.
En mayo de este año Milei quedó en evidencia al no poder responder a una periodista de la BBC que le preguntó varias veces qué le diría al pueblo que siente que está pagando el ajuste en lugar de la casta. Este lunes la respuesta se hizo más concreta cuando la Policía Federal reprimió a los jubilados y manifestantes que protestaban contra el veto a la reforma jubilatoria aprobada la semana pasada en la Cámara de Senadores. La ley de ponerse en práctica implicaría un aumento de sólo $ 17.000 para aquellos que cobran la jubilación mínima, pero para el Presidente llevaría al Estado a la quiebra y justifica gasear y golpear a los adultos mayores que se movilizan.
La Unión de Trabajadores Jubilados en Lucha (UTJL), junto a asambleas barriales, organismos de derechos humanos, centros de estudiantes, organizaciones de trabajadores ocupados y desocupados y referentes del Frente de Izquierda Unidad como Myriam Bregman fueron atacados por la policía frente al Congreso. Luego de la represión un jubilado denunció frente a los medios que “no pueden vivir con $ 10.000 por día” y que prefieren “morir luchando que morir muertos de hambre”. Los gases lanzados a la cara por las fuerzas represivas no pudieron impedir que los jubilados se movilicen hasta Plaza de Mayo como tenían previsto.
El poder de compra de las jubilaciones en los primeros siete meses de 2024 cayó 29,2% respecto del mismo período del año pasado, según los datos de la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC). La nueva ley previsional que quiere vetar Milei significa una recomposición de los 8 puntos porcentuales que se robaron de la inflación de enero y un nuevo piso mínimo de haberes vinculado a la Canasta de Pobreza más un 9 %. En total, la nueva ley representa apenas un aumento de unos $ 17.000 a los jubilados que cobran el haber mínimo. No solo no recompone la pérdida de este año, sino que está muy lejos de reparar todo lo que ajustaron los gobiernos de Macri y de Alberto Fernández. Para comprar lo mismo que en 2019, la jubilación mínima que hoy es $ 295.000 debería ser de $ 445.000; mientras que la canasta de los jubilados se ubica en $ 850.000.
Más del 30 % del ajuste fiscal que festeja el gobierno se hizo recortando lo destinado a jubilaciones y pensiones. Pero los costos fiscales el Gobierno los reparte de forma desigual, a los más ricos del país les bajó el impuesto a los bienes personales, generando una pérdida de recaudación para el Estado equivalente al aumento a jubilados.
Milei asegura que va vetar la ley y acusa a los legisladores de “degenerados” fiscales, pero el costo político de esa acción podría ser demasiado grande. Quienes trabajaron toda su vida deberían tener garantizado un ingreso mínimo igual a la canasta básica familiar y es clave la pelea por la restitución del 82 % móvil al que se oponen todas las fuerzas políticas menos el Frente de Izquierda. Ante el veto presidencial hay que responder con un paro nacional y una movilización masiva.
