Mientras desde el gobierno se veta la ley de movilidad jubilatoria que implica un miserable aumento de 17 mil pesos en los haberes, la cámara presidida por Victoria Villaruel gastó $2.057 millones en pasajes y viáticos.
Según la Secretaria Administrativa del Senado el monto fue usado por los 72 senadores, aunque no se informa lo utilizado por Villaruel y tampoco están contemplado los pasajes de los que dispone la presidencia provisional del cuerpo, a cargo de Bartolomé Abdala (La Libertad Avanza) quien hace unos días admitió, sin sonrojarse, que tiene 13 asesores que se encuentran en San Luis para su proyecto de ser gobernador provincial.
Además, tampoco se conoce el gasto de las dos vicepresidencias, Carolina Losada (UCR) y Alejandra Vigo (Bloque Unidad Federal); de los secretarios y prosecretarios del Senado; y los secretarios de bloques parlamentarios. Lo que hace suponer que el importe seria mayor a lo publicado.
De la información disponible, surge que el 40% de los 72 funcionarios tiene un promedio de dos viajes por semana, en pasajes aéreos que están a su nombre y son intransferibles. Del resto de los pasajes que pueden entregar discrecionalmente, no se cuenta información respecto a quienes fueron asignados.
El gasto realizado incluye $4,3 millones por 5 viajes internacionales en concepto de viáticos, seguros de viaje y, en un solo caso, el pasaje aéreo. Tres de esos viajes corresponden a Lucia Crexell, de Comunidad Neuquén, uno a Enrique Goerling Lara (PRO) y el ultimo a Juan Carlos Pagotto (LLV).
Estos números, sumado a sus sueldos de más de 7 millones y a los aumentos discrecionales que asignaron a sus dietas, son obscenos en un país donde mas de la mitad de la población es pobre, y millones de adultos se saltean comidas para poder alimentar a sus hijos.
El discurso del presidente Milei en contra de la casta, se transforma en una burla hacia las mayorías, los trabajadores y trabajadoras, los jubilados y los niños y niñas que se ven privados del acceso a necesidades básicas. |