Hace unos días, se conoció la noticia de la reunión que tuvieron referentes del Frente de Unidad Docente Bonaerense (FUDB); los estatales del Federación de Gremios Estatales y Particulares de la provincia de Buenos Aires (Fegeppba), la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) y la Unión Del Personal Civil De La Nación (UPCN), de la Asociación Judicial Bonaerense (AJB) y de la Asociación Sindical de Profesionales de la Salud de la Provincia de Buenos Aires (CICOP), convocada por el gobernador de la provincia, Axel Kicillof para tratar diversas cuestiones, que aún no fueron divulgadas.
Lo que sí se supo fue que, lejos de discutir los aumentos salariales por debajo de la inflación, el desfinanciamiento de hospitales y escuelas públicas, o los despidos en distintos sectores que alimentan la creciente desocupación la cual, en el primer trimestre, llegó al 9,5 % en la provincia. Varios de los sindicalistas allí presentes, le solicitaron al gobernador, que sea el candidato presidencial en las elecciones del año 2027.
Por su parte, el gobernador les sugirió a las dos Centrales de Trabajadores Argentinos (CTA-A y CTA-T) que se reunifiquen, y les propuso armar una mesa sindical donde participe también la CGT.
Pero la verdad es que ninguna de las centrales sindicales se encuentra hoy enfrentando realmente el ajuste en curso. Así se notó en las recientes movilizaciones contra el veto al aumento a jubilados que volvió a culminar en represión por parte de Patricia Bullrich.
Mientras la CGT directamente se negó a movilizar, los referentes de los gremios de la CTA por su parte, se acercaron a sacarse una foto al Congreso, pero sin convocar a paro y movilización al conjunto de las y los trabajadores de la provincia.
Demás está decir que de haberlo hecho, hubiéramos sido millones en las calles, cómo fue la movilización en defensa de la Universidad Pública del pasado 23 de abril, que además de evitar la represión por parte del Gobierno, hizo retroceder el plan de ajuste en las universidades, que son nuevamente amenazadas por Milei quien pretende vetar la ley de financiamiento universitario.
Despidos y pobreza en la provincia más rica del país
Hace pocos días, la automotriz Volkswagen despidió a 300 trabajadores de sus plantas en Buenos Aires y Córdoba, amparándose en una crisis, que los trabajadores denuncian cómo falsa y que sólo busca perseguir a quienes se organizan en el SMATA y explotar aún más a los trabajadores que queden, con ritmos aún mayores y la amenaza implícita de nuevos despidos. Así lo hizo también la industria del neumático, que es una de las que más está ganando en la actualidad, entre tantas otras del sector privado, que aprovechan la situación para reducir personal y aumentar los ritmos de trabajo.
Estos despidos se suman a los 37 mil que menciona el ministro de Economía Pablo López en su cuenta de X, producto del freno en la economía que el gobernador y su equipo económico parecieran no poder contener, con tan solo el 50% de la capacidad industrial instalada funcionando, en toda la provincia.
Por otro lado, la pobreza alcanzó un 62% en el primer trimestre de este año, ( 76% en niños y adolescentes), mientras que la indigencia supera el 25%, y alcanza el 36,6% en el mismo grupo poblacional.
Además, la falta de vivienda se hace notar en distintas localidades de la provincia donde alquilar se hace cada vez mas difícil y miles de familias son desalojadas, represión mediante, de los lugares ociosos, para favorecer los negocios de la especulación inmobiliaria.
Porque en la provincia si hay ganadores. Ente ellos, los empresarios agrarios que desde el mismo gobierno provincial reconocen que los impuestos que tienen que pagar, son menores a los que aplicaba Vidal. Mientras ellos, siguen con sus especulaciones, presionando hacia la devaluación de la moneda nacional, para favorecer las ganancias de sus exportaciones en dólares.
En los hospitales hay falta de insumos que atentan contra la salud de miles de bonaerenses, y recae en los hombros de sus propios trabajadores que perciben magros salarios. Por ejemplo, hoy un médico con 14 años de antigüedad, dos especialidades y trabajando 36 hs. por semana, apenas supera los $800mil mensuales.
Ni hablar de las escuelas que se caen a pedazos, falta de estufas, ventilación e infraestructura, que se suman a las reformas legislativas que pretenden hacer de la la educación un servicio esencial, con el único fin de limitar cada vez mas, los derechos de docentes y toda la comunidad educativa.
Las condiciones laborales son cada vez más precarias, además de percibir aumentos salariales por debajo de la inflación que ningún dirigente sindical de los presentes en la reunión y dispuestos a hacer campaña electoral por el gobernador, estaría dispuesto a cuestionar. Sin contar la crisis del IOMA que afecta la prestación de servicios de salud a los trabajadores que aportan a la caja de la obra social del Estado provincial.
Por el contrario, esos mismis dirigentes, aceptan sin chistar todo, repitiendo la falacia de que “no hay plata”, mientras el gobernador paga religiosamente, la deuda ilegal que dejó el gobierno de Maria Eugenia Vidal.
De ese modo, los dirigentes gremiales de la provincia, muestran que su atención está mas puesta en hacer campaña presidencial por el gobernador, que en organizar y convocar a las y los trabajadores a enfrentar contra el ajuste.
Fuerzas hay, falta la voluntad política de los dirigentes
Lejos de todas las argumentaciones que justifican la pasividad de los gremios frente al ajuste, en la provincia hay fuerza para enfrentarlo y ser punta de lanza contra las medidas de ajuste que lleva adelante el gobierno nacional, atacando masivamente a jubilados, docentes y al conjunto de los trabajadores que son quienes están pagando los costos del dictado del FMI sobre los gobiernos, que obedecen a rajatabla, a pesar de algunas tibias críticas de quienes se dicen opositores y no mueven un pelo para enfrentarlo, o se alinean al ajuste cómo lo demostraron los diputados que vienen votando las medidas de ajuste.
En lugar de presentar candidaturas o proponerse cómo paladines de la campaña presidencial del 2027, es preciso que las centrales sindicales convoquen ya mismo a un plan de lucha en todos los lugares de trabajo, en primer lugar en defensa de las y los jubilados, pero también por el conjunto de las demandas de los trabajadores a quienes representan. Ahora es cuando. | 
