Durante años esta fecha ha sido importante para el movimiento de mujeres que en distintos lugares del mundo luchan por este derecho, poniendo al centro el resguardo de la vida y la autonomía de las mujeres que arriesgan su vida con abortos inseguros ejecutados en clandestinidad y sin acceso a salud pública. La vida de mujeres pobres en su mayoría, porque el aborto legal o no, es una realidad.
Sin embargo, en el momento político actual, la convocatoria a movilizarse en las calles por este derecho parece perder fuerza. La Coordinadora 8M que históricamente ha organizado esta fecha la convoca, pero de manera rutinaria y en Valparaíso siquiera alcanzan las fuerzas para convocar a una marcha.
Parece que toda acción por el derecho al aborto y los derechos reproductivos de las mujeres se ha trasladado a los pasillos del Congreso y la Moneda en forma de proyectos de ley y promesas que el Gobierno de Boric ha utilizado como un recurso para apalancar votos o aprobación. El anuncio realizado por el gobierno en junio continúa guardado en un cajón 4 meses después y sin ninguna importancia en el debate público.
No pueden ser los tiempos de la política tradicional los que marquen la pauta del debate y la lucha por el derecho al aborto. Las mujeres pobres, trabajadoras, siguen sin tener acceso al aborto de manera segura y legal, por no hablar de los costos, que muchas mujeres no pueden pagar a la vez que arriesgan su salud.
En Chile, recién el año 2017, tras un largo proceso legislativo se aprueba la despenalización del aborto en 3 causales. Este proyecto presentado en 2015 por el gobierno de Michelle Bachelet contempla únicamente el riego de vida de la madre, la inviabilidad fetal y la violación como causales legítimas para realizar un aborto. Pero estas causas de aborto representan un porcentaje mínimo de las mujeres que requieren abortar. Durante el año 2023 se realizaron sólo 815 abortos en el amparo de esta ley, cuando las estimaciones más conservadoras del MINSAL hablan de más de 60 mil abortos clandestinos al año en nuestro país. Si sumamos la objeción de conciencia como una dificultad adicional para que el derecho se transforme en realidad, podemos afirmar que contamos con una ley de aborto que no responde a la realidad.
Mientras tanto, en la trinchera contraria, grupos conservadores como el Partido Republicano, se fortalecen a nivel mundial y pretenden avanzar contra los derechos ya conquistados por el movimiento de mujeres. Reinstalando la moral hipócrita de la Iglesia y la clase social a la que defienden.
En Chile, no sólo se oponen a avanzar en una legislación que legalice el aborto y garantice el acceso, también amenazan con ir contra la ley de aborto en 3 causales, privilegiando la vida del feto, sobre la vida de la mujer y obligando a parir a mujeres violadas. Es escandaloso que opiniones como estas vuelvan a tener tribuna y ganen espacio político en los medios, en el parlamento y así sean capaces de mantener frenada la discusión pública sobre el derecho al aborto.
El Gobierno de Boric al mantener como una promesa al viento el proyecto de ley por aborto legal, se subordina a la derecha como con la reforma de pensiones, la reforma tributaria, etc. A su vez las expectativas que la C8M depositó en el gobierno y en sus tiempos ha ayudado a debilitar al movimiento de mujeres y dejar a las mujeres más lejos de conseguir un derecho democrático básico como el aborto y la posibilidad de decidir sobre su propia gestación.
Es momento de que las mujeres volvamos a la calle y retomemos nuestros métodos de lucha históricos. El derecho al aborto, no vendrá de la mano ni del gobierno ni de los parlamentarios, será fruto de la organizacion y la lucha de las propias mujeres, como todos los derechos que hemos logrado conquistar en el pasado.
Desde Pan y Rosas creemos que es urgente retomar la pelea por el derecho al aborto legal, libre, seguro y gratuito, 100% financiado por el Estado, para que ninguna mujer ponga en riesgo su vida por abortos clandestinos; a la vez que luchamos por la Educación Sexual Integral (ESI) en escuelas y liceos, y la separación efectiva de la Iglesia y el Estado que impone su moral conservadora sobre niñas y mujeres, siendo las trabajadoras y pobres las más golpeadas por las políticas de los partidos tradicionales y el régimen.
Necesitamos volver a levantar un movimiento de mujeres independiente de los partidos del Gobierno y volver a confiar en nuestras fuerzas, retomando las calles como hizo la marea verde en Argentina, impulsando comisiones de mujeres en lugares de trabajo y estudio, exigiendo a las grandes federaciones estudiantiles como la Confech y organismos sindicales como la CUT y el Colegio de Profesores que rompan la pasividad que imponen sus direcciones para conquistar el conjunto de nuestros derechos y demandas.
Sigamos debatiendo cómo retomar esta pelea histórica, por eso desde Pan y Rosas Valparaíso te extendemos la invitación a la jornada de agitación que realizaremos en la UPLA el dia jueves 26 de septiembre a las 12:00 hrs. Y al foro conversatorio este sábado 28 a las 16:00 hrs. en Casa Marx ubicada en Avenida Ecuador #12, para conversar sobre cómo le hacemos frente al avance de la ultraderecha desde un feminismo socialista que se proponga terminar de conjunto con la opresión patriarcal y la explotación capitalista. Te esperamos!
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