Las contrataciones requeridas aún no llegan, pese a que se exigen desde el año pasado, cuando la reducción progresiva del personal comenzó a afectarles física y mentalmente. La mayoría de las auxiliares son mujeres mayores de 50 años, algunas con marcapasos, que cuidan de nietos tras haber criado a sus hijos. Han perdido peso por la sobrecarga laboral y padecen diversas enfermedades musculares, un deterioro evidente que expusieron en la asamblea del martes 1 de octubre, donde compartieron su agotamiento y malestar.
Las respuestas disuasivas se repiten, pero ¿Cuál es el verdadero trasfondo, además del evidente desprecio? Buscan que el servicio colapse bajo el peso de la explotación para justificar su eliminación, así, podrían externalizar el aseo, siguiendo las "recetas" de quienes se autoproclaman defensores de la educación pública. Son las mismas fórmulas de precarización laboral que profundizan una lógica empresarial en la educación, heredada de la dictadura de Pinochet, la misma que estos sectores "progresistas" dicen repudiar.
Actualmente, en el campus trabajan 33 auxiliares de aseo, la mitad de los 66 que había en años anteriores. Esta cifra ha disminuido debido a jubilaciones, licencias médicas, cambios de función, retiros o fallecimientos. 33 trabajadores deben mantener un espacio todo un campus, edificios administrativos, salas y baños, y el gran pulmón verde que es el Ex Pedagógico.
Si sumamos las medidas administrativas del Ministerio de Hacienda y Dipres que limitan las licencias médicas en el sector público, parece claro que el fin de esta explotación como una cuestión fundamental, todo lo contrario.
Quienes trabajan en la universidad lo han dicho: "Nos gusta realizar nuestras labores, lo hacemos con responsabilidad, llegando a las 7 de la mañana todos los días. Desempeñamos un rol fundamental para que la institución esté limpia y tanto estudiantes como académicos y funcionarios puedan cumplir sus tareas en un ambiente aseado, presentable y cómodo. Pero ya no podemos más". Asi señalaron las trabajadoras del aseo que como delegadas, elegidas democráticamente por sus colegas en la asamblea.
Por ello, en la asamblea del martes 1 de octubre, decidieron unirse a los estudiantes, extendiendo sus "brazos caídos" para que la comunidad estudiantil también los apoye. Buscan fortalecer esa unidad que tanto temen las autoridades, no solo de la UMCE, sino de todas las instituciones educativas. Porque saben que el poder de la comunidad unida puede ser imparable.
Los "brazos caídos" son una expresión de la crisis educativa en Chile, reflejo de la lógica empresarial que domina cada casa de estudio. Mientras se pagan más de 17 millones de pesos a quienes desprecian la educación pública y lucran con recursos estatales, como Marcela Cubillos, símbolo de la derecha de Chadwick y Piñera y beneficiaria de la Universidad San Sebastián, quienes sostienen las universidades con su trabajo sufren el mayor desgaste. Este modelo prioriza la mercantilización sobre la calidad educativa y laboral, dejando a los auxiliares en condiciones de explotación injustificada y a los estudiantes endeudados.
“Estamos orgullosos de formar parte de una universidad que prepara a los futuros profesores de Chile, defiende la educación pública y rechaza el modelo mercantilista. Esta misión tan importante no puede ignorar el cuidado de la salud, el bienestar y las condiciones laborales de quienes, con gran compromiso, pese a nuestras dolencias, seguimos día a día limpiando nuestra universidad” comentan auxiliares de aseo, en conversación con estudiantes y académicos.
Es urgente exigir al Gobierno de Boric una inyección de recursos y financiamiento integral para el Ex pedagógico. Esto debe incluir aportes directos para mejorar las condiciones laborales, integrar personal necesario, aumentar sueldos, y facilitar el paso a planta de todos los trabajadores, además de mejorar las condiciones de estudio para los estudiantes. Debemos eliminar las deudas que generan presión académica y establecer un plan de salud mental para toda la comunidad educativa.
A pesar de las excusas sobre la crisis económica, sabemos que grandes fortunas como las de Luksic y Matte continúan generando millonarias ganancias. Es fundamental que el financiamiento de esta institución clave para la formación docente provenga de un impuesto a las grandes fortunas, y que el Gobierno garantice esta medida.
El fortalecimiento de la formación pedagógica es esencial para la educación de las futuras generaciones. Debemos unirnos, trabajadores y estudiantes, para defender una educación pública, de calidad y garantizada por el Estado, promoviendo la democratización de la universidad mediante un cogobierno donde cada estamento tenga voz y voto.
Las y los trabajadores del aseo hoy en el Ex Pedagógico muestran un ejemplo. Desde los valores más relevantes como la defensa de la educación pública. En un sistema de vida que empuja al individualismo, estudiantes y funcionarios se unen, con el objetivo de defender las condiciones de sus funcionarios, de quienes día a día desarrollan a veces un trabajo “invisible” para muchos, pero que sin esta labor no podría existir el funcionamiento de la universidad. |