Aumentó la desigualdad. El 10 % de la población con mayores ingresos concentró el 33 % de los ingresos. Columna de economía de El Círculo Rojo, un programa de La Izquierda Diario en Radio Con Vos.
Ayer, mientras se desarrollaba la multitudinaria marcha universitaria, el INDEC difundió estadísticas sobre la distribución del ingreso en el segundo trimestre de 2024.
Veamos qué decía el informe del INDEC: “El coeficiente de Gini del ingreso per cápita familiar de las personas fue de 0,436 (...) para el segundo trimestre de 2024, mientras que en el mismo trimestre de 2023 el valor fue de 0,417, lo que muestra un importante aumento de la desigualdad en la comparación interanual”.
Recordemos que el Coeficiente de Gini es un indicador de la desigualdad en la distribución del ingreso. Los valores se ubican entre 0 y 1. El valor 0 corresponde al caso de “igualdad absoluta” y el valor 1, al caso extremo contrario, donde todas las personas tienen ingreso 0 y una sola persona se lleva el total.
¿Qué lectura adicional se puede hacer? Que la población de ingresos altos, medidos en términos per cápita familiar, ganó 2 puntos porcentuales en la participación en el ingreso total, mientras que la población de ingresos medios perdió un 1,5 puntos porcentuales y la población de ingresos bajos retrocedió 0,5 puntos porcentuales.
En síntesis, hay una mayor concentración de ingresos en la población de más altos ingresos que en su decil más alto (el 10 % de mayores ingresos) concentró el 33 % del total de los ingresos.
Otro indicador de desigualdad está comprendido por la brecha entre los ingresos promedio per cápita familiar de la población que se ubica en la escala del 10% de menores ingresos y la población que se ubica en la escala del 10 % con mayores ingresos.
Esta brecha fue de 19. Es decir que el ingreso promedio de las personas de mayores ingresos fue 19 veces superior al de las personas de menores ingresos. Esta brecha de 19 es superior a la brecha que existía en el segundo trimestre de 2023, que fue de 16.
En este segmento del 10% de mayores ingresos la escala empieza en $ 900 mil y llega a $ 43 millones mensuales. Es decir que existe una cierta distorsión porque con $ 900 mil casi que un hogar era pobre durante el segundo trimestre. Por lo tanto, con una escala más desagregada la desigualdad sería aún mayor.
El ingreso promedio de las personas asalariadas con descuento jubilatorio fue de $639 mil (aumentó un 241,6% interanual), mientras que en el caso de aquellas sin descuento jubilatorio el ingreso promedio fue de $254 mil.
De estos números se desprende que la brecha de ingresos fue del 60 % entre los asalariados formales y los asalariados informales.
Al considerar el promedio del ingreso de la ocupación principal, los varones tuvieron un ingreso de $540 mil mientras que el de las mujeres fue de $392 mil. Esto implica que la brecha de género fue del 27,4 % cuando en el segundo trimestre de 2023 fue de 26,6 %.
Hay muchas de estas brechas y desigualdades que, obviamente, no son nuevas. Incluso algunos indicadores registraron mayor desigualdad que la actual durante algunos períodos del Gobierno de Alberto Fernández. Es decir, hay un elemento estructural sólido.
Pero lo importante que quería destacar, vinculado con los datos de pobreza conocidos la semana pasada, es que en esta crisis social a no todos les va mal. Por el contrario, con las políticas de Milei, la élite económica concentra cada vez más ingresos.