Una vieja máxima del sindicalismo peronista es “golpear para negociar”. Tomar alguna medida, podía ser un paro, un bloqueo o una marcha, para cambiar la posición de una empresa o un gobierno. Pero los tiempos han cambiado parece. Ahora la CGT lanza “declaraciones” o “anuncios de medidas” (en el mejor de los casos), con los que busca el mismo objetivo que antes. Obvio, nunca lo logra. Es más, termina limando su propia credibilidad, y eso que le queda poca.
El caso del transporte es particular. Por ejemplo la conducción de la UTA ha anunciado una decena de paros ante la intransigencia de las empresas que utilizan el salario obrero para negociar subsidios y prebendas. Solo uno se realizó, el resto terminó en una previsible conciliación obligatoria. Aquel paro, el 22 de agosto, fue el único que preocupó a funcionarios y empresarios. También entusiasmó a los choferes, que pudieron expresar su bronca y su fuerza.
Hoy la UTA vive uno de esos momentos de “te paro, me dictás a conciliación” y vemos.
Pero en las últimas semanas los ataques del gobierno empujaron a los gremios del transporte a montar una mesa con sus dirigentes. Esto incluyó a la CATT dirigida por el moyanismo y la UGATT dirigida por opositores como Maturano (Trenes) y Fernández (UTA). Entre los principales reclamos están las paritarias congeladas de varios gremios (pilotos, colectiveros, aeronavegantes), los ataques a las empresas públicas, empezando con Aerolíneas pero también Trenes Argentinos. De la primera reunión salió el anuncio de un paro de todos esos gremios el 17 de octubre.
¿Se imaginan el efecto que puede tener si se paralizan trenes, colectivos, aviones, barcos, subtes, cargas, camiones? Un golpe para el gobierno pero además una demostración de fuerzas que podría darle moral a toda la clase trabajadora.
La amenaza duró una semana. De la lealtad mejor ni hablemos. Como cuenta el periodista especializado Mariano Martín hoy en El Destape, “desistieron de realizar un paro nacional de actividades contra el Gobierno el 17 de octubre (en coincidencia con el emblemático Día de la Lealtad peronista) y acordaron postergar esa medida a la espera del resultado de negociaciones sigilosas con el Gobierno”. Los argumentos que plantearán públicamente son la existencia de una conciliación en la UTA y el viaje a Marruecos al congreso internacional de gremios del transporte, donde Pablo Moyano es vicepresidente.
Pero la realidad es que están esperando el avance de las negociaciones “sigilosas” (y no tanto) que vienen realizando. Por ejemplo la que puso sobre la mesa la CGT en su reunión con Francos, Cordero y Caputo que contamos este martes. Allí estuvo Fernández (UTA) y Gerardo Martínez se ofreció como mediador. No solo por el tema del transporte sino también de la reglamentación de la reforma laboral y el financiamiento educativo.
¿Voz confiarías en Martínez como mediador si te están atacando?
Por las dudas, desde la “mesa nacional del transporte” dijeron que en las próximas semanas realizarán un “plenario” donde además de los dirigentes estarán las comisiones directivas y delegados. ¿Otra puesta en escena para presionar o hay un debate real?
¿Por qué en vez de mesas y reuniones de los cuerpos orgánicos no hacen asambleas en los lugares de trabajo? Hace meses que tienen congelados los salarios, hay despidos, provocaciones represivas, amenazas de privatización. ¿Para quién juegan?
El método de la CGT nos va a hundir. Que convoquen asambleas y un plan de lucha. | 
