La ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, se encuentra en Tucumán desde el domingo con una agenda que involucra diversas actividades. Este lunes fue recibida en la Casa de Gobierno por el gobernador, Osvaldo Jaldo, donde mantuvieron una reunión en la que también participaron el vicejefe de Gabinete del Interior, Lisandro Catalán, y otros funcionarios del gabinete provincial. La actividad central fue visitar la cárcel en construcción en la localidad de Benjamín Paz, Trancas.
Jaldo aprovechó para hacer gala de su cercanía al Gobierno nacional: “Nuestro más profundo agradecimiento al gobierno nacional por su constante apoyo y compromiso con Tucumán, que se refleja en cada acción y cada obra que llevamos adelante”.
Estas declaraciones del gobernador tienen como objetivo responder a las críticas que recibe por su acompañamiento al plan de ajuste, como se expresó en el apoyo al veto presidencial de leyes por un modesto aumento de las jubilaciones o por el financiamiento de las universidades. Este descontento se viene expresando en los sectores que se movilizaron el pasado 2 de octubre en la marcha federal educativa y también en las tomas de facultades que comenzaron la semana pasada y continúan en esta. En otras palabras, Jaldo quiere decir que a cambio de su apoyo a la motosierra, puede continuar con la construcción de una cárcel.
A su vez, ante una economía en recesión en base a licuar los salarios, se reflotan las políticas de demagogia punitiva y securitaria en pos del “orden”, algo que se acopla bien con la imagen de Bullrich, quien además lleva adelante la criminalización de la protesta social. En las últimas semanas, el Gobierno de Jaldo despliega en barrios distintos operativos con centenares de efectivos buscando generar impacto y llegar al titular en los diarios de “centenares de detenidos”. Estos operativos incluyen detenciones al voleo e incluso ingresar ilegalmente a las viviendas.
Bullrich tuvo que respaldar al Jefe de la Policía de Tucumán, Joaquín Girvau, quien la semana pasada declaró que “el delincuente que se enfrenta a un policía debe terminar muerto, porque así debe ser” y que “se nace delincuente, se muere delincuente”. Estas declaraciones no son gratuitas porque luego queda en manos de la Policía definir quién es un “delincuente” y qué es un “enfrentamiento” y condenarlo a una pena de muerte. Un caso emblemático fue el de Facundo Ferreira, el niño que la policía mató supuestamente porque era un ladrón que huía y disparaba contra la policía. Algo que se demostró que no fue así, sino una lisa y llana persecución. Bullrich defendió a esos policías, como ministra abanderada de la “doctrina Chocobar”.
La visita de Bullrich también dejó otro dato político. En la reunión de Casa de Gobierno y en la visita a la cárcel en construcción estuvo la senadora Beatriz Ávila, quien ingresó a la Cámara Alta por Juntos por el Cambio pero que conforma un monobloque. Ávila y su esposo y ex intendente capitalino, Germán Alfaro, vienen mostrando gestos de aval a Jaldo luego de ser férreos opositores. En la recorrida también estuvo la diputada Gladys Medina, integrante del bloque “Independencia”. Dos parlamentarias que acompañan a Jaldo en su adhesión al ajuste mileista. |
