La resolución es tan repetida como previsible. Finalmente Roberto Fernández y la conducción de la Unión Tranviarios Automotor (UTA) resolvieron dejar sin efecto la medida que habían anunciado para este jueves 31 de octubre luego de reunirse con las autoridades de la Secretaría de Trabajo.
Luego de tres horas de negociaciones, el Gobierno logró su cometido. En todos los medios de comunicación se conoció la noticia de una suerte de "preacuerdo" que todavía no fue oficializado por el gremio y del cual todavía no se conoce su contenido.
Roberto Fernández había asegurado, luego de la última reunión con las cámaras empresarias de colectivos, que el paro se iba a hacer este jueves 31 de octubre. El anuncio tenía como objetivo tensar la cuerda para la negociación pero al mismo tiempo desmarcarse del paro impulsado por la CATT para este miércoles 30, que se sintió con fuerza en todo el país. ¿Cómo puede explicarse la intención de dividir una jornada donde se paralizó el subte, aviones y trenes de todo el país? La única explicación es la de un claro guiño para el gobierno de Milei, señal de que estaban dispuestos a sentarse a negociar y levantar la medida si el oficialismo los convocaba. Precisamente eso fue lo que terminó pasando.
En la actitud de la UTA, junto con la Unión Ferroviaria de Sasia, puede encontrarse la responsabilidad de que la jornada de este miércoles no haya sido una acción de lucha mayor como fue la del pasado 9 de mayo. Ahora, los rumores aseguran que la última oferta presentada por el Gobierno habría conformado a Fernández y compañía, quienes a cambio se comprometieron a dejar sin efecto la medida de fuerza que comenzaba a las cero horas de este jueves. Sin embargo, los mismos trascendidos aseguran que el acuerdo estaría por debajo de la demanda de los choferes. Además incluiría nuevos subsidios a las empresas de colectivos del AMBA.
De esta manera, una vez más Fernández y la UTA vuelven a dejar en claro el rol que vienen jugando y la predisposición de colaborar con la gobernabilidad de Milei, negándose a discutir de cara a la base de los trabajadores y usando su poder de fuego para negociar con las cámaras empresarias y con el oficialismo, de espaldas a los choferes y también a los millones de usuarios.
*Noticia en desarrollo |