¡12N Huelga estudiantil en todo el Estado! Este 12 de noviembre no vamos a clase y salimos a manifestarnos en apoyo a las víctimas y afectadas por la DANA. Contra la inacción e incompetencia de nuestros gobiernos. Contra las empresas que siempre anteponen sus beneficios a nuestras vidas. Para exigir que se tomen medidas y se pongan todos los recursos disponibles ante la crisis climática y humanitaria en Valencia.
Porque la DANA no es una catástrofe natural que ha ocurrido sin más, es el resultado de un proceso de calentamiento global y cambio climático producidos por este capitalismo devorador del planeta. Los científicos llevan décadas alertando de las posibles consecuencias de esta degradación del medioambiente, fenómenos como esta DANA serán cada vez más frecuentes, y los gobiernos no han hecho y siguen sin hacer nada al respecto.
La DANA era un hecho inevitable, pero no lo eran los más de doscientos muertos -que podrían ser muchos más-, los miles de desaparecidos, familias que han perdido todo… Esto es un verdadero crimen social que tiene responsables políticos y patronales, empezando por el presidente de la Comunidad Valenciana Carlos Mazón y su gobierno del PP. Ellos se negaron a dar la alarma hasta las ocho de la tarde cuando las inundaciones ya cubrían a la gente. Ellos han permitido a sus amigos los especuladores inmobiliarios construir durante años en zonas inundables. Ellos que, junto a la ultraderecha de VOX, presumían de haber eliminado la Unidad Valenciana de Emergencias igual que desmantelan la sanidad, la educación, bomberos, forestales, servicios públicos… ¡Mazón dimisión! ¡Juicio y castigo a los responsables!
El Gobierno central del PSOE y Sumar también comparte la responsabilidad de esta tragedia. Eran perfectamente conocedores de la situación y de la gravedad de los avisos de la AEMET y no tomaron ninguna medida. Se han retrasado días en enviar ayuda efectiva, anuncian medidas tardías e insuficientes y siguen sin poner todos los recursos disponibles para responder a la altura de la catástrofe. Luego se extrañan cuando vienen a hacerse la foto con la Monarquía -a la cual sabemos que nunca abandonarían como han abandonado al pueblo valenciano- y les tiran barro. Poco les pasa.
Por supuesto ni olvidamos ni perdonamos la responsabilidad de los empresarios que obligaron a los trabajadores y trabajadoras a acudir y permanecer en sus puestos mientras se desataba la catástrofe. Grandes empresarios como Juan Roig de Mercadona o Amancio Ortega de Zara, entre muchos otros, han demostrado una vez más que sus beneficios están por encima de nuestras vidas. También ha quedado demostrado cómo los políticos actúan para proteger estos beneficios. Es por eso que no se dio la alarma hasta finalizado el horario comercial. Es por eso que no se obligó a las empresas a cerrar su actividad. Es por eso que la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, les pide a los empresarios que “por favor” no pongan en riesgo las vidas de sus trabajadores mientras se prepara para rescatar a esos mismos empresarios con el dinero público. Es por eso que las primeras fuerzas que se movilizaron fueron los policías para garantizar que nadie cogiera nada de los supermercados cuando la gente no contaba ni con los suministros más básicos. Es también por eso que se llevó a los voluntarios a limpiar centros comerciales mientras las casas seguían inundadas. Es la “solidaridad” de los capitalistas.
Toda esta desidia e incompetencia contrasta con la solidaridad autoorganizada de miles de voluntarias y voluntarios que, espontáneamente o a través de las organizaciones sociales y sindicales, se han jugado la salud asumiendo las tareas de rescate y abastecimiento cuando el Estado de los capitalistas estaba ausente. Buena parte de esos voluntarios y voluntarias hemos sido jóvenes. Sí, esa generación que llaman de cristal -cuando lo que somos es la generación de las crisis- se ha echado sin dudarlo a ayudar y a rescatar a sus vecinos en pueblos en los que no se había presentado ni un solo militar o policía. Si no fuera por esos esfuerzos y por las donaciones de alimentos y material en todo el Estado español, la catástrofe sería mucho mayor de la que es ahora. Cada vez queda más claro para miles que solo el pueblo salva al pueblo.
Por su parte organizaciones ligadas a VOX y a la extrema derecha está tratando de aprovecharse de la crisis apropiándose de la bandera de la solidaridad. Pero su solidaridad viene acompañada de un discurso racista y xenófobo. Llamamos a la juventud trabajadora y estudiante a no apoyar y advertir contra las movilizaciones convocadas por estos grupos. La extrema derecha no tiene ninguna autoridad para hablar, son los primeros negacionistas del cambio climático, fueron sus representantes políticos de VOX los que participaron del desmantelamiento de la Unidad Valenciana de Emergencias igual que hacen con los demás servicios públicos para dárselo a sus chiringuitos, son los mayores defensores de la monarquía y de los grandes empresarios… Harán y se inventarán lo que sea para que vayamos contra los migrantes y personas racializadas, contra los colectivos más oprimidos, antes de que apuntemos a los verdaderos responsables.
Frente a la extrema derecha negacionista y racista y los políticos incompetentes al servicio de las grandes empresas, tenemos que seguir desarrollando la solidaridad de clase con el pueblo valenciano, desde abajo y de forma autoorganizada desde los sindicatos y las organizaciones sociales, de manera independiente del Estado. Los y las estudiantes también tenemos que aportar a construir esa solidaridad desde los institutos y universidades. Organicemos recogidas de bienes y alimentos y brigadas de voluntarios para llevarlos y ayudar en la reconstrucción. Hay que luchar para que los medios materiales y humanos con los que cuentan las universidades se pongan al servicio de la reconstrucción y no de las grandes empresas que las dirigen como hasta ahora.
Por todo ello, desde Contracorriente y Pan y Rosas nos sumamos a la convocatoria de huelga del próximo martes 12 de octubre y llamamos a construirla en cada instituto, facultad y centro de estudio. Ese día acudamos todo el mundo a las movilizaciones convocadas. Salgamos a la calle para exigir a los sindicatos, especialmente CCOO y UGT, que se movilicen de verdad, hace falta una huelga general no paros de 10 minutos. Luchemos por el juicio y castigo a los responsables y por un plan de reconstrucción y reparación a nuestros vecinos y vecinas de Valencia financiado con impuestos y requisas a las grandes empresas, especialmente aquellas implicadas en este crimen social. Luchemos por medidas reales contra el cambio climático y para organizar la solidaridad de clase en nuestros centros.
Cinco medidas urgentes para enfrentar la catástrofe y rescatar al pueblo valenciano
1- ¡Mazón y todo su gobierno dimisión! Juicio y castigo ejemplar para todos los responsables políticos y patronales ¡Basta de impunidad! Que se forme una comisión de investigación independiente encabezada por los afectados y las organizaciones sociales para esclarecer responsabilidades.
2- Hay que movilizar todos los recursos disponibles (sanitarios, bomberos, transporte, universidades…). Deben ser ellos los que coordinen las tareas de rescate y limpieza, junto a otros profesionales, organizaciones sindicales y los vecinos afectados, los miles de voluntarios, etc.
3- Suspensión de los alquileres y anulación de todas las hipotecas y créditos de aquellas personas que han perdido o visto dañada su vivienda, vehículo o pequeño negocio. Que todos los pisos vacíos de grandes propietarios y establecimientos hoteleros pasen a estar bajo el control de comités de vecinos y vecinas para el realojamiento inmediato de quienes han perdido su vivienda o está inhabitable. Permisos remunerados para todos aquellos trabajadores y trabajadoras que deban ausentarse de su puesto de trabajo para atender las consecuencias de esta crisis.
4- Fuertes impuestos especiales y requisas a la banca, eléctricas y grandes empresas para el abastecimiento, rescate y reconstrucción en Valencia. Los costes de esta tragedia tienen que recaer sobre las empresas responsables de la catástrofe climática y humanitaria como Mercadona, Inditex o Ikea.
5- Por una salida anticapitalista ante el cambio climático y sus consecuencias. No nos vale el negacionismo de la extrema derecha ni el capitalismo verde de los “progresistas”. Frente a una perspectiva absolutamente irracional a la que nos aboca el capitalismo es evidente la necesidad de medidas drásticas y urgentes para tomar el presente y el futuro en nuestras manos mediante una planificación racional de la economía mundial; o como diría Marx, mediante “la introducción de la razón en la esfera de las relaciones económicas”.
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