La plataforma Málaga para Vivir constituida tras la masiva movilización del pasado 29 de Junio lideró la convocatoria del pasado 9 de noviembre tras un proceso de asambleas por los barrios. Más de 30.000 personas según los organizadores de la convocatoria recorrieron las principales vías del centro histórico de la ciudad, uno de los puntos clave del modelo turístico donde la proliferación de los pisos turísticos ha expulsado a los habitantes de dicho distrito al punto de que existen más pisos turísticos que familias viviendo en dicha zona de la ciudad.
La movilización denunció el modelo especulativo y rentista impulsado por el ayuntamiento y otras autoridades, así como la patronal de la ciudad. Un modelo que ha provocado alquileres abusivos e impagables, por ejemplo, de media un individuo debe pagar en torno al 46% del salario medio en alquiler en la mayoría de las zonas de la ciudad, aunque en lugares como el centro histórico la cantidad asciende al 60%. En una ciudad donde el precio del alquiler es de 14,2 euros por metro cuadrado superando la media nacional de 13,2 euros por metro cuadrado y ampliamente la media andaluza de 11,4 euros por metro cuadrado.
Un modelo que también favorece la precariedad laboral transformando en habitual los trabajos sin contrato, cobrando una parte en negro echando horas extras sin pagar. Con una tasa de temporalidad del 57% laboral con contratos temporales que en el 67% de los casos duran menos de un mes. La realidad es que el modelo productivo de la ciudad basado en el comercio y la hostelería favorecido por la turistifación de la ciudad ha redundado en un aumento de la pobreza y altas tasas de paro mientras los trabajadores han perdido poder adquisitivo por la inflación.
Un modelo de turistifación que destruye el territorio con macroproyectos turísticos o urbanísticos como los megacruceros cuya llegada suponen 15.000 turistas diarios en la ciudad y con campos de golf que consumen tanta agua como 33.000 personas. La crisis hídrica ha provocado cortes de agua debido a la sequía durante el pasado verano y se ha reducido el uso máximo diario de agua en Málaga. Una normativa que solo es para sus habitantes puesto que no se impide ni se eliminan estos proyectos turísticos que precisamente agravan una crisis ecológica que amenaza la habitabilidad de la provincia.
Tras la exitosa movilización del pasado sábado la plataforma Málaga para Vivir ha anunciado nuevas asambleas en la casa Invisible para profundizar en la organización de la lucha por una ciudad para sus habitantes y no para seguir enriqueciendo a una minoría de parásitos. | 
