Mediante la publicación en el Boletín Oficial, el Gobierno oficializó la desregulación del servicio de correos, dejando claro sus expectativas de avanzar en la privatización. El ministro que encabeza la transformación de distintas áreas del Estado, Federico Sturzenegger, afirmó que “El Presidente ha dicho que todas las empresas que generan servicios que podrían ser generados por el sector privado (...) tienen que ir a un proceso de privatización”.
El decreto 1005/2024 establece que podrá oficiar la actividad del mercado postal “toda otra actividad asimilada o asimilable, prestada por personas humanas o jurídicas”, es decir, cualquiera podrá prestar el servicio. Emprendedores, operadores de plataformas, kioscos, fleteros... Comercios de cualquier tipo y por cualquier medio de transporte tendrán a su cargo lo que hasta ahora era una garantía otorgada por el Correo Argentino, el secreto postal tanto del ámbito público, privado o personal. Presupone otorgar también a empresas privadas, del rubro o no, la logística electoral, que abarca la planificación, coordinación, logística y control en todos sus niveles, nacional, provincial, municipal, como así también de otros entes públicos o privados.
En la Memoria 2023 el Correo Argentino informa que se distribuyeron 122 millones de piezas postales y 29 millones de paquetes así como también numerosos servicios como el abono de 330.000 prestaciones por mes de servicios del ANSeS en el interior provincial e ingresos por ventas por 312 mil millones anuales.
“Se privatizará, se concesionará o se transferirá a los empleados", dijo Sturzenegger que confesó que espera que la desregulación abra "un nuevo e interesante negocio”. En la misma tónica que con la privatización de Aerolíneas Argentinas, el nuevo gobierno pretende liquidar a empresas estatales cuya misión es estratégica. Es lo que explica que prácticamente la totalidad de países del mundo cuenten con correos públicos promovidos y sostenidos por los respectivos Estados. Es el caso de Estados Unidos, Australia, Canadá, Francia, Alemania, Brasil, Chile, Colombia, Finlandia, Israel, Italia, Arabia Saudita, España, Suecia, solo para mencionar a grandes potencias y países del continente (Fuente de la información: Unión Postal Universal).
Para profundizar sobre estos temas entrevistamos a un trabajador del Correo Argentino con treinta años de antigüedad que por motivos de exposición ante una situación tan delicada para sus trabajadores lo llamaremos Juan.
–Han cerrado sucursales del Correo, y kioscos y otros comercios llevan a cabo funciones que antes hacia el Correo. ¿Cuántos trabajadores hay en el Correo en todo el país, ha habido despidos? ¿Qué avances hubo en el sentido de la privatización al momento?
–Juan: Antes de lo que fue el ajuste que hubo en abril, el Correo tenía más o menos 17.000 empleados. Con los retiros voluntarios y despidos hubo 4.000 empleados que se fueron de la empresa por lo cual deben quedar cerca de 13.000. Sucursales eran unas 1.400 en todo el país, no se sabe precisamente cuántas cerraron, deben ser más o menos unas 40. Es parte de plan que tiene la gestión actual. Según afirmó [Camilo] Baldini, el presidente actual del Correo, planean dejar solo 500. Y pasar a otro tipo de formato de oficinas de venta de correo, que serían como puestos que habría en quioscos, estaciones de servicio, almacenes… Una tercerización del servicio postal del correo a cargo de estos comercios que se encargarían de recibir la correspondencia o las piezas postales que la gente vaya a dejar.
Al correo lo están vaciando desde hace años. En primer lugar, cuando volvió a ser del Estado durante el gobierno de Néstor Kirchner nunca se solucionó la figura jurídica, entonces estábamos sujetos a una probable privatización [El decreto de estatización (1075/2003) en su art. 4 instruye para que se “proceda a llamar a Licitación Pública Nacional e Internacional a fin de volver a privatizar el servicio público postal”, AP]. Mientras estuvo el gobierno del kirchnerismo, del macrismo y luego del peronismo con Alberto Fernández nunca mejoraron el servicio postal. Si bien siempre fue eficiente iba perdiendo la calidad por la falta de modernización, lo que tiene que ver con el equipamiento. Y eso en algún sentido ayuda a que vengan con el discurso de que da pérdida. El Correo nunca dependió del subsidio del Estado, siempre se valió de las ganancias que genera el servicio postal. Es una mentira lo que dicen del Correo, tanto el gobierno de Javier Milei como antes lo dijo Macri cuando estuvo en la presidencia.
–¿Qué consecuencias tendría el avance de la privatización?
– Juan: Sería un problema enorme porque ya de por sí pensar una privatización del Correo cuestiona la función social que cumple. Quizás en Buenos Aires o en las grandes ciudades eso no se tiene muy en cuenta, pero por ejemplo en localidades que están alejadas de los centros urbanos cumple una función social clara. En el sentido de que por ejemplo hay personas jubiladas que van y cobran su jubilación en las sucursales, porque no hay bancos en esas localidades, también ayudas sociales como la AUH o algún otro tipo de servicio social que la gente suele ir a cobrar al Correo, se realizan trámites, el DNI o el pasaporte, también giros telegráficos. Terciarizar o privatizar implica que va a bajar la calidad de servicio postal porque quien tenga un transporte puede abrirse un correo postal y eso por supuesto no garantiza que el servicio sea el adecuado. O que un correo con 10 empleados tenga la capacidad de distribuir la misma calidad de servicio que tiene el Correo Argentino. Tampoco van a sobrevivir esos pequeños emprendimientos porque los que van a ganar van a ser las grandes empresas privadas ya sea Andreani, Oca o MercadoLibre o alguna otra.
–Sturzenegger afirmó que "El correo ya no tiene valor estratégico", ¿es así?
–Juan: De fondo, el correo cumple una función estratégica que es de conectividad del país, de las localidades más aisladas de los grandes centros urbanos. La mejor conexión que hay es el Correo no solamente por lo postal sino también por lo que tiene que ver con esos servicios que mencioné. Lo que tiene que ver con el mercado postal cambió, ya no es la correspondencia común el gran negocio del Correo, sino la paquetería, lo que tiene que ver con distribución de documentos nacionales, tarjetas de crédito, facturas… Cumple una función logística de distribuir productos inclusive en esas localidades. En ese sentido privatizar va a ser solamente para que sea rentable y no para que cumpla la función social. El correo quizás en esos lugares tenga cierta pérdida, pero su función social es lo que vale, no la ganancia que genere. En todo caso se compensa con las ganancias que sí genera en los grandes centros urbanos. Bueno eso va a dejar de existir con las privatizaciones. Eso se comprobó cuando estuvo concesionada a cargo de Franco Macri, que hubo cierre de algunas de esas sucursales y era porque lo que le importaba era la ganancia, no la cuestión de la estrategia del correo. En ese sentido, es estratégica como Aerolíneas que también conecta a las ciudades que no son rentables, sigue siendo clave para el desarrollo productivo, para el desarrollo también de la comunicación, de las comunicaciones actuales de las que el Correo sigue siendo parte de ese entramado. Y a su vez está todo el tema de la distribución de información sensible, que lleva un tratamiento especial para que no se deteriore o se pierda. Solo el Correo Argentino puedo garantizar que se cumpla sin problemas, como ocurriría si lo hace otro competidor con poca o nula preparación.
–¿Qué han hecho los gremios hasta ahora?
–Juan: Hay cuatro federaciones que son SITRACYT (Sindicato de Trabajadores de Correo y Telégrafo), AATRAC (Asociación Argentina de Trabajadores de Comunicaciones), FOECYT( Federación de Obreros y Empleados de Correos y Telecomunicaciones) y FEJEPROC (Federación del Personal Jerárquico y Profesional de la Secretaría de Comunicaciones y Correo Oficial de la República Argentina), todos pertenecen a las 62 organizaciones de la CGT. Lamentablemente, las conducciones de los gremios han dejado que esto ocurra y que vaya cayendo el poder adquisitivo de los trabajadores mientras estuvieron los gobiernos anteriores. Nunca plantearon que vuelva a tener la figura legal definitiva de empresa estatal, y ahora en base a esa falta es que se aprovechan para privatizarlo o intentar privatizarlo. |